Todos aquellos que se presentan en el show de medio tiempo del gran juego de la NFL lo hacen sin percibir un centavo, pero en el caso de Mars las ganancias serán jugosas.   Por Zack O’Malley Greenburg   A diferencia de los jugadores de los Seattle Seahawks y los Denver Broncos en el Super Bowl XLVIII, el protagonista del show de medio tiempo, Bruno Mars, no recibirá un centavo por su esfuerzo, como es costumbre en el evento de entretenimiento más importante del año. “No hubo pago por la actuación, al igual que siempre”,  confirma el portavoz de la NFL, Brian McCarthy. Para los espectáculos de medio tiempo del Super Bowl, el pago se presenta en forma de exposición, y en el caso de Bruno Mars, los dividendos deben ser a la vez considerables y duraderos. El cantante hawaiano de 28 años de edad impresionó a la audiencia asistente al MetLife Stadium y a más de 100 millones televidentes en el país con un conjunto que incluyó un deslumbrante solo de batería y unos movimientos de baile que desafiaron la gravedad, además de su forma de cantar. “El espectáculo de medio tiempo en el Super Bowl es la actuación en vivo más importante que un artista puede hacer”, dice Gary Bongiovanni, presidente y editor en jefe de la empresa de análisis de conciertos Pollstar. “Y aún con la presión encima, Bruno Mars fue aplastante. No me sorprendería que haya duplicado su número de fans esa noche”. Al igual que los legendarios actos en vivo que han tomado el show de medio tiempo antes que él, sin duda verá un impulso en la venta de álbumes, las ventas de 4, el disco de Beyoncé, crecieron 59% tras su actuación en Nueva Orleans el año pasado, mientras que el catálogo de Madonna subió 410% a raíz de su show un año antes. Pero Mars sale ganando aún más ya que se encuentra en medio de su gira Moonshine Jungle. En 2013, el cantante ganó en total 72.4 millones de dólares (mdd) en 84 shows, y el precio promedio de los boletos fue de alrededor de 66 dólares. Con la exposición que le dio el Super Bowl, podría empujar fácilmente los precios más hacia la media de 120 dólares de la protagonista del halftime show del año pasado: Beyoncé. “Creo que la exposición y los comentarios favorables no harán sino catapultarlo a uno de los mayores ingresos en la industria”, dice el veterano abogado de entretenimiento Owen Sloane. La exposición también podría ayudar a Mars a dar el salto de ser un acto de foros medianos y convertirse en un acto de estadios. En otras palabras, Mars, que no se ha abierto paso hasta la lista de los músicos mejor pagados del mundo de Forbes, está camino a hacerlo. Un cheque millonario de dos dígitos por concierto debe estar en el horizonte a medida que los fans del Super Bowl acudan a sus conciertos durante la primavera y el verano. Será, por supuesto, difícil saber qué parte de la venta de entradas de Mars es resultado directo de su actuación en el gran juego. En tanto, los sencillos semanales, por no hablar de los aumentos en los seguidores de Twitter y Facebook, contarán una historia más clara. En cualquier caso, parece seguro decir que aceptar tocar el Super Bowl, a pesar de que no hay ninguna comisión de rentabilidad involucrada, fue una excelente jugada. Para Mars, incluso una mejor decisión que para aquellas estrellas consagradas que le precedieron. Dice Bongiovanni: “A diferencia de casi todos los artistas que han tocado en el medio tiempo antes de él, tiene sus mejores días por delante”.

 

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