El diseño y ejecución de una política energética basada en ideología y nacionalismo ahuyentan inversiones para el sector energético del país, consideró la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra).

“(La política energética) no se puede hacer con base en criterios ideológicos o de falso nacionalismo porque ahuyentamos inversiones”, comentó el presidente del grupo industrial, Enoch Castellanos, durante durante su participación en el Foro Forbes: “La Ruta Decisiva”.

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El representante empresarial recordó que México se rige en una democracia liberal y sus poderes ya definieron que habrá competencia en el sector energético, y no como pretende el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El gobierno de López Obrador ha cambiado las reglas del sector en la parte normativa desde la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) y la Secretaría de Energía (Sener), cuyas modificaciones solo benefician a las empresas estatales.

Para Paolo Salerno, managing partner de la consultora energética Salerno y Asociados, las grandes inversiones en proyectos energéticos están “congeladas” como consecuencia de estas modificaciones, además de la crisis internacional por covid-19 que aceleró esa tendencia.

“No se están llevando a cabo por las normativas o intentos del gobierno de frenar o cambiar no la regulación, sino su sentido.”, expresó.

Omar Bojórquez, director de la firma energética Emerald Power México, consideró que estos cambios hechos por las autoridades energéticas provocan un ambiente de retroceso e incertidumbre para los inversionistas.

“A la inversión no le das pie para jugar”, dijo.

Desde su campaña presidencial, el mandatario mexicano prometió que alcanzaría la soberanía energética del país, que en la práctica significa el fortalecimiento de Pemex y CFE con la autosuficiencia en combustibles y un 54% de producción eléctrica con sus centrales, respectivamente.

El presidente de Canacintra recordó que el origen de la reforma energética que impulsó el gobierno de Enrique Peña Nieto en 2013 ocurrió porque nuestro país carecía de los energéticos con la calidad y oportunidad suficientes para ser competitivos, además de que las empresas productivas del Estado no tenían dinero para realizar las inversiones necesarias.

“En el caso de los hidrocarburos, la ronda cero le permitió a Pemex quedarse con 80% las reservas probadas más probables y posibles (3P). Se asignan 107 contratos (a la iniciativa privada) que comprometieron inversiones por 36,000 mdd, de las cuales se han hecho 11,000 mdd. Lo mismo con las subastas eléctricas de largo plazo para que CFE se comprometiera a comprar energía renovable”, detalló.

Castellanos dijo que México no está viendo hacia el futuro, sino a los años 70 del siglo pasado, pero entonces no había casi 130 millones de habitantes o un tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá.

“El país se haría mas competitivo si tuviera visión clara de matriz energética incorporando tecnologías y usando recursos de hidrocarburos que tenemos hasta que se agoten”.

Mencionó que una política energética con visión de largo plazo es clave para las empresas de la industria de transformación, pues gastan entre 20 y 60% de su presupuesto en energía, según la tecnología que escojan.

Para Bojórquez, la política energética de México y el uso de energías limpias tiene que obedecer, tarde o temprano, alas necesidades del país para su crecimiento económico.

“Esta nueva administración puede jugar correctamente las cartas y encontrar la armonía de cómo el sector privado y público puede perfectamente colaborar”, señaló.

Si bien Castellanos reconoció que la modernización de Pemex y CFE es indispensable para alcanzar el potencial que tiene nuestro país, dijo que es importante que el gobierno elija a funcionarios que sean expertos en materia energética para que México no se atrase.

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Pero en una época de calentamiento global, en la que México tiene una Ley de Transición Energética para el uso de energías renovables (35% hacia 2024), el daño de usar infraestructura obsoleta, cara y contaminante será para las empresas y usuarios finales, y aunque los clientes residenciales cuenten con subsidios, los impactos en combustibles los resentirá la población en general, advirtió el representante de Canacintra.

“Nos aferramos al modelo de hidrocarburos a pesar del grandísimo potencial de México en irradiación solar, energía eólica y geotermica”, agregó.

Salerno recordó que CFE mantiene prácticamente un monopolio en suministro básico de electricidad, en redes de transmisión y distribución, así como en la venta de gas para generación,

“El mercado lo que únicamente puede hacer es mejorar la calidad y competitividad de las redes eléctricas. Este cambio asusta a mucha gente. ser un país con el potencial tiene, debe que pensar en los procesos mundiales que todos los demás países han hecho hace un par de décadas”, agregó el consultor.

 

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