El futuro nos alcanzó y es cada vez más común encontrar robots conviviendo con humanos en el espacio de trabajo. He aquí seis empresas que sacan provecho de ello.   Por Alex Knapp Décadas de películas de ciencia ficción nos han enseñado a temer a los robots: nos esclavizan, nos exterminan y/o nos roban los empleos. En la vida real, los humanos y las máquinas están enseñándose unos a otros cómo hacer más en equipo de lo que podrían hacer por separado. He aquí seis empresas donde están capacitando a los robots y los humanos están recibiendo valiosas habilidades tecnológicas.   AUTODESK Enseñar a pintar a un robot En el nuevo corto Artoo in Love, el famoso androide de Star Wars intenta conquistar a un curvilíneo buzón del servicio postal estadounidense que luce justo como él. La película, escrita y dirigida por el ingeniero de Autodesk Evan Atherton, muestra una escena en la que los amantes posan para un dibujante, también un robot. Pero Atherton no estaba conforme con la idea de simular el acto, así que pidió a su colega de Autodesk David Thomasson que entrenara a un robot para dibujar de verdad. ¿Por qué no? Enseñaron al robot por primera vez a realizar dibujos lineales, guiando su brazo a través del lienzo, luego pasaron a las curvas y florituras hasta que los algoritmos pudieran eventualmente tomar el relevo. Tras la película, el equipo ahora está afinando su técnica para pintar y eventualmente a usar la captura de movimiento para que pueda imitar y adaptar las acciones humanas para hacer obras más originales. La esperanza, dice Thomasson, es que los robots no sólo sean “una herramienta práctica, sino también un socio creativo”.   RAYTHEON Aprendiendo rápido y al unísono
Uno de los robots en la planta de Raytheon en Tucson. (Foto: Timothy Archibald para Forbes.

Uno de los robots en la planta de Raytheon en Tucson. (Foto: Timothy Archibald para Forbes.

La fábrica de 4,300 metros cuadrados de Raytheon en Tucson está llena de robots y seres humanos que trabajan juntos. Raytheon no fabrica sus robots: Los compra e instala una interfaz de software común para que sean más fáciles de entrenar. Cuando un robot tiene que aprender algo, la tarea se simula primero en el software de Raytheon y luego se carga en el robot para que haga la prueba inicial. Todo el proceso puede tomar sólo unas pocas horas al día, según el operador Charles Scott. Una vez que un bot está en piso, la simulación de la línea de fábrica se actualiza y se comparte a los robots que ya están en uso. “Son robots muy comunes, pero estos chicos les han hecho muy orientado a las soluciones para nuestros productos, que son muy complejas”, dijo Kim Ernzen, vicepresidente de operaciones.   RETHINKING ROBOTICS Trucos de salón para la productividad
Un robot Baxter con with Nate Koontz, (Foto: Jamel Toppin para Forbes.)

Un robot Baxter con with Nate Koontz, (Foto: Jamel Toppin para Forbes.)

El ingeniero Nate Koontz es entrenador de Baxter, el versátil robot de Rethink Robotics, y para cada nuevo cliente (John Deere y Kaiser Permanente, entre ellos) suele comenzar estudiando fotos o ilustrando la tarea que un cliente desea automatizar mucho antes de enviar a Baxter a la cadena de montaje. El tiempo total de entrenamiento puede durar desde un par de horas hasta un mes, dependiendo de la complejidad. La empresa a menudo realiza hackathons para enseñar a Baxter nuevos trucos, como ser barman o jugar Connect Four. Los juegos pueden descubrir ideas para nuevas funciones. Una de esas funciones provino de un empleado que había entrenado a Baxter para hacer café con una cafetera Keurig. El proceso terminó siendo utilizado por un Baxter que hacía control de calidad para una empresa de bebidas de consumo. Ese Baxter en particular, fue entrenado para mezclar una bebida, examinarla en busca de sedimentos y vertirla de forma similar al método que usaba para preparar café.   GENERAL MOTORS Cada vez más cerca de la máquina

Un robot trabajando duro en la planta de GM en Orion. (Foto: Jonathan Kozowyk/Forbes.)

Algún desafortunado humano en la planta de montaje de GM en Orion, Michigan, ha tenido el aburrido y agotador trabajo de sacar llantas de repuesto de un transportador y apilarlos en función del modelo de vehículo al que están asignadas. No es ninguna sorpresa que el primer robot colaborativo de la fábrica, que llegó en enero, recibió la orden de apilar esos neumáticos. La parte difícil fue enseñarle cómo maniobrar en un espacio de trabajo lleno de gente donde las personas generalmente están a medio metro de distancia. “La industria manufacturera es un deporte de contacto”, dice el ingeniero de GM Marty Linn. GM elevó la sensibilidad de los sensores de fuerza del robot y realizó muchos ensayos generales utilizando gente de verdad y maniquíes. Los seres humanos también tuvieron que aprender a trabajar con el robot, pasando una “semana de la conciencia” de demos y pruebas. Ahora, el robot ya es considerado parte del equipo.   A. ZAHNER CO. Soldando como los humanos
Bill Zahner y el robot de su compañía. (Foto: Jamel Toppin/Forbes.)

Bill Zahner y el robot de su compañía. (Foto: Jamel Toppin/Forbes.)

Arquitectos de todo el mundo recurren a A. Zahner Co., de Kansas City, para hacer enormes fachadas personalizadas de metal que adornan edificios como el Museo Guggenheim de Nueva York, el estadio de los Dallas Cowboys y la Art Wall en Doha. Durante años, la fuerza laboral sindicalizada de Zahner se mostró reacia a dejar entrar a los robots hasta que los empleados y el CEO Bill Zahner se dieron cuenta de que permitirían a artesanos expertos dedicarse a proyectos más complejo a gran escala. “Si haces ciertas cosas más rápido, permites ampliar los aspectos más artísticos”, dijo Zahner. El primer robot llegó en 2007 y comenzó a aprender observando a los ingenieros mientras soldaban puntos a lo largo de arcos de hasta 3 metros de largo. Las máquinas siguieron esos puntos en función de los movimientos demostrados por los ingenieros. Las soldaduras son tan buenas como las de cualquier maestro artesano, dijo Zahner, tal vez incluso mejores, porque los robots no se cansan al llegar el final del día.   ABB Robotics Fácil como un iPhone

El robot Yumi. (Foto: Cortesía de ABB.)

El nuevo robot de ABB Robotics, YuMi, es un colaborador de dos brazos dirigido a empresas que no han considerado el uso de robots antes. Su interfaz de usuario está inspirada en el iPhone, “es un producto sofisticado, pero no tienes que saber mucho”, dice el ingeniero de ABB Bertil Thorvaldsson. YuMi puede programarse para tareas básicas, con sólo una app de tableta, pero por ahora sus clientes más sofisticados están usando las herramientas de software para tareas como la fabricación de productos electrónicos. Pero de todos los robots aquí, el YuMi probablemente sea el más fácil de entretnar para tu familia una vez que tenga la oportunidad.

 

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