Nuestra vida emocional está compuesta por dos fuerzas: el miedo y el amor. Cada una independiente. Cada una poderosa. Y cada una conduce a un destino diferente. Por eso, hoy quiero compartir contigo una estrategia de cómo virar hacia el amor cuando te encuentres ante un acontecimiento que te pueda generar un miedo que te sabotee.
El amor es la fuerza más poderosa del Universo. Es una fuerza creadora. Unificadora. Es la fuerza que engendra la gratitud y la esperanza. Y para acceder a ella hay que entender cómo opera el miedo para que asumir nuestra grandeza.
El amor expande y el miedo implota.
Una analogía que me gusta es que el amor es como el big bang del Universo y el miedo es como sus agujeros negros. Como el big bang, el amor es expansivo, intrépido, valiente, echado para adelante. Mientras que el miedo es como el agujero negro, tan ensimismado que arrastra a lo que se le acerca a su vórtice, consumiendo su luz.
Entonces hoy, te invito a abrazar el amor. A entender que el miedo es el estado básico operativo de la naturaleza cuyo fin es mantenernos vivos, que es un propósito loable. Pero que en la práctica, si se abusa de su llamado, nos conduce a un destino oscuro, frío y solitario, que termina en una vida pobre, frustrada y amargada, independientemente de cuántos bienes uno haya acumulado en el camino.
El amor habita en otro plano. Inagotable. Lleno de propósito, luz y esperanza. Uno que inspira, ilustra y conduce hacia la acción constructiva.
Es fácil saber si el impulso que estás sintiendo ante un determinado acontecimiento es miedo o amor. Simplemente pregúntate si le puedes asignar un sentimiento de gratitud. Si sí, es amor. Si no, es miedo. Así de fácil. Así de profundo.
Ahora, ¿qué hacer si uno está saboteado por el miedo? ¡Virar! Ponte tu cachucha de explorador y pregúntate, ¿Cómo puedo encontrar en este acontecimiento un regalo?
Hay tres tipos de regalos que le podemos extraer a todo acontecimiento. El primero es el regalo del conocimiento. Todo, absolutamente todo, puede convertirse en una oportunidad para aprender. Una oportunidad para acrecentar la sabiduría de cómo funciona nuestra propia mente o la mente de otras personas o incluso cómo opera el mundo. Es fascinante.
El segundo regalo es el regalo de la fortaleza. Piensa en cómo este acontecimiento te puede ayudar a ser más fuerte física, mental o emocionalmente. Como solía decir mi papi QEDP, “Lo que no te mata, te engorda”, jajaja. Y tenía toda la razón. Todo, absolutamente todo, puede convertirse en una oportunidad para crecer. Abrázala.
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Finalmente, está el regalo del propósito. Este es, sin duda, el más importante, y por su magnitud, el más difícil de asimilar. Déjame darte un ejemplo extremo, y por su extremidad ilustrativo. ¿Te acuerdas del actor Christopher Reeves que hizo el papel original de Superman en el Cine? Pues resulta que 15 años después se cae de un caballo, se rompe el cuello y queda parapléjico. A cualquiera que le preguntaras su opinión sobre este acontecimiento, casi todos dirían ¡Qué tragedia! Y sin embargo, cuando le preguntaron a Christopher 15 años después de su accidente, él dijo: “Es lo mejor que me ha pasado en la vida. Explica: antes era simplemente un personaje ficticio, ahora he creado el Instituto para Parapléjicos Reeves que ayuda a la gente a enfrentar lo que es probablemente el momento más complicado de su vida, y a aprender a vivir y prosperar en su nueva condición.”
En conclusión, ante todo acontecimiento, tenemos dos opciones: enfrentarlo con miedo o con amor. Escoge bien. Escoge el amor.
Ten un gran día.
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Mac, visionario emprendedor y líder de opinión en cómo construir el futuro en el cual nos dará gusto vivir. Enseña a empresas, asociaciones y gobiernos a enfrentar mejor el futuro, asumir su grandeza, y hacer una diferencia en el mundo.
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