Los proyectos de Infraestructura sustentable 360° buscan reconocer los proyectos que tienen una visión de largo plazo desde el diseño, operación y mantenimiento.   El reto de Latinoamérica con la infraestructura es un pendiente que aún tiene que resolver. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indica en un estudio de 2011 que los países deben invertir entre 3 y 6% de su Producto Interno Bruto (PIB), cuando en la realidad es de menos de 2%. Pero, aparte de gastar más, la región debe hacerlo mejor y encontrar un equilibrio entre inversión y mantenimiento, señala el organismo, y considera imprescindible la participación del sector privado para alcanzar esta meta. Una encuesta hecha por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a habitantes de Bogotá, Buenos Aires, Lima, Ciudad de México y São Paulo, publicada en marzo del presente año, revela que los desafíos más importantes por el desarrollo  sostenible son: mejor transporte público, energía eléctrica más accesible y menos costosa, y mejor servicio de agua. En el cumplimiento de estos objetivos, el BID busca que en los proyectos de infraestructura no se mire solamente el “precio final”. Por ello, junto con la Universidad de Harvard, desde el año pasado lanzó los Premios de Sustentabilidad de Infraestructura 360°, con los que se busca reconocer los proyectos que tienen una visión de largo plazo desde el diseño, operación y mantenimiento, y con los mayores impactos positivos en el medio ambiente y en la población. Este año, el BID y Harvard buscan nuevamente los proyectos más sustentables y que puedan llegar a formar ciudades “indestructibles”.   No sólo importa el precio La sustentabilidad en la infraestructura implica repensar qué es bueno o malo para un país, y no ver cuál proyecto es mejor solamente por el “precio final”, descartando otras variables a largo plazo, explica en entrevista Jean-Marc Aboussouan, jefe de la División de Infraestructura del BID. “Lo que se hace en muchos países es que se decide cuál es el mejor proyecto viendo el precio final. Esto es una parte mínima del concepto de sostenibilidad. Los costos que hoy pueden ahorrarse en un proyecto, en el futuro pueden costar más dinero en términos de mantenimiento y en impacto ambiental que no se pueden medir hoy, pero que quizás en 20 años pueden crear pasivos muy grandes.” El BID, como banco de desarrollo de la región que financia proyectos de infraestructura, también buscó ir más allá y promover la idea de siempre mejorar los proyectos y hacerlos más sostenibles. Y para medir qué tan sustentable es un proyecto tiene la ayuda de Harvard. “La metodología del programa Zofnass-Harvard va más allá del impacto ambiental y social. Alcanza los aspectos de las personas, de liderazgo en el proyecto, la calidad de vida que estos proyectos tienen, la parte ambiental, el uso de los recursos, cuáles son los materiales y otros criterios”, agrega el directivo del BID.   ¿De qué tratan los premios? Los proyectos que pueden participar en el concurso son aquellos que sean desarrollados dentro de los países miembros del BID; en fase de construcción o haber entrado en operación en los últimos tres años; con un costo total mayor a 30 millones de dólares (mdd), y que sea financiado por el sector privado o una Asociación Público Privada (APP) en una proporción 50/50. Los proyectos pueden ser de los sectores de energía, transporte, producción de agua, aguas residuales, residuos sólidos y telecomunicaciones. Los premios se dividen en tres categorías: Impacto en población y liderazgo, Cambio climático y medio ambiente, y el Premio Infraestructura 360°, para aquel que consigue el mayor puntaje de todos los proyectos. Los proyectos serán evaluados a través de la metodología del programa del Harvard para infraestructura sustentable y serán elegidos 12 finalistas, de los cuales saldrán los tres ganadores (uno por categoría), seleccionados por un panel de expertos. Jean-Marc Aboussouan, del BID, dice que la convocatoria del año pasado tuvo buena aceptación, pues para ser el primer año se recibieron 60 proyectos, incluso uno de África, aunque no pudo participar.   Ganadores 2014 Los ganadores de la edición pasada fueron: La Línea 1 del Metro de Lima, Perú, el primer tren eléctrico urbano de la ciudad, que cubrirá una distancia de 34 kilómetros conectando 11 distritos del sur al noreste a través de un viaducto elevado. El Parque Eólico Los Cocos, en República Dominicana, que genera 200,000 megawatts (MW/h) de energía limpia al año y evita la emisión de unas 160,000 toneladas de dióxido de carbono. El proyecto se diseñó de tal forma que no afectara los humedales y planicies aluviales donde fue construido, y además se apoyó la economía local con materiales de construcción de origen local. La Central fotovoltaica Aura Solar I, en La Paz, Baja California Sur, que tiene una capacidad instalada de 30 MW y se prevé que genere 81.5 GW/h locales, suficientes para abastecer de energía eléctrica a 32,000 hogares. El proyecto está ubicado en un predio agrícola que ya no puede ser usado para cultivo, con lo que al mismo tiempo se apoya la conservación del acuífero La Paz, la única fuente de agua en la ciudad.   Las inscripciones para la edición 2015 del premio cierran el 12 de agosto, pero cabe aclarar que la presentación de documentos y  llenado de cuestionarios puede completarse hasta finales del mes. Para más informes se puede consultar la página del BID.  

 

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