Por Dafne Navarro Miranda* Una de las mejores cosas que puede pasarle a una persona es encontrar un lugar de trabajo en el cual pueda desarrollar sus actividades laborales e interactuar con sus colaboradores, líderes y colegas en un ambiente naturalmente saludable dentro de la organización. Definitivamente esta experiencia diaria puede ser comparable con disfrutar un apacible atardecer, recostado en un camastro a la orilla del mar en total estado de relajación. ¿Recuerdas lo bien que se siente? Hasta el día de hoy, la mayoría de las personas con las que me relaciono buscan continua y exhaustivamente sentirse bien consigo mismas y por consecuencia ser referentes de un bien estar con los demás. Claro, también existen personas que a toda costa encuentran malestar en lo que hacen o los rodea, es más, buscan generarse condiciones de mal estar para sentirse bien con eso. Los elementos en el lugar de trabajo se están encaminando a acrecentar el deseo por alcanzar un estado óptimo de vida, los líderes empiezan a adaptar sus comportamientos para ser role models y las personas están asumiendo su responsabilidad para influir en sí mismos y en los grupos de trabajo.  La realidad del bienestar en el trabajo está tomando un rumbo distinto. Homeostasis dentro de la organización Las empresas están compuestas de decenas, cientos o millares de colaboradores que trabajan juntos para el mantenimiento de toda la organización. Si bien las personas pueden desarrollar diferentes funciones, todos los colaboradores poseen requerimientos similares en su lugar de trabajo; requieren de satisfacer a determinadas necesidades bio-psico-sociales para su óptimo funcionamiento. Esto es análogo a lo que ocurre con un organismo vivo. Mantener un ambiente interno estable, con todas las sustancias que se necesitan para sobrevivir  (oxígeno, glucosa, iones minerales, remoción de desechos), es imprescindible para el bienestar de las células individuales y para el bienestar de todo el cuerpo.  Generar homeostasis. El 80% de los colaboradores que trabajan en Los Mejores Lugares para Trabajar en México, sienten que sus organizaciones son psicológicamente y emocionalmente saludables para trabajar, y 82% expresa el hecho de disfrutar colaborar en ellas. Dentro de las organizaciones también es necesario generar procesos homeostáticos que refieran a la estabilidad, el balance o el equilibrio, para mantener un ambiente interno que optimice su funcionamiento; conservar este ambiente requiere de un monitoreo constante y ajustes a medida que las condiciones cambien. Una regulación en las prácticas de bienestar laboral y su impacto en los trabajadores. La canasta de las manzanas Recuerdo una metáfora que hacía alusión a la forma en que un grupo de manzanas podrían terminar podridas, aun y cuando se encontraran en óptimas condiciones para ser consumidas. Se dice que si tú colocaras una manzana en estado de descomposición dentro de un canasto donde hay otras manzanas comestibles, en un poco tiempo las manzanas más próximas empezarán a contaminarse por el lado que contacta con la manzana podrida par después terminar pudriendo el cesto completo. En términos del bienestar de las personas dentro del lugar de trabajo ocurre lo mismo. La cesta de las manzanas puede ser amplia, cómoda y hermosa, sin embargo no todo lo referente a bienestar está asociado con los espacios físicos, programas de salud o balance de vida. Bienestar laboral también se trata de relaciones entre los integrantes de un equipo de trabajo. Si una persona no procura una vida saludable física, emocional y mentalmente, empezará a manifestar comportamientos tóxicos hacia el trabajo. Expresar abierta y constantemente inconformidad dentro del lugar de trabajo o mostrar gestos mal encarados,  estará sobreexponiendo diariamente a las demás personas a recibir mensajes de malestar. Por ello es tan importante que en los lugares de trabajo se promuevan . La creatividad y los espacios colaborativos son dos claves que facilitan que esto ocurra. Wellness Influencers En cuanto al líder sería importante descargarle la responsabilidad de proveer bienestar a cada uno de los colaboradores. No quiero decir que el líder deba necesariamente desobligarse del bienestar en el trabajo, mi intención es proponer un remplazo de paradigma en el cual asuman un rol como modeladores de salud física, psicológica y administrativa frente a la organización. En los últimos años las personas nos hemos dividido en un grupo de followers y un grupo de influencers. De acuerdo con el estudio más reciente de Los Mejores Lugares para TrabajarTM para la generación Millennial, la credibilidad en los líderes alcanzó un 80% de favorabilidad. Definitivamente a mí me inspiraría aun más contar con un líder que cuida su alimentación, respeta sus horarios laborales, cuenta con apoyo de un coach o terapeuta, práctica algún ejercicio y sobretodo que demuestre un estado actitudinal genuinamente positivo. Observar a un líder enfermizo, tenso, que no procure su salud, carente de relaciones afectivas sanas y con un bajo rendimiento en su desempeño; no es definitivamente lo que me inspiraría a buscar mi bienestar.  Apreciaría a un modelo que de manera congruente se apegue a la filosofía de la organización que procura el bienestar de las personas que le contribuyen. Cada quien lo suyo En la parte más primitiva de nuestro origen seguiremos siendo animales mamíferos y como tal nuestra naturaleza nos encauza a depender de otros para generar estados de satisfacción, desde nuestras más básicas necesidades hasta los requerimientos socio emocionales más complejos. En la segunda década del siglo XXI, la especie humana tiene mayores posibilidades de generar más auto bienestar que en cualquier otro momento de la historia. Las personas en sus lugares de trabajo ahora son más capaces de proveerse a sí mismos lo necesario para sentirse y estar bien. Por ejemplo, términos como estrés laboral eran poco comprendidos en el pasado, hoy podemos a través de diferentes herramientas y técnicas aprender a autorregularlo.  Las personas en sus lugares de trabajo tienen mayores oportunidades de definir para ellos mismos las acciones que les producen un estado de mayor satisfacción cotidiana, desde la personalización de un espacio físico, la definición del horario laboral, el establecimiento de sus propias metas y sus propios planes de desarrollo personal en el trabajo. Estar bien en el trabajo está dejando de ser una utopía y se está aproximando cada vez más a una realidad humanística en las que las personas están dejando de ir a trabajar por un sueldo, acuden a un lugar en el que encuentran estados de bienestar. Se dice que el bienestar en el trabajo puede asemejarse con un unicornio, algunas personas consideran que es parte de la mitología, otras cuantas creen en su existencia, los menos confirman haberlo visto; pero pocas, muy pocas pueden asegurar que lo poseen. *Knowledge Management Manager, Great Place to Work México

 

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