Países de América Latina y el Caribe, como El Salvador, República Dominicana, Brasil o Panamá se han convertido en ejemplo de empoderamiento de las mujeres, gracias al trabajo desarrollado por distintos grupos de la sociedad civil y, desde hace 10 años, por el organismo de Naciones Unidas, ONU Mujeres. En entrevista con Forbes, la directora general de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, Luiza Carvalho, relata los proyectos en los que trabaja el organismo que preside y lo que han hecho para cambiar la perspectiva de género, tanto en gobiernos como en el sector empresarial de la región. Menciona, como uno de los principales logros, el proyecto de Ciudad Mujer, en El Salvador, y la apertura bancaria que han tenido varias instituciones para el otorgamiento de créditos; pero pone énfasis en la necesidad de eliminar legislaciones discriminatorias que impiden que la mujer sea un actor económico pleno, en términos de acceso a tierras, propiedades, créditos, etc. “Hicimos un estudio en el que [se detectó que] 90% de mujeres que han vivido violencia regresan a donde sufrieron la agresión; [lo hacen] por dependencia económica y falta de recursos. Si tuvieran empoderamiento económico y un Estado con respuestas integrales, podrían romper el ciclo de la violencia”, asegura Carvalho. Puedes leer:  ONG inglesa ofrece becas para mentoría a 500 emprendedoras Explica que, en Ciudad Mujer, los factores de producción y servicios están integrados; las cooperativas de producción de leche y alimentos operadas por mujeres están en la cadena de compras públicas para garantizar su viabilidad. “El proyecto de Ciudad Mujer está siendo adoptado por República Dominicana, Honduras y Brasil, bajo el concepto de que la propiedad de la tierra esté a nombre de la mujer, con el fin de darle seguridad jurídica y financiera. Se debe cambiar la idea de que el hombre sigue siendo el gran agente financiero”, dice. La financiación a la mujer tiene varias fortalezas, asegura Carvalho, y advierte que el sistema financiero sigue muy volcado a los hombres: “Hemos platicado con varios bancos para que abandonen la idea de que las mujeres sólo son sujetas a microcréditos. Deben propiciar que busquen créditos e inversiones medianas y grandes. Tenemos que ir de forma acelerada a obtener un capital mayor y que pase a manos de las mujeres”. Otra inercia de los sistemas financieros, asegura, es otorgar préstamos contra propiedades de garantía, los cuales, generalmente, están en manos masculinas. “En nuestra gestión, sin embargo, esto ha cambiado en Panamá y Chile, en donde antes se otorgaba apenas 8% de créditos a las mujeres, y ahora subió a 30%”. En este momento, el equipo de Luiza Carvalho trabaja en proyectos con productoras rurales, en El Salvador, Guatemala y Honduras, con financiamiento de la Cooperación Italiana, así como en Jamaica, Costa Rica, Brasil, Argentina, Uruguay y Chile.

 

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