Por Eduardo Pérez Figueroa* Gran impacto causó el nombramiento que hizo el presidente López Obrador, al designar a Arturo Herrera como nuevo Secretario de Hacienda. Esto luego de que Carlos Urzúa renunciara al cargo por “presuntos” conflictos de intereses en la administración pública. Y es que no es para menos: una de las “cartas fuertes” del gabinete sorprendió a toda la opinión pública con su decisión. Precisamente, la IP fue de las primeras voces en reaccionar a la noticia. Organismos como la Confederación Patronal de la República Mexicana dieron la bienvenida -con reservas- al nuevo funcionario. Sin embargo, de manera general, coincidieron en la “confianza” que da la capacidad y trayectoria del nuevo secretario. Es pronto para calificar cómo Arturo Herrera desempeñará su tarea. Si uno revisa su experiencia, todo apunta a que lo hará de excelente forma. Pero esto va más allá que una simple renuncia: este cambio representa una oportunidad única para que -simbólicamente- se dé “un punto y aparte” a la política económica del gobierno del presidente López Obrador. De entrada, el pronóstico de crecimiento del 4% parece ya imposible. Diversos indicadores muestran señales poco favorecedoras para alcanzar esa cifra. Ante esto, como empresarios, nos toca entonces plantear soluciones para mejorar el panorama, a corto plazo. Por ejemplo: habría que retomarse el impulso a las Pymes. En este sentido, el gobierno es quien debe poner las bases para su desarrollo; mientras que nosotros, como representantes de la IP, debemos fomentar su crecimiento. Y es que, lamentablemente, su tasa de mortalidad en México es altísima: 70% de ellas cierra antes de cumplir dos años de operación, mientras que 7.7 es su promedio de esperanza de vida. Por otro lado, la administración pública debe obtener más recursos y, para ello, tiene que encontrar la forma de ampliar la base de contribuyentes. En este sentido, es necesario que promueva la formalización de las empresas que están en la economía informal; además, para incentivar la producción económica, tendría que disminuir la tasa del Impuesto sobre la Renta (ISR). Aunque suene contradictoria esta medida (ya que no fomenta más recaudación), podría compensarse con un aumento al Impuesto al Consumo. Gravar todos los productos y servicios, pudiera ser una acción razonable que la Secretaría de Hacienda podría plantearse ya para los próximos meses. ¿Por qué? Muy sencillo: hace falta incentivar la producción y generación de empleo en el país. Así, ampliar la base de contribuyentes, disminuir la tasa del ISR y extender la recaudación, sería la combinación ideal que podría tener el gobierno para impulsar un crecimiento en los próximos meses. Incluso, una revisión al impuesto especial a producción y servicios (IEPS), también podría considerarse dentro de estos cambios. Todo reunido en una nueva Reforma Fiscal. Con este panorama, y con la entrada de Arturo Herrera como titular de Hacienda, las condiciones están dadas para dar un cambio de rumbo a la política económica. Todo en pro de brindar las bases para que existan más empresas formales; finanzas sanas; y por supuesto, un México más estable y con crecimiento. *Director general de CONTPAQi®   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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