Legisladores y grupos agraristas que se opusieron a la reforma energética, han preocupado a inversionistas foráneos acusándolos de planear expropiaciones.     Reuters   Cuando los inversionistas extranjeros comiencen a llegar al reformado sector energético mexicano en los próximos meses, enfrentarán una potente fuerza bien conocida por las empresas mineras: los ejidos o grupos de propietarios de tierras rurales. Producto de una reforma de hace casi un siglo, que redistribuyó más de 100 millones de hectáreas de grandes propietarios a pequeños grupos dedicados a actividades agrícolas, los ejidos controlan extensas superficies en México. Aunque suelen ser pobres pueden resultar muy poderosos: en el 2002 propietarios armados con machetes echaron abajo un plan para construir un nuevo aeropuerto para Ciudad de México. Durante años, empresas extranjeras han tenido concesiones para explotar metales en el país, llevándolos a delicadas negociaciones con los ejidos, que a menudo cierran minas durante meses cuando consideran que no están teniendo un buen negocio. Y ahora, con la reforma energética que aún aguarda un paquete de leyes para entrar en plena vigencia, compañías privadas locales y extranjeras podrán entrar a explotar los hidrocarburos, otrora reservados para el Estado. Estas empresas también deberán llevarse bien con los ejidos si se quiere alcanzar el objetivo gubernamental de impulsar el crecimiento económico y atraer nuevas inversiones que pongan fin a la estancada producción petrolera. “Si no se maneja bien, es un gran reto. Se te puede complicar totalmente”, dijo Gustavo Nieves, gerente de proyecto de la empresa de servicios petroleros Grupo Diavaz, que opera para Pemex en la región de Chicontepec en el centro del país y bombea hasta 13,000 barriles de crudo por día. Legisladores de izquierda y grupos agraristas, muchos de los cuales se opusieron a la reforma energética, han preocupado a inversionistas foráneos acusándolos de planear expropiaciones. “Esta es la destrucción a la propiedad. La total destrucción de la propiedad  al servicio de empresas trasnacionales”, dijo el senador Manuel Bartlett, del Partido del Trabajo.   Incertidumbre sobre tierras A diferencia de México, donde el Estado es propietario de todo el petróleo y el gas que yace en la tierra, en Estados Unidos los derechos minerales son de propiedad privada. Esos derechos claramente definidos son una de las razones por las cuales algunos creen que la revolución del esquisto y gas en Estados Unidos ha sido tan exitosa y que será difícil de replicar en otras naciones. Gigantes petroleras como BP y Exxon Mobil han estado construyendo silenciosamente su presencia en Ciudad de México y no han anunciado planes de inversión específicos. El mes pasado, Chevron dijo que veía una “oportunidad tremenda” en la segunda economía latinoamericana. Pero los expertos sostienen que los inversionistas en el sector energético de México enfrentan dudas preocupantes. “¿Con quién tratamos?, ¿qué tipo de arreglo podemos hacer?, y en tercer lugar, si las reglas se van a aplicar y respetar”, observó Jim Rice, un abogado de asuntos de energía en Houston que trabaja en la firma global Sidley Austin. El gobierno mexicano está tratando de aclarar algunas dudas. Bajo los términos de la reforma, los propietarios de los derechos de superficie serán incentivados a alcanzar acuerdos rápidos y amistosos a un precio justo o enfrentarán el prospecto de una expropiación. Pero la experiencia previa de mineros sugiere que la realidad es mucho más complicada. “Los asuntos de tenencia de la tierra representan la pieza de mayor incertidumbre con la que tienes que lidiar como empresa minera extranjera y avizoro a las compañías de energía con el mismo problema en el futuro”, dijo el director de asuntos corporativos de la minera canadiense Goldcorp, Michael Harvey. La mina Los Filos de la empresa fue bloqueada por un ejido por más de un mes a comienzos de este año, en tanto que su mina Peñasquito ha enfrentado varias semanas de incertidumbre legal. En el 2012, la minera canadiense Excellon tuvo un deterioro en el precio de su acción cercano al 50 por ciento durante 99 días de bloqueo a su mina La Platosa en el norte de México. Los mineros se quejan de las demandas de los ejidatarios. En el caso de Excellon, los ejidatarios buscaban una concesión para transportar plata de la mina aunque no estaban dispuestos a asegurar la carga, un asunto que el ejido disputa. Harvey recomendó negociar directamente con los propietarios de las tierras y no a través de intermediarios.   Petróleo y Trabajo Los expertos aseguran que una buena parte de la inversión inicial resultante de la reforma energética se irá a áreas como Chicontepec, con cerca de una tercera parte de las reservas de México y en donde las medianas empresas pueden crear asociaciones con Pemex o bien operar solas. Emiliano Zapata, en los alrededores de Chicontepec, es uno de los 3,631 ejidos del estado de Veracruz. Tiene el mayor número de grupos de terratenientes en México, cubriendo alrededor del 40%  de la superficie del estado. Por ello, es un territorio de prueba para comprobar si las empresas petroleras extranjeras van a poder contar con una buena relación con los grupos locales. El 2 de marzo un oleoducto de Pemex estalló dentro de un arroyo que provee de agua al poblado, que debe su nombre al líder campesino que peleó durante la revolución mexicana por una mejor redistribución de la tierra. Pemex asumió la responsabilidad por la fuga, pero pasaron varios meses antes de que el arroyo fuera declarado finalmente limpio. En este periodo, los residentes tuvieron que abastecerse con agua en contenedores pero aseguran que podrían pasar hasta ocho días sin la entrega del vital líquido. Exasperados por la falta de agua y con la percepción de que asumieron los costos de la extracción petrolera sin ver los beneficios, los miembros del ejido bloquearon el principal camino a la zona de producción. “Supuestamente el lema del Gobierno es que el petróleo es de los mexicanos”, dijo Josué Sánchez. “Pero nosotros como mexicanos que vivimos la realidad no hemos visto ni un peso partido de esa riqueza”, agregó. Ante la meta de llegada de más inversión, los habitantes locales creen que no tienen muchas opciones para ser escuchados. “En varias comunidades se ha estado viendo eso -los bloqueos- porque no quieren atender la problemática”, dijo Gumercindo González, jefe del ejido. Un portavoz de Pemex aseguró que la compañía se hizo cargo de la fuga en Emiliano Zapata y agregó que muchas de las quejas de los ejidatarios carecen de sustento y que los grupos normalmente buscan alguna ganancia financiera. Según el jefe de producción y exploración de Pemex, Gustavo Hernández, “los ejidos colaboran muy estrechamente con la industria minera, con la industria petrolera, con Pemex, y con las empresas petroleras”. Pero la visión de firmas operando ya en México es distinta. “Para las empresas extranjeras es una verdadera pesadilla”, dijo el gerente de seguridad de una firma de servicios petroleros internacionales que opera en el estado de Tabasco, quien pidió anonimato por no estar autorizado a declarar. También habló del constante robo de combustible y bloqueos. “No los puedes culpar realmente”, indicó. Las empresas petroleras “hicieron todas estas promesas ‘te vamos a construir una nueva escuela, una nueva clínica’ pero generalmente eso no se materializa”, dijo.  

 

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