Por Yue Wang  Por años, China observaba con envidia cómo Occidente forzaba una frontera tecnológica tras otras, contando solamente con mano de obra barata para alimentar su crecimiento. Hoy hay un cambio fundamental en proceso en uno de los campos más relevantes de la innovación tecnológica: Inteligencia Artificial (IA). China ya no solo está alcanzando a Estado Unidos, sino que está tomando la delantera en algunos campos de la IA, según los expertos. Los avances en IA del país se derivan de un significativo apoyo estatal en conjunto con un sector privado cada vez más dinámico. Beijing, interesado en el uso de tecnología para un gran rango de usos, incluyendo espionaje, predicción de crimen, transformación de servicios urbanos e impulsar la seguridad nacional, está direccionando capital masivo y apoyo policíaco a la IA. Quiere ser el líder del campo a nivel mundial para 2030 buscando que, para ese entonces la industria valga 150,000 millones de dólares. Hace unos días, un fondo respaldado por el Estado invirtió 460 millones de dólares en la startup de reconocimiento facial Megyij, en Beijing, opacando así el récord anterior de SenseTime Group, una compañía china de reconocimiento facial, que recaudó 410 millones de dólares en julio. La suma hasta ese entonces había sido la cantidad más grande que una compañía de IA había recibido. Y hay más por venir. Mientras que la administración de Trump propuso reducir el presupuesto de la Fundación Nacional de Ciencia —un importante centro de investigación e innovación científica en Estados Unidos— este año el ministro de finanzas de China tiene planeado invertir 1,000 millones de dólares (mdd) en todos los proyectos relacionados con la IA. Este apoyo incluye el financiamiento para que empresas del estado desarrollen líneas de producción de petróleo automatizadas, diseñen fábricas digitales y hagan chips que puedan procesar más información. Sin la intención de excederse, el ministro de ciencias de China está preparando nuevos fondos que llegan hasta los diez billones de yuanes, para un nuevo proyecto de IA, dijo Zha Hongbin, un profesor de maquinaria inteligente en la Peking University. A largo plazo, el apoyo de la capital del país a la IA no irá a nada menos que grandes proyectos como HeGaoJi, una iniciativa que comenzó en 2009, que recibirá más de 100,000 millones de yuanes (15,000 millones de dólares) en financiamiento en 2020, para desarrollar tecnologías incluyendo mejores chips y software de computadora, dijo Wu Fei, profesor en el Colegio de Ciencias Computacionales en la Zhejiang University. “China está enfocando mucha fuerza, determinación y mucho dinero a la IA” dijo Wu. “En los últimos años, los presupuestos de ciencia han crecido a pasos de gigante, y la inversión y el apoyo son por supuesto mejores que en otros países.”   Respaldado por el Estado Y aunque un Estado muy involucrado no garantiza resultados, China también tiene un sector privado que lo respalda. Gigantes de la tecnología como Alibaba, Baidu y Tencent ahora son rivales de Google y Facebook en influencia de mercado, y están compitiendo en el desarrollo de IA. Incluso están construyendo laboratorios en Silicon Valley en California, para escribir mejores algoritmos, producir asistentes personales más inteligentes y autos autónomos. El mes pasado, Baidu abrió su segundo laboratorio de investigación en Silicon Valley, recurriendo a talento local para alcanzar la meta de llevar autos completamente autónomos al mercado chino para 2020. En el mismo mes, Alibaba anunció que gastaría 15,000 mdd en los próximo tres años para reclutar al mejor talento en sus proyectos relacionados con IA, así como computación cloud y quantum computing. Quizás como reto directo ante el programa AlphaGo de Google, Tencent también desarrolló un programa en el complejo juego de mesa Go. Jueyi, cuyo nombre significa bellas artes, ganó los 11 juegos en el Torneo UEC de computadoras Go en Japón en marzo de este año. Estas compañías chinas tienen una ventaja sobre otros rivales de occidente: trabajan sin trabas de regulaciones públicas o debates, son relativamente libres para adentrarse en cantidades gigantescas de datos sobre consumo, pagos, salud y transporte de los aproximadamente 750 millones de usuarios que se encuentran en China, para perfeccionar sus algoritmos y probar nuevos productos. Pudiendo acceder a todo el flujo de información confidencial de identificación personal y fotografías, para realizar referencias cruzadas con sus propias bases de datos y desarrollar tecnologías de reconocimiento facial. Aunque otros usos, como la identificación de peatones imprudentes, seguramente alarmará a unos cuantos. “En algunos casos, particularmente en reconocimiento de imagen, China lo ha hecho muy bien.” Dijo Paul Triolo, responsable de prácticas de geo-tecnología en la consultora Eurasia Group de Nueva York. “Éstas están ahora en el mismo dominio que las compañías líderes de Occidente.” Mientras tanto, el rápido avance de China ha dejado a Estados Unidos con una inquietud que va en aumento.   La inquietud de Estados Unidos Aunque gran parte de la investigación de China sobre IA es pacífica y genuinamente ha hecho el bien —incluyendo reunir a un niño perdido con sus padres 27 años después de su secuestro, vía reconocimiento facial— la administración de Trump intensifica cada vez más su preocupación de que Beijing eventualmente use la tecnología de IA para avances militares. Por ejemplo, el Ejército de Liberación Popular ha capitalizado una IA para construir sistemas de armas no tripulados, incluyendo fuerza aérea, drones y vehículos submarinos, con la meta a largo plazo de ir hacia una “no tripulada, intangible y silenciosa guerra,” de acuerdo a un testimonio de Febrero frente a la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad Estados Unidos-China. Con estos temas en mente, Estados Unidos está considerando restringir la inversión china en Silicon Valley, enfocándose en la IA y machine learning en particular, para proteger tecnología de punta que tiene implicaciones nacionales de seguridad desde Beijing. Pareciera que cada vez más, la inversión china está entrando a startups estadounidenses de IA de fase temprana, cuyas licencias tecnológicas han sido otorgadas a la milicia. Por ejemplo, Haiyin Capital, un fondo respaldado por el gobierno, invirtió el año pasado 1.2 millones de dólares en Neurala, una startup de IA en Boston, que otorgó a la NASA y a la Fuerza Aérea, la licencia de su software de mapeo y navegación. Neurala ha dicho que la compañía no dará ninguna clase de código fuente clave a los inversionistas chinos. Mientras tanto en casa, no todos son buenas noticias para el gran esfuerzo de China en IA. El apoyo del Estado ha generado una brecha potencial en el análisis de big data, pues ahora es más probable que el financiamiento se vaya a proyectos que tengan resultados inmediatos, he ahí el motivo de querer escribir algoritmos que puedan interpretar varios juegos de datos, mencionó Zha de la Peking University. Eso significa que Estados Unidos sigue siendo el líder en cuanto al núcleo de la IA: enseñar a las máquinas a comportarse como seres sensibles. Occidente ha tenido más talento relacionado no solo a la IA, sino a otros temas cognitivos que son críticos para construir maquinas inteligentes. “No creo que se pueda ser demasiado optimista” dijo Zha. “Aun así, China se está poniendo al corriente muy rápido. Con la ayuda del gobierno, estamos viendo muy buenos resultados.”

 

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