Francisco Coll Morales* Ante un mundo cada vez mas globalizado, pensar en la aplicación de políticas proteccionistas por parte de la primera potencia económica mundial, para algunos, podría parecerle una teoría un poco obsoleta y anticuada, a la vez de alocada. Lógico sería escuchar este tipo de términos por parte de grandes economistas, pues estrechar el grado de apertura al comercio internacional en un contexto cada vez más global, donde los países son cada vez más interdependientes es un verdadero error. El presidente Trump parece no estar muy de acuerdo, ni con la teoría, ni con la historia económica, pues vemos como la teoría que el defiende firmemente es la de proteger la industria norteamericana mediante la aplicación de medidas proteccionistas con el fin de desacelerar la entrada de importaciones al país. También puedes leer: México y Canadá defenderán que el TLCAN siga siendo trilateral Unas medidas basadas en la aplicación de aranceles y tasas fiscales a los productos que entren del exterior, con el objetivo de reducir una balanza comercial que empeora por momentos. Aunque sea cierto que detrás de todo esto existen unas prácticas comerciales un poco manipuladas, pues es histórica la supremacía de China en el comercio mundial gracias a las políticas adoptadas por la organización del comercio mundial, no podemos decir que la solución óptima para la corrección de esto sea la de cerrar las fronteras al comercio mundial y entrar en una guerra comercial con el resto de países. Mucho menos si hablamos de la desaceleración que tendría el crecimiento económico mundial, el cual, según el Fondo Monetario Internacional, no para de alentar con unas previsiones del 3,9%, eso sí, sujetas a un crecimiento del comercio internacional.   El comercio internacional en la historia El comercio internacional, como hecho histórico, podríamos decir que ha sido uno de los mayores aportes al desarrollo cultural, así como económico, para los países y las civilizaciones del pasado. Gracias al comercio internacional, muchas civilizaciones adoptaron prácticas culturales de otros lugares más desarrollados y consiguieron alcanzar altos niveles de civismo. El comercio internacional es un concepto histórico, pues gracias a este, como comentamos, el bien o el servicio no era lo único que se intercambiaba, pues el continuo contacto con personas de otros territorios y civilizaciones hacía que el desarrollo social y cultural fuese más acelerado, por lo que se producía unos intercambios culturales que daban lugar al desarrollo de muchos territorios. Gracias a este comercio internacional, muchas economías que estaban prácticamente estancadas pudieron desarrollarse, así como los puestos de empleo en ellas, pues el continuo movimiento migratorio de personas con el fin de intercambiar bienes entre territorios hizo que surgieran nuevos puestos de empleo, nuevas herramientas de trabajo, así como nuevas prácticas para la elaboración de bienes y servicios que desencadenaba en un avance y un desarrollo profesional para los ciudadanos de estos países. Con el paso del tiempo, el continuo intercambio de bienes entre territorios hizo que se creasen las primeras relaciones comerciales, así como las rutas comerciales que tanto aportaron a las economías pasadas. En resumen, el comercio internacional trajo a las poblaciones y territorios un sinfín de avances en materia económica, así como de aspectos sociales y culturales, favoreciendo así al desarrollo internacional y a las relaciones diplomáticas entre países que hoy en día perduran en el tiempo.   La liberalización de las economías como motor de crecimiento Como comentábamos en el primer apartado, para muchos economistas, incluyéndome entre estos, hablar de un cierre proteccionista con el fin de proteger la industria es un grave error, y más cuando hablamos de la primera economía del mundo. Una economía que posee un tejido empresarial del nivel de Estados Unidos no puede abogar por el proteccionismo como solución a la balanza comercial, en lugar de la competitividad y el libre comercio. Es cierto que no podemos calificar al presidente Trump como un presidente intervencionista, pues estamos hablando de una de las economías con mayor grado de liberalización del mundo, por no decir la que más, pero si es cierto que junto a políticas tan atractivas como la de la rebaja fiscal, no debe ir acompañada una política de cierre de fronteras, pues la segunda podría lastrar gravemente la primera y convertirla en una política que no fructificase. La historia nos ha enseñado como los países que han liberalizado sus economías y han abierto sus fronteras al libre comercio, son las economías que históricamente más han prosperado. Algunas incluso comenzaron a prosperar en el momento que se subieron al carro de la liberalización. El comercio internacional, hasta hoy, no ha dejado de crecer. Históricamente hemos visto un comercio internacional al alza, y que, casualmente, ese crecimiento iba muy ligado, muy relacionado, al crecimiento económico en el mundo. Es decir, el comercio internacional siempre ha tenido un gran aporte al crecimiento económico, pues si observamos las gráficas de crecimiento de la economía a nivel mundial con el crecimiento del comercio, podemos identificar una clara relación entre ambos. En definitiva, estamos hablando de un comercio internacional que ha supuesto el motor de crecimiento para muchas economías y que, ante la aplicación de medidas proteccionistas, y con ellas, una desaceleración de este, podríamos estar hablando de un lastre, para nada necesario, de las economías.   *Analista económico para el Foro Económico Mundial, Economipedia, Bolsamanía y FinancialRed. Director de desarrollo de negocio y expansión de HAC Business School de Nueva York.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

El reto en Latam no es predecir, sino crear el futuro
Por

Por Andrés Bayona* La comunicación estratégica ha cobrado notable relevancia para las organizaciones, así como grandes d...