Muchos jugadores de empresa se preguntan si estamos en una época de cambio o en un cambio de época: las compañías tienen menor expectativa de vida, la tecnología ha sido un terremoto para diversas industrias, el enfoque en el capital que vivimos desde hace décadas está dejando de ser la primera prioridad, los empleados están levantando la voz sobre las causas sociales y ambientales que piensan que deberían importarle a la empresa.

El activismo de empleados se puede entender como el efecto colectivo que tienen los trabajadores sobre la gestión, actividades y prioridades de una empresa, especialmente los encaminados a realizar algún impacto social o ambiental.

Mientras la organización de los empleados en torno a una causa no es algo nuevo, ya que históricamente se ha canalizado a través de sindicatos, el activismo de empleados está adquiriendo un renovado significado, con nuevas formas y direcciones. En primer lugar, la proporción de empleados sindicalizados es menor que en las últimas décadas; y en segundo lugar, los Millennials han entrado de lleno a la fuerza laboral, trayendo consigo sus valores y convicciones en lugar de dejarlos en la puerta de entrada a la empresa, como otrora se esperaba.

Entre estas convicciones están: 81% de participantes en una encuesta piensan que un negocio (empresa) puede ser una fuerza de cambio, 40% de otra encuesta dice que las acciones de la compañía sobre temas sociales son importantes para decidir si trabajar en ellas o no y 29% dejaría su compañía en el largo plazo si ésta no se esfuerza para hacer una diferencia en una causa importante.

A diferencia de otras generaciones, los Millennials y los Centennials tienen más expectativas sobre la huella social de sus empresas, están más dispuestos a alzar la voz o a delatar colectivamente a su empresa cuando ven algo en lo que estén en desacuerdo, le exigen cuentas y transparencia a los directores, y buscan una forma de democratizar más la centralizada toma de decisiones.

El activismo de empleados importa por varias razones: Los Millennials empiezan a tomar decisiones en organizaciones tradicionales, existe una lucha importante por la retención del talento, la estabilidad dentro de la empresa es clave para conservar el valor de capitalización de las firmas y la atención a las demandas de los trabajadores implicará mayor compromiso por parte de las empresas.

Algunos ejemplos del ascenso de este activismo son:

En 2018, 3,100 empleados de Google firmaron una petición, pidiendo que renunciara al contrato del Proyecto Maven con el Pentágono, que usaba Inteligencia Artificial en drones y cámaras con fines armamentistas.

En 2019, más de 5 mil empleados de Amazon firmaron una petición para que la empresa adoptara prácticas ambientales y otros 900 participaron en las marchas a favor de la contra el cambio climático. Antes, ya habían protestado por el uso de software de reconocimiento facial por sus posibles malos usos y porque Amazon está dispuesto a facilitárselo a la policía.

Cientos de trabajadores de Microsoft firmaron una carta en la que protestaban por el contrato de servicios de computación en la nube que la empresa le prestaría al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU., que estaba en el papel de separar a los niños migrantes de sus familias en la frontera entre EE.UU. y México.

El 10% de los empleados de Wayfair fue a protestar en un día de trabajo por la decisión de la compañía de vender muebles para dichos campos de detención de migrantes.

Trabajadores de las “Cuatro Grandes” consultoras y auditoras, Deloitte, PwC, EY y KPMG compraron una plana en un periódico de Hong Kong señalando su apoyo a las protestas contra el proyecto de Ley de Extradición a China.

Más de 20,000 mujeres que trabajan en Google alrededor del mundo, se unieron con cinco demandas sobre la mala respuesta de la compañía al acoso sexual en el lugar de trabajo.

Cómo una compañía responde al activismo de empleados es crucial para la evolución de las peticiones, aunque, generalmente las compañías responden con lentitud y las protestas escalan rápidamente en adhesión y emocionalidad. Pero, ¿qué puede hacer una organización para responder adecuadamente al activismo social? Es pregunta la responderemos en la segunda parte de este texto.

 
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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