El director general para México de Delta Air Lines asegura que la empresa se prepara para crecer en México, aunque la infraestructura aeroportuaria del país puede representar turbulencias para el despegue.     De pequeño soñaba con volar un avión. El trabajo operativo de su padre en la aerolínea Pan Am animó a Carlos Hernández Mena a estudiar aviación en su natal Guatemala, y pilotear sus primeros aeroplanos. Hoy es el capitán para México de Delta Air Lines y su plan de vuelo incluye la conquista del cielo mexicano. El 10 de septiembre de 2012, Carlos asumió el cargo de director para México de la empresa estadounidense con un encargo especial de Nicolás Ferri, vicepresidente para América Latina y el Caribe de Delta: contribuir a convertir a la aerolínea estadounidense en la preferida de Latinoamérica. Los viajeros mexicanos son una pieza clave en la estrategia. “El mercado aeronáutico se encuentra en pleno desarrollo,  y si a eso le agregamos el ingrediente de las reformas estructurales que están viniendo, vemos que podremos unir al país de forma más fácil, es decir, tejerlo de norte a sur y de este a oeste. Creo que el futuro para México es brillante”, asegura en entrevista con Forbes México Carlos Hernández. El directivo dice que actualmente en América Latina la aerolínea ocupa la segunda posición de mercado por número de vuelos entre las empresas estadounidenses, detrás de American Airlines y seguida por United Airlines. La empresa cuenta entre sus planes aumentar la frecuencia de sus vuelos de Estados Unidos a los destinos que tiene en la República Mexicana, así como consolidar su alianza comercial con Aeroméxico, que dirige Andrés Conesa Labastida. Sin embargo, la empresa no se encuentra exenta de turbulencias en su despegue. La competencia y la infraestructura aeroportuaria son retos en la ruta de Delta, así como de su capitán en México.   El plan de vuelo Foto: Carlos Hernández, director para México de Delta (Linkedin)Cerca de 39 años de trabajo en el mundo de las aerolíneas por parte del padre de Carlos acrecentaron la admiración de su hijo por el negocio de la aviación comercial. “En casa siempre hubo aviación, desde niño, y entonces uno crece escuchando las historias de papá y viendo cositas de la aerolínea”, recuerda con una sonrisa Hernández Mena. Peso y balance, meteorología, cartas de navegación y cargas de combustible en la aviación fueron los temas que rodearon al empresario durante su niñez y juventud. Sin embargo, el directivo hizo una pausa en su pasión por los aviones para trasladarse de Guatemala a Estados Unidos, donde desarrolló sus estudios universitarios en el estado de Virginia. A su regreso, Carlos encontró trabajo con su padre, y así fue como inicio una carrera laboral que lo llevó a los puestos de alta gerencia de empresas como Saatchi&Saatchi, Exxon y Johnson & Johnson en Centroamérica, así como director de United Airlines en México. En 2012, Hernández recibió la invitación de Delta para convertirse en su capitán. Ése fue el inicio de una nueva aventura profesional, pero también del reto de alcanzar altos vuelos. Carlos se propone convertir a la aerolínea en la favorita de los viajeros de Latinoamérica, región donde coloca sus mayores apuestas en México y Brasil. El crecimiento que ha experimentado la región podría confirmar parte del interés por conquistar a dos de las economías más grandes de Latinoamérica. El estudio Contruyendo el futuro de los viajes: macrotendencias que conducirán el crecimiento de la industria a lo largo de la siguiente década, elaborado por Oxford Economics y financiado por la empresa Amadeus, muestran crecimientos en el flujo de pasajeros que visitan el continente americano, como es el caso de la región Asia-Pacífico, que de 2009 a 2013 se ha incrementado 29.79%. En el caso del país, la llegada de empresas petroleras podría beneficiar el flujo de pasajeros de negocios que lo visitan, derivado de la aprobación de la reforma energética, lo que le otorga a las aerolíneas un panorama favorable en sus planes de negocio, explica  Juan Elizalde, analista de Banco Ve por Más.   Fuente: Oxford Economics/Amadeus   Un copiloto mexicano Carlos sabe bien que en cualquier vuelo es importante contar con un buen acompañante. Desde mayo de 2012, Delta formalizó una alianza estratégica con Aeroméxico para convertirlo en su copiloto en el país. Con una inversión de 65 mdd, la aerolínea estadounidense obtuvo una participación accionaria de 4.17% al interior de la aerolínea mexicana y le otorgó una posición en la junta de directores de Aeroméxico. “Son inversiones no mayoritarias, pero sí estratégicas”, dice Carlos. El directivo explica que el objetivo de la inversión es mejorar la experiencia del viajero, por lo que materializaron su participación por medio del desarrollo de vuelos en común, algo que en el mundo de la aviación se conoce como códigos compartidos. Actualmente, Delta tiene alrededor de 410 códigos compartidos en el mundo, los cuales le permiten alimentar el flujo de pasajeros provenientes de Estados Unidos a regiones como la República Mexicana. La idea es unir la oferta de las dos aerolíneas en una sola. A pesar de que algunos medios de comunicación nacionales han puesto en duda la continuidad de la alianza entre las dos aerolíneas, Carlos Hernández es enfático en este sentido: “Es una inversión estratégica y hay un plan de colaboración para que las redes de distribución fluyan… Siempre habrá la intención de ir sólo de la mano de Aeroméxico, con todo y cada vez más.” Y los planes entre las dos empresas tienen el viento a favor. Hace dos meses, Delta y Aeroméxico inauguraron oficialmente su centro de mantenimiento, reparación y revisión de aeronaves (MRO) en Querétaro, el cual requirió una inversión conjunta de 603 millones de pesos (mdp), de los cuales 55 mdp fueron aportación de la administración estatal.   ¿Turbulencias? Pero el viaje de Delta tal vez no sea lo más placentero que Carlos quisiera. Condiciones como la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y la falta de infraestructura en varios estados del país pueden ocasionarle a la estadounidense fuertes turbulencias. El AICM, con un volumen de más de 29 millones de pasajeros al año y cerca de 400,000 vuelos, es uno de los más transitados de América Latina y requiere de una nueva infraestructura que permita mantenerlo en pie. “La infraestructura aeroportuaria es un reto que tienen todas las empresas del sector comercial aéreo”, opina Juan Elizalde, de Banco Ve por Más. A pesar de ello, la aerolínea mantiene su estrategia de crecimiento, en donde se apunta el reto de incrementar la frecuencia de sus vuelos, así como los puntos de partida desde el vecino país del norte y que se introduzcan aeronaves con mayor capacidad. “Lejos de ver dificultades, hemos visto oportunidades, como la de crecer en Cancún, de 13 lugares distintos en Norteamérica”, comenta sonriente Carlos. Cancún, Cozumel, Vallarta, Los Cabos, Mazatlán, Ixtapa y León son los destinos turísticos y de negocio que mayor demanda tienen entre los viajeros estadounidenses, por lo que la apertura de vuelos directos entre México y Estados Unidos será una prioridad que se irá materializando en 2014. Hoy, Carlos Hernández recuerda el pasado en que soñaba con pilotear un avión, mientras aspira a ser el capitán de Delta que conquistó con su oferta el cielo de México. “El mercado cada día es más rápido, más dinámico, y las respuestas tienen que ser en el momento. Eso es lo que nos puede permitir ser la aerolínea favorita.”

 

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