¡Quiero comenzar esta columna enviando a todos mis mejores deseos de salud y seguridad! En palabras del rey Salomón: “Esto también pasará”.

Todos estamos en medio de una crisis: son tiempos desesperados para aquellos que tienen COVID-19 o cuyos familiares o amigos están enfermos; escenarios de crisis para muchas empresas; un confinamiento global que limita la libertad de movimiento … y la lista continúa. Pero tampoco puedo evitar notar la unidad que estamos experimentando durante este momento preocupante y desafiante. La gente está lista para tomar iniciativa y movilizarse. Las empresas, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y otras están liderando la creación de soluciones innovadoras, que son cruciales para abordar esta nueva amenaza. Y está claro que uno de los principales facilitadores de esta solidaridad internacional es la conectividad digital.

Gran parte del mundo ha logrado (tal vez, más bien, se vio obligado) a adaptarse rápidamente a la nueva realidad y mover gran parte de lo que normalmente hace offline en línea para mantener sus negocios en funcionamiento, para seguir educando a los niños, para ayudar a aquellos que necesitan atención médica, para entregar comestibles a los hogares, y así sucesivamente. Esta capacidad de hacerlo es, por supuesto, una bendición; sin embargo, también tiene consecuencias negativas que son menos conocidas: aumento de las ciberamenazas relacionadas con toda la nueva actividad en línea, lo que representa “fruta bajita” (léase personas vulnerables) para los cibercriminales. El mundo del hampa digital puede que también esté en aislamiento físico, pero de ninguna manera está de vacaciones.

Los estafadores están explotando el tema del brote de coronavirus con presuntos correos electrónicos corporativos de phishing, a menudo citando problemas de entrega de pedidos, lo que hace que los destinatarios se pregunten a qué entrega se refieren y abran su e-mail. Del mismo modo, los atacantes están utilizando la pandemia para capitalizar la necesidad actual de procesar solicitudes con urgencia. Todo esto tiene el objetivo de lograr que las personas abran archivos adjuntos maliciosos.

Los cibercriminales detrás de Ginp, un troyano bancario que detectamos por primera vez a fines del año pasado, también están explotando el tema de la pandemia y la curiosidad humana. Después de que Ginp recibe un comando especial, abre una página web llamada Coronavirus Finder. Esta ofrece mostrar “la cantidad de personas infectadas con el coronavirus cerca de usted” y dar un “vistazo de la ubicación precisa” de estas personas por una tarifa. Al ingresar los datos de su tarjeta de crédito estos son enviados directamente a los delincuentes. Desde entonces, los estafadores tendrán acceso a todos los fondos accesibles a través de la tarjeta. Mientras tanto, no le enviarán información sobre personas infectadas con coronavirus cerca de usted, porque no la tienen.

Monitoreamos los ciberataques en las organizaciones más vulnerables del mundo en este momento: los hospitales y otras instituciones médicas, que a menudo no tienen ni los recursos financieros ni humanos necesarios para organizar y mantener una protección cibernética adecuada. No es de extrañar que hayamos recibido más de 300 solicitudes de organizaciones de atención médica de todo el mundo después de ofrecerles licencias gratuitas de seis meses para nuestras principales soluciones de ciberseguridad. De hecho, esto habla del nivel de vulnerabilidad de esas instituciones vitales. ¡Y esta situación necesita solución!

En la búsqueda de establecer rápidamente nuevos procesos comerciales, las empresas de todo el mundo se apresuran a configurar servicios de almacenamiento en la nube, videoconferencias, mensajería instantánea y uso compartido de archivos. Y a menudo esa búsqueda se preocupa poco por la seguridad de estos servicios, incluso si los datos intercambiados a través de estos canales están debidamente protegidos. Ejemplos de tales violaciones en los últimos tiempos aparecen diariamente en las noticias. Y las consecuencias pueden ser mucho más graves que el tiempo y el esfuerzo necesarios para analizar con anterioridad los problemas de ciberseguridad y la responsabilidad de los proveedores recién contratados. 

Estamos lidiando con una pandemia en una escala geográfica nunca antes vista: es literalmente global. En consecuencia, la solidaridad mundial, ayudada por la comunicación global basada en la conectividad digital moderna, se vuelve más importante que nunca para sobrevivir. Esta crisis requiere un nuevo enfoque y una nueva mentalidad. Vamos a abordarlo con la cabeza fría y el corazón cálido. ¡Y mantengámonos seguros tanto offline como en línea!

Contacto:

**Eugene es un experto en ciberseguridad de renombre mundial y empresario. Es cofundador y Director General de Kaspersky, proveedor privado de soluciones de ciberseguridad y protección de endpoints más grande del mundo que trabaja, entre otros con la INTERPOL y Europol en temas contra el cibercrimen. 

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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