Miguel Quintana Pali tiene algo qué presumir: una colección con más de 100 majestuosas cavernas con agua debajo de la tierra, algo que en ninguna otra parte del mundo existe. Hoy, pretende tomar su camioneta todoterreno para adentrarse en la selva y descubrir una más, que podría ser parte de un nuevo parque de diversiones.   Por Gustavo Armenta   No es un ex­plorador cualquiera. Miguel Quintana Pali, recorre los caminos más agrestes de la Península de Yucatán para encontrar (y después explotar) las maravillas que ofrece esta región: cenotes. “Mi labor es presumir a mi país”, dice Miguel, que ha propiciado un mer­cado que sólo puede desplegarse en una re­gión del mundo, en la Península de Yucatán. Todo comenzó por accidente un día de 1984, cuando descubrió un “lugar­cito” inhóspito donde quería construir una casa como la que había soñado de estudiante. Al iniciar los arreglos, Miguel empezó a descubrir lo inimaginable: vestigios arqueológicos. “Comencé a destapar huecos y pensé que a eso había que sacarle más jugo. De inmediato me imaginé un parque abierto al público”, recuerda. Ya en 2010, después de aquel descubrimiento y la creación de otros negocios, Xcaret, Xel-Há y Xplor fueron unificados en un solo corporativo; así nace Experiencias Xcaret. Ademas de crear Xoximilco, una reproducción de las chinampas de Xochimilco y a Xenses, un proyecto que Miguel planea abrir a finales de 2015 A Miguel Quintana Pali, la Riviera Maya ya le queda chica para buscar más cenotes y, frente a eso, va a la conquista de nuevas tierras. Así, este visionario empresario pretende crear la Gran Península Maya. [youtube id=”H7A2tRsJkqU” width=”620″ height=”360″]

 

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