Los últimos 12 meses le han enseñado a las grandes compañías que la unión hace la fuerza, pero el verdadero habilitador de las fusiones es y seguirá siendo uno: el dinero barato.   Por Antoine Gara Fue un año récord en lo que a fusiones y adquisiciones respecta. A nivel mundial se cerraron negocios por casi 5 billones de dólares –un nuevo máximo histórico– en un año en que las compañías aprovecharon la consolidación para lograr una reducción de costos, dar un impulso a su escala y aprovechar créditos baratos. Aunque 2016 podría ser un año más difícil si el crecimiento de las economías emergentes se desacelera aún más y las materias primas mantienen una tendencia a la baja, pocos esperan que el auge actual de las fusiones se frene. Después de todo, aún persisten las condiciones que provocaron el crecimiento de las fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés) de 3 billones a casi 5. Las empresas recurren al crédito barato para financiar la compra de sus competidores y conformar sinergias que puedan hacer crecer sus ganancias rápidamente. En medio de una lenta recuperación económica en Estados Unidos, las M&A han demostrado ser mucho más atractivas y fáciles de concretar que una expansión, la que podría requerir inversiones cuantiosas y también harían crecer los costos. Además, las empresas más grandes están enfrascadas en una carrera por aumentar el poder de mercado o responder a la consolidación entre los competidores. En la industria farmacéutica, estas tendencias se han manifestado en la tendencia de las compañías estadounidenses de fusionarse con las farmacéuticas europeas, lo que les abre la puerta a sus reservas de efectivo sin desencadenar la repatriación de impuestos y no las someten a las altas tasas impositivas de EU. Esto ha generado una ola de fusiones farmacéuticas que en 2015 alcanzó niveles sin precedentes y no se prevé una desaceleración en el corto plazo. En el sector de la tecnología, las fusiones dependen de los ahorros fiscales. En cambio, el sector de los semiconductores, que enfrenta cambios tectónicos, como la adopción de dispositivos inalámbricos y el cómputo en la nube, se fusionan en un esfuerzo por complementar sus servicios. La consolidación en el cable y las telecomunicaciones se está utilizando para adaptarse al abaratamiento de servicios una vez lucrativos como los paquetes de datos y el video. La combinación de las redes inalámbricas y de banda ancha superpuesta también es vista como una forma eficaz de construir la infraestructura necesaria para servir al cambio de los consumidores hacia los servicios de streaming. El boyante mercado de financiamiento ha ayudado al auge de las fusiones y adquisiciones. El crecimiento económico bajo, la inflación moderada y el poder de fijación de precios débiles motivan a los CEOs a buscar una reingeniería de los mecanismos generadores de ganancias a través de recompras de acciones y fusiones. Mientras tanto, los accionistas activistas ejercen una gran presión sobre los consejos directivos para darles un plan claro de cómo se reinvierten las ganancias. Una apuesta audaz debe ser justificada con expectativas de retorno creíbles y estos días parece que los retornos se generan a través de las fusiones y adquisiciones, no a través del gasto o la ampliación de capital. El aumento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal marca el final de una época de tipos de interés cero de siete años, pero es poco probable que aumente drásticamente los costos de endeudamiento corporativo o que modifique la tendencia de M&A. El debate sobre los impuestos corporativos continúa. Mientras tanto, el impulso a las fusiones no hará sino acelerarse el próximo año. “Los competidores históricos hoy se están combinando para lograr un aumento de escala y de dominación”, Martyn Curragh y Neil Dhar, de PricewaterhouseCoopers, afirman en un análisis de perspectivas M&A reciente. “En una época en la que el crecimiento enfrenta grandes desafíos y la competencia es implacable, hay un reconocimiento cada vez mayor de que si no te transformas, escalas y evolucionas, el crecimiento será inexistente”, añaden. En industrias como la farmacéutica y la de los semiconductores, los inversionistas apuestan por que estas expectativas sean ciertas. “Este año fue liderado por la salud y la tecnología. Yo esperaría que continuara. La industria de los chips estuvo muy activa pero sigue estando muy fragmentada”, dice Chris Pultz, gerente de cartera de Kellner Merger Fund. E incluso con los volúmenes de fusiones en nuevos niveles récord, Pultz argumenta que el número de acuerdos alcanzados en 2015 no refleja el exceso de euforia. La cifra de M&A en realidad cayó en 2015 y los tratos más grandes del año, como Pfizer y Allergan, Dow Chemicals y DuPont, o Anheuser Busch-InBev y SABMiller todos tienen una lógica convincente, dice Pultz. “2015 fue un gran año, pero no lo veo como la cima de un ciclo”, afirma. Un área que puede ver más negocios cerrados en 2016 es energía y minería. El año pasado, los perforadores usaron los mercados financieros para refinanciar deuda o emitir acciones. Sin embargo, en medio de una caída continua de las materias primas, esas empresas pueden verse encontrarse sin acceso al mercado de capital y verse obligadas a buscar socios. Otras áreas a tener en el radar incluyen a los medios de comunicación. Los rumores de fusiones incluyen a Twnty-First Century Fox, Time Warner y hasta CBS. Mientras tanto, la ferrocarrilera Canadian Pacific puede impulsar una nueva ronda de acuerdos en el sector del transporte, sobre todo si los volúmenes de petróleo, gas, carbón y metales caen aún más. Las fusiones y adquisiciones alcanzaron los 4.86 billones en 2015, superando el récord de 2007, según la firma de datos Dealogic. El próximo año esa cifra podría superar los 5 billones.

 

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