El CEO de Intel en Costa Rica, Mike Forrest, asegura que nada pudo hacer para impedir el cierre de la plantan de manufactura en ese país.   Por Edgar Fonseca    El anuncio del cierre gradual y parcial de operaciones de la planta de manufactura y prueba de Intel en Heredia, Costa Rica dejó sin empleo a 1,500 personas, entre ellas a profesionales altamente calificados como ingenieros y técnicos y obligó el traslado de operaciones a Asia. Nunca en su trayectoria de 32 años como gerente generalde la marca,MikeForrest vivió algosimilar a lo de los últimos días. “Ha sido como una montaña rusa”, dice el ingeniero de procesos, graduado de Chapman University, California. Tras 17 años de haberse establecido en Costa Rica, con 900 millones de dólares (mdd) invertidos a la fecha y convertida en la mayor firma exportadora del país, al tener una participación de 20% en las exportaciones locales, y un aporte de más de 6% al PIB en el periodo 2005-2011, la trasnacional decidió cerrar su planta. El cierre de la fábrica se completará en diciembre. Como “un bombazo” describió dicha medida el expresidente José María Figueres. El exmandatario fue el principal gestor de la llegada de Intel a Costa Rica en 1997, con una inversión inicial de 115 mdd. La compañía justificó su decisión en razones de logística y competitividad global dado un mejor acceso a proveedores y consumidores de sus plantas en Asia, específicamente en China, Malasia y Viet Nam. También la enmarcó en planes para reducir, en 5% en el presente año, su fuerza laboral global de 107,000 empleados, según sostuvo su portavoz Chuck Mulloy. A pesar del cierre parcial, la compañía mantiene en Costa Rica un centro global de operaciones de tecnologías de información, investigación y desarrollo, de recursos humanos y de finanzas con una planilla de unos 1,400 empleados, 400 de ellos ingenieros y técnicos; 200 son nuevas plazas. Esto atenúa las preocupaciones de artífices de la apertura comercial y de atracción de inversión externa, como la exministra de Comercio Exterior Anabel González, recién designada directora senior de Comercio y Competitividad del Banco Mundial, quien destaca que, tras 15 años de la llegada de Intel, el país no depende de una empresa ni de un solo sector. Hoy hay establecidas bajo régimen de zona franca al menos 250 firmas que exportan 4,763 productos a 153 países. Mike Forrest no se distancia de apreciaciones como esas. Aunque reconoce el impacto que el retiro parcial de Intel tendrá en la economía del país, cree que el gran reto de Costa Rica no sólo está en mantener la atracción de inversión extranjera, sino en fortalecer su apuesta a la educación para formar profesionales capaces de responder a la creciente y exigente demanda de un conglomerado de firmas de alta tecnología como el que hoy pretende consolidar el país. Forrest atiendo a Forbes en una especie de set de presentación de televisión. Cada cierto tiempo, entre pregunta y respuesta, apura un sorbo de una botella de agua. grafico_intel Una cosa es tomar la decisión, otra anunciarla y otra vivirla. ¿Cómo se siente? Definitivamente es una montaña rusa emocional: una cosa es tomar la decisión y otra es vivirla, y cuando uno ha trabajado al lado de personas tan talentosas.   Estar en Costa Rica 17 años es un periodo importante para una compañía. 900 mdd invertidos, 2,800 empleados y mucho impacto en beneficios sociales dentro y fuera Intel, para tomar una decisión como esta… Sí, para aclarar, nosotros todavía vamos a tener una presencia muy significativa en el país. Desafortunadamente, las operaciones de manufactura se van a cerrar, pero vamos a tener alrededor de 500 ingenieros trabajando en investigación y desarrollo y todavía tenemos servicios globales de recursos humanos y finanzas, además tenemos una significativa organización de tecnologías de información (›œ) que le da servicio a Intel alrededor del mundo.   ¿Cuántos ingenieros quedan cesantes? Es difícil de decir porque a muchos de los ingenieros que trabajaron en la planta de manufactura, se les están ofreciendo trabajos en algunas de las organizaciones de investigación y desarrollo y aunque una organización está cerrando, tenemos nuevos negocios en el área de Investigación y Desarrollo, que son completamente nuevos en Costa Rica. De igual manera algunos ingenieros van para Estados Unidos y otros encontraron trabajos en Asia.   En sus 30 años en Intel, ¿había vivido una experiencia como esta que se está viviendo en Costa Rica? Una vez en Arizona, pero en una escala mucho menor.   ¿Cuál de las dos experiencias le impactó más la de Arizona o la de Costa Rica? La de Costa Rica, primero, porque cuando llegué aquí hace 6 años, puse mucho esfuerzo y energía en construir y hacer crecer esta operación a lo que somos hoy día, entonces hay mucha identidad personal en esta travesía que Costa Rica ha pasado en estos últimos años.   En 1997 Bob Pearlman, vicepresidente de Intel, dijo que la llegada de la compañía a Costa Rica era como colocar “a una ballena en una piscina”. ¿Cómo medir el impacto de la salida de Intel en la economía de Costa Rica? Creo que Intel ha tenido una contribución significativa para el país, en creación de empleos, seguridad social, beneficios médicos, educación. Hemos entrenado más del 60% de profesores del país, de grados desde preescolar hasta 12vo. año de colegio, en cómo utilizar medios y herramientas digitales en las aulas para mejorar las habilidades de la próxima generación. En los últimos años, nuestros colaboradores han realizado más de 50 mil horas de servicio comunitario. Creo que hemos tenido un gran impacto para Costa Rica.   ¿Cuándo y cómo estará sintiendo Costa Rica la salida de Intel? No veo esto como un “todo o nada”. La operación de manufactura va a cerrar, pero todavía tenemos negocios de Intel que van a venir y están atraídos en hacer negocio en Costa Rica, estamos creciendo en investigación y desarrollo, y estamos moviéndonos hacia arriba en la cadena de valor desde una perspectiva de ingeniería. Veo un futuro donde la investigación y el desarrollo va a seguir creciendo, TI va a seguir creciendo, y continuaremos teniendo una fuerte presencia en servicios globales. Entonces la composición de la operación va a ser diferente, pero va a seguir siendo significativa, aún tenemos un futuro brillante.   A lo largo del camino usted criticó en Costa Rica, los costos de electricidad, de impuestos… En 2011, cuando yo hablé de los impuestos, en ese momento había una propuesta que estaba siendo analizada en el gobierno acerca de modificar el acuerdo de zonas francas. En ese tiempo, compartí mi opinión de que si modificaban significativamente la ley de zonas francas, eso iba a poner a Costa Rica en una desventaja. Pero al final, el gobierno eligió mantener el acuerdo de zonas francas como estaba, y esto continúa siendo ventajoso para compañías como Intel y otras que quieren invertir en Costa Rica. En cuanto a la electricidad y el agua, son muy importantes para una operación de montaje y prueba. Nosotros corremos una operación 24/7, muchos de los equipos que tenemos utilizan muchos kilowatts, energía, electricidad y una significativa cantidad de agua, entonces siempre he presionado y procurado por obtener las mejores tarifas posibles para asegurar que la operación de montaje y pruebas se mantuviera competitiva desde una perspectiva de costos.   Costa Rica enfrenta serias dificultades fiscales. No hay una reforma fiscal y hay compañías que dicen que el país no está haciendo su tarea en lo fiscal. ¿Qué piensa al respecto? No soy un político y no soy un vocero del gobierno, pero desde una perspectiva personal se tiene que ver lo que cada país valora y pienso que es increíble la cantidad que Costa Rica invierte en educación y programas sociales para sus ciudadanos. Y cuando se mira que la inversión en la educación, está dando réditos porque aquí tienen una sustancial cantidad de personas que son altamente calificadas para estos trabajos e industrias emergentes, como lo que nosotros estamos haciendo con el sector de investigación y desarrollo. Estados Unidos también está operando con un déficit, por lo que en definitiva no somos un país ejemplo, pero sí creo que es bastante impresionante la cantidad de dinero que el país está dispuesto a invertir en sus ciudadanos y en su futuro.   ¿Por qué Intel mira hacia Malasia, China, Viet Nam y deja un país como Costa Rica? Eso va con la coubicación entre proveedores y clientes y la mayoría de los materiales que necesitamos en el proceso de montaje y pruebas, los vendedores están principalmente en Asia y la mayoría de las compañía manufactureras de computadoras están en Asia, y están igualmente ubicadas en un mercado significativo en relación a lo que Intel crea y vende.   Después de seis años de estar en Intel en Costa Rica, ¿tres cosas que pueda destacar desde el punto de vista profesional? Profesionalmente,. amo a la gente, son tan creativos, tan innovadores y siempre están dispuestos a estar ahí e intentar. A algunas personas, algunas culturas, les gusta mantener las cosas exactamente como están, dentro de su área cuadrada, en su zona de confort, pero los costarricenses siempre son los primeros en apuntarse a hacer algo que aún no saben cómo resolver, pero siempre están dispuestos a intentarlo.   Tres aspectos en los que usted crea los costarricenses deben mejorar… Estamos en un ambiente global, en un mundo global y cada país tiene que procurar su visión y estar atento de lo que otros países están dispuestos a hacer desde una perspectiva de incentivos, y aunque pueden escoger no seguir ese tipo de incentivos, existe la necesidad de hacer una continua evaluación comparativa con lo que otros países están haciendo y ofreciendo. Creo que desde un ecosistema, Costa Rica necesita seguir creando las oportunidades y un ambiente de inversión para atraer aquellas compañías que están alineadas con su visión y sostenerlo a través de un período de tiempo extenso.   El expresidente Figueres comparó la salida de Intel con un “bombazo”. ¿Está usted de acuerdo? (Hace pausa y medita la respuesta) No sé si yo utilizaría el término “bombazo”, en el sentido de que, sí, fue definitivamente una sorpresa para el país y pienso que fue un retroceso temporal, de verdad que sí lo creo, como dije, 1,500 personas fueron impactadas, pero muchos de esos ingenieros están siendo colocados en puestos ya sea aquí en la organización en Costa Rica, o se les están ofreciendo puestos en los Estados Unidos y otras locaciones. Entonces al final del camino, no sé cuanta va a ser la cifra exacta, pero va a ser significativamente menor que los 1,500.   ¿Se reunieron con el nuevo presidente? ¿Qué piensan acerca de él? Nuestra conversación fue extremadamente profesional. Él parece muy conocedor, muy interesado en acercarse a compañías como Intel y tratar de encontrar algunas soluciones “ganar-ganar” en referencia a cosas que pueden ser realizadas en beneficio de ambos tanto país como corporaciones como Intel. Fue una experiencia muy positiva.   ¿Qué le prometió el presidente a compañías como Intel? No hubo promesas. Fue un diálogo, estábamos compartiendo, esta fue nuestra primera reunión, entonces fue más de introducciones y simplemente diálogo y comenzar a entendernos el uno al otro y compartir. Estas cosas toman tiempo, primero uno debe construir las relaciones y luego tiene que aprender acerca de uno y el otro, y conocer cuál es la visión de cada uno.   Si tuviera que empezar de nuevo con Intel en Costa Rica, ¿qué haría diferente? (Hace pausa y medita la respuesta) No creo que haría algo diferente. Pienso que hemos tenido una travesía fantástica y algunas de las cosas que eventualmente llevaron a cerrar la fábrica de manufactura estaban fuera de nuestro control, tuvieron que ver con la economía global, el ecosistema y el ambiente global. planta_intel1 Foto: Ezequiel Becerra.

 

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