Una computadora portátil, un smartphone, una tablet y un plan de conexión para los hogares no conectados, con un costo anual inferior al 1% del PIB, es la propuesta de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) para trabajar en los diversos retos que presenta la brecha digital en la región de América Latina y que se ha detonado a raíz de la crisis de la pandemia por covid-19.

Así lo señaló Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal,  quien dio a conocer en conferencia de prensa el Informe especial Covid-19 N⁰ 7 de la institución, titulado Universalizar el acceso a las tecnologías digitales para enfrentar los efectos del Covid-19 el cual propone a los países de la región garantizar una canasta básica de tecnologías de la información y las comunicaciones.

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El reporte subraya que las tecnologías digitales han sido esenciales para el funcionamiento de la economía y la sociedad durante la crisis de la pandemia provocada por el coronavirus. Avances que se preveía que demorarían años en concretarse, se han producido en pocos meses. Sin embargo, las brechas de acceso condicionan el derecho a la salud, la educación y el trabajo, al tiempo que pueden aumentar las desigualdades socioeconómicas.

“Los países de América Latina y el Caribe han adoptado medidas para impulsar el uso de las soluciones tecnológicas y cautelar la continuidad de los servicios de telecomunicaciones. Sin embargo, el alcance de esas acciones es limitado por las brechas en el acceso y uso de esas tecnologías y las velocidades de conexión”, señaló Alicia Bárcena durante la presentación del informe.

Según el documento, en 2019, el 66.7% de los habitantes de la región tenían conexión a internet. El tercio restante tiene un acceso limitado o no tiene acceso a las tecnologías digitales debido a su condición económica y social, en particular su edad y localización.

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En 12 países de la región, la cifra de los hogares del quintil de ingresos más alto que tiene conexión a Internet es un 81%, en promedio; las cifras correspondientes a los hogares del primer y segundo quintil es del 38% y el 53%, respectivamente.

Las diferencias en la conectividad entre la zona urbana y la rural son significativas. En la región, el 67% de los hogares urbanos está conectado a Internet, en tanto que en las zonas rurales solo lo está el 23% de ellos. En términos de grupos etarios, los jóvenes y adultos mayores son los que tienen menor conectividad: el 42% de los menores de 25 años y el 54% de las personas mayores de 66 años no tienen conexión a Internet.

En Europa y EU casi el 40% de los trabajadores puede trabajar desde su hogar, en AL solo 21.3%

El reporte señala que la baja asequibilidad consolida la exclusión de los hogares de menores ingresos. El costo del servicio de banda ancha móvil y fija para la población del primer quintil de ingresos llega al 14% y el 12% de su ingreso, respectivamente. Esto es alrededor de 6 veces el umbral de referencia de 2% del ingreso recomendado por la Comisión de Banda Ancha de Naciones Unidas.

En Europa y los Estados Unidos, casi el 40% de los trabajadores puede trabajar desde su hogar, cifra que se reduce a menos del 15% en algunos países de África. En el caso de América Latina y el Caribe, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que alrededor del 21.3% de los ocupados podría teletrabajar.

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En América Latina 46% de los niños y niñas de entre 5 y 12 años vive en hogares que no están conectados

El estudio revela que los datos de movilidad durante los primeros meses de las cuarentenas muestran un mundo paralizado en lo físico, pero no en lo virtual.

El tráfico en sitios web y el uso de aplicaciones de teletrabajo, educación en línea o aprendizaje a distancia y compras en línea revelan un significativo aumento del uso de soluciones digitales. Entre el primer y segundo trimestre de 2020, el uso de soluciones de teletrabajo aumentó un 324% y la educación a distancia más del 60%.

Sin embargo, el uso de soluciones de educación en línea solo es posible para quienes cuentan con conexión a Internet y dispositivos de acceso, y en América Latina el 46% de los niños y niñas de entre 5 y 12 años vive en hogares que no están conectados.

El acceso de los hogares a los dispositivos digitales es también desigual en la región: mientras entre el 70% y el 80% de los estudiantes en los niveles socioeconómicos más altos tiene computadoras portátiles en sus hogares, solo entre el 10% y el 20% de los estudiantes pertenecientes a los quintiles de menores ingresos cuentan con estos dispositivos.

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