El tiempo para atraer nuevas inversiones se está agotando. La recuperación de la confianza de los inversionistas en México es uno de los principales retos que tiene el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Si no se restablece esta confianza, será muy difícil que el país vuelva a crecer”, asegura, en entrevista con Forbes México, Gustavo de Hoyos Walther, presidente nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

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El líder empresarial se ha convertido en un personaje antagónico frente a la imagen del presidente mexicano, ya que ha defendido proyectos empresariales que resultan polémicos para la actual gestión del Gobierno Federal.

La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (ubicado en Texcoco, Estado de México), el freno ala apertura a la iniciativa privada en el sector energético, la aprobación de la Ley Nacional de Extinción de Dominio y la consulta favorable para cancelar la construcción de la planta de Constellation Brands (en Mexicali, Baja California), son algunos de los eventos que han creado desconfianza entre los inversionistas, asegura el dirigente nacional de Coparmex.

“Hoy, se muestra poca disposición por parte del gobierno para hacer algo concreto y mejorar […] Se ha perdido mucho la brújula de la razón y el no basarse en datos al momento de implementar una política pública, y así hemos tenido un retroceso, porque lo hecho por el gobierno se hace sin una planeación e indicadores”, dice el presidente nacional de Coparmex.

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El Gobierno Federal tiene la meta de alcanzar un crecimiento promedio de 4% a lo largo del sexenio, pero los factores coyunturales y la falta de inversiones hacen que el objetivo sea inalcanzable, dice Gustavo de Hoyos.

Ante los efectos de la epidemia del nuevo coronavirus (Covid-19), el empresario asegura que la economía del país podría cerrar en terreno negativo, es decir, sin crecimiento a lo largo de este sexenio.

A finales de marzo, JP Morgan estimó que la economía mexicana tendría una caída de 7% este año, mientras que otras firmas financieras también han pronosticado un descalabro para el PIB nacional.

El presidente de Coparmex está convencido de que el gobierno mexicano tiene todo por ganar, si recupera la confianza de los empresarios. Las micro, pequeñas y medianas empresas deben encontrar los incentivos para invertir, ya que son las que pueden tener un mayor impacto por la falta de certeza, explica.

El representante empresarial espera que, primero, se recupere la racionalidad en las políticas públicas y se dejen de lado las “ocurrencias” por parte del gobierno, como la construcción de la refinería en Dos Bocas, Tabasco. Y, segundo, que la administración en turno invierta en infraestructura y no sólo se centre en los apoyos sociales, para no perder capacidad productiva.

“En donde las cosas van peor es en el sector energético”, dice de Hoyos Walther. En este sentido, una señal de que el presidente López Obrador dejara de actuar sólo políticamente y recuperara la racionalidad, sería que removiera de su cargo a Rocío Nahle, titular de la Secretaría de Energía (Sener); a Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE); y a Octavio Romero Oropeza, director general de Petróleos Mexicanos (Pemex).

OBJETIVOS Y PELIGROS

Otro tema que ocupa la atención de Gustavo de Hoyos es la propuesta de una nueva reforma fiscal. La convicción de los empresarios es comenzar a trabajar este año y el siguiente, para que sea aprobada en el segundo semestre de 2021, y haya claridad en 2022.

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Coparmex espera que los cambios fiscales contemplen una redistribución de funciones de las competencias tributarias entre la federación, los estados y los municipios para el cobro de impuestos, así como un mejor mecanismo de coordinación entre las entidades participantes para distribuir debidamente los recursos obtenidos.

El empresario también muestra su preocupación por lo que él considera logros históricos obtenidos en pasadas administraciones. Los órganos autónomos que nacieron en las últimas décadas permitieron dar paso, de un régimen presidencial casi absoluto, a un sistema de gobierno acotado.

Sin embargo, el debilitamiento de estas instituciones, como es el caso
de la Comisión Reguladora de Energía (CRE)
, por ejemplo, podría representar el riesgo de regresar a una presidencia autoritaria que tome decisiones a partir de una sola persona.

En cuanto a sus supuestas aspiraciones políticas, el presidente de Coparmex asegura que no intentará disputar la gubernatura de Baja California, como lo insinuó el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia matutina del pasado 27 de marzo.

“Desde muy chico, me han hecho este tipo de señalamientos, pero yo les digo que mi espacio de participación se encuentra en los organismos del sector privado; no estoy trabajando por ningún proyecto de este tipo [político]”, dice.

Gustavo de Hoyos Walther tiene claro que su papel está del lado de los empresarios y no piensa sacrificar sus objetivos frente al empresariado. “La Coparmex no es y no será un partido político. Nosotros dialogamos con todos los líderes de las fuerzas políticas, y con todos tenemos puntos concordancia y disidencia, que es lo normal en la democracia”.

POR: VIRIDIANA MENDOZA Y ROBERTO ARTEAGA

 

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