El avance de la construcción de los tres proyectos de infraestructura estrella del gobierno de Andrés Manuel López Obrador podría ser lento, toda vez que casi dos terceras partes de los recursos que se destinarán a su construcción este año se enfocaran en el pago de inversiones financieras, materiales, suministros y servicios personales. Un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) apunta que, para la construcción del Tren Maya, el corredor Transístmico y la reparación y elaboración de caminos rurales se destinaron 9,424 millones de pesos, de los cuales únicamente 3,472 están clasificados como infraestructura, es decir 36.8% del total de lo que el gobierno federal destinará en la construcción. El resto de los recursos para estos tres proyectos, es decir 63.2%, se destinará al gasto de las inversiones financieras, materiales, suministros y servicios personales. Por el reparto del gasto, el CIEP apunta que los avances en estas obras no serán observables. Se trata de una situación generalizada, toda vez que el gasto total en la creación de infraestructura en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 (PEF) representa 51.8%, es decir 370,522.9 millones de pesos, del total del gasto de inversión que asciende a 715,566.6 millones de pesos. Tanto AMLO como los integrantes de su gobierno han señalado la importancia de aumentar el gasto en inversión pública para impulsar el desarrollo económico del país. y en ese sentido el gasto total en inversión de este gobierno representa un aumento real de 7% respecto a la de 2018. “Aunque el gobierno federal diga que se está gastando 715,000 millones de pesos, no se va a ver en carreteras, edificios o en hospitales que es lo que esperaríamos ver que se construyera para que el país crezca, incluso en los proyectos prioritarios encontramos que el total que se dice que se va a infraestructura, solamente el 36.85 se va a infraestructura”, explicó Alejandra Macías, jefa de investigación del CIEP. Macías no apunta a una distribución poco efectiva del gasto al destinar más de los recursos a las inversiones financieras, materiales, suministros y servicios personales, sino que advierte que podría ser un enfoque para poder financiero estos grandes proyectos, toda vez que el espacio fiscal en México es reducido. “se gasta mucho en deuda, en las participaciones que van al estado y en pensiones, lo que se va a rubros importantes que van a hacer crecer al país como educación, salud e infraestructura se han visto afectados en los últimos años”, apuntó. Sin embargo, el análisis también advierte que el gasto en infraestructura para 2019 del gobierno federal está concentrado, en más de 90%, en Petróleos Mexicanos (Pemex); la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (STC). Del total de este presupuesto se destinó 73.3% a Pemex, 11.3% a CFE y a la dependencia a cargo de Javier Jiménez Espriú le fue asignado 11.2%. De acuerdo con el CIEP esta concentración del gasto en Pemex, deja poca maniobra para fortalecer ramos como salud y educación. Por ejemplo, entre Medio Ambiente y Recursos Naturales y el Instituto Mexicano del Seguro Social se destinó 3% de este ramo.

 

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