El sector tecnológico enfrenta un reto: garantizar la inclusión de mujeres y con esta visión común se unieron SAP México y Laboratoria para realizar un reporte que funciona como hoja de ruta y diagnóstico de la situación actual dentro de las empresas dedicadas a ICT y STEM. Como parte de la agenda de la feria SAP NOW 2020, que este año se ubicó en la Expo Santa Fe, el panel “El futuro es diverso: mujeres en la industria tecnológica” tuvo como invitados a María Elena Estavillo, cofundadora de Conectadas MX, a Mario Castilleja, líder de proveeduría en Accenture México y Araceli Campos, directora de Laboratoria en México. Del 51% de la población que representan las mujeres, solo el 47% de ellas participan en la fuerza laboral, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Sin embargo, cerrar la brecha podría aumentar hasta en un 70% el PIB de México; pero permea una situación de discriminación y falta de oportunidades para mujeres que limita el potencial de crecimiento del país.

Roles de género

“En el sector se suman dos grupos de factores que han generado y continúan perpetuando la desigualdad de oportunidades,” explica Estavillo. El primero: los roles de género que establecen estereotipos muy claros sobre lo que corresponde a mujeres y hombres, sobre las capacidades de ellas y sobre actitudes tóxicas dentro de la academia que suelen terminar en la exclusión de las mujeres en estos espacios. Mientras que, por otro lado, existe un menor acceso a financiamiento para programas de mujeres, y una estructura generalizada de escasos servicios públicos que afecta al desarrollo profesional de la mujer. En la era de la economía digital, no tener a mujeres en el sector tecnológico representa un costo muy caro. Sólo 1 de cada 10 personas en los espacios digitales son mujeres. “Si no hay mujeres desarrollando tecnología,” dice Campos “ese costo se ve reflejado en la sociedad”. Significa que los creadores de productos están cuarteando el beneficio para la mitad de la población.

Coincidencias

Como soluciones ante un reto monumental cada uno propone desde su trinchera pero coinciden en un punto: tener estas conversaciones es absolutamente necesario en todos los sectores, y que el cambio va más allá del ámbito laboral. Comienza desde la educación adolescente donde deben cuidarse las vocaciones de las jóvenes para que se interesen en el sector, sigan estudiando, tengan opciones para especializarse, e impulsar oportunidades de crecimiento profesional. Adicionalmente es necesario modificar dinámicas dentro de los espacios laborales que permitan la equidad de género con políticas como licencias parentales para ambos padres, perspectiva de género en reclutamiento y flexibilidad de esquemas de trabajo diferentes al tradicional que faciliten la entrada al sector tecnológico. “Cualquier cambio debe empezar desde arriba, desde el CEO” comenta Castilleja. Coincide con Campos y Estavillo en que la lucha por cerrar la brecha de género no es unilateral. Es una conversación que no se debe polarizar, pues muchos de los cambios vendrán de los hombres que hoy ocupan la mayoría de las posiciones en liderazgo. “Primero hay que insistir en que los temas de inclusión de género son responsabilidad de todos. Tiene que haber cambios reales, no cosméticos. Compromisos concretos y medibles; esto es muy importante,” concluye Estavillo. “Hay que adoptar comportamientos, no sólo pronunciamientos. Y finalmente, incluir para incluir, ver a mujeres tomando decisiones a lado de hombres”.

Foto Fernanda Cortina/Forbes México.

 

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