En este acto, donde informó por cuarta vez sobre sus acciones y logros a lo largo de este tiempo, hay varios aspectos que resultan relevantes para poder configurar un análisis más eficiente de lo que su gobierno ha implicado, no únicamente para él y Morena, si no también para el país en su conjunto.

En una primera instancia, es importante resaltar la necesidad que tiene el presidente por generar eventos masivos, en donde su imagen se vea fortalecida, ante diversos acontecimientos que en las últimas semanas, han venido impactando de manera negativa la percepción de las personas sobre él y su gobierno. Más aún cuando no están ocurriendo las cosas como él lo había planteado, particularmente en seguridad y en economía. Si bien mantiene un fuerte apoyo popular, cuando compramos ese apoyo con otros periodos presidenciales, podemos ver que en el mismo mes dicho apoyo es menor, al que obtuvieron los últimos tres expresidentes en el mismo tiempo, con el hecho consabido, de que el presidente López Obrador es el único, después de la cuestionada elección de Carlos Salinas, que obtuvo más del 50% de los votos. 

Es por ello que a estos eventos masivos que el presidente organiza, hay que sumar el efecto que las mañaneras están generando tanto en el círculo rojo, como en la ciudadanía. Es importante mencionar, que esta presencia constante en los medios de comunicación, permiten que el presidente tenga una opinión positiva mucho más efectiva, que si utilizara el tiempo que tiene para comunicar sus actos a través de medios electrónicos.

Si bien estos actos parecen actos que buscan enaltecer la imagen presidencial, el AMLOfest de inicios de diciembre es preludio de una intensificación del uso de figura del presidente, ante un proceso electoral que se avecina y que genera referentes distintos, como los pronunciados por el presidente en su discurso. 

Este acto y el informe presentado, se diferencian en dos sentidos con respecto a los informes anteriores. En este caso, el presidente presentó cifras sobre las cuales sustenta sus dichos, lo que no ocurrió en el informe formal de septiembre, sino que además planteó con nombre y apellido las culpas que él considera han tenido otros expresidentes, particularmente en el tema de seguridad. Éste hecho parece responder a dos elementos relevantes, que son fundamentalmente la necesidad de mejorar su imagen, así como ubicar enemigos concretos, como lo hizo con Carlos Salinas en su momento, que puedan quedar en la mente de las personas, como referente de sus dichos. 

El escenario que el presidente enfrenta, puede complicarse con la elección de la dirigencia de Morena y la posibilidad de no lograr un acuerdo, que pueda generar condiciones negativas para el presidente y su partido. De la misma forma, el tiempo de su mandato sigue corriendo, con resultados más bien magros en todos los espacios de acción que el presidente tiene, por ellos mantiene el discurso de víctima en diversos espacios, así como de polarización, lo que le permite mantener espacios de confianza.

Ante ello, el Amlofest refleja el talante del presidente, como el discurso lo hace de la condición en que el presidente se ve a sí mismo, ante la complejidad del contexto y el escenario que enfrenta. Ante el hecho de que los principales obstáculos del presidente están dentro de su mismo partido, busca reasumir el control a través del discurso, de diversas variables que no están siendo lo suficientemente efectivas, pero que reafirman las prioridades que el presidente tiene para el futuro inmediato.

 

Contacto:

LinkedIn: Gustavo Lopez Montiel

 

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

Lee también: México no se hizo de izquierda, sino que estaba harto: José Mujica

 

Siguientes artículos

Los juegos del poder y los sistemas descentralizados
Por

Por querer resolver la corrupción, la inseguridad y la economía de compadres, le dimos el poder a un grupo político que...