Tener una cadena de TV abierta en México es un plan que seduce a muchos. Los ingresos por publicidad aún son jugosos y la pantalla concede poder político. Pero hay una dificultad: cuesta mucho dinero montarla y operarla.  Manuel Arroyo dice tenerlo todo para entrarle, conoce la historia completa en la edición impresa de Forbes México correspondiente a enero.      Desde que levantó su negocio como proveedor e instalador de equipos de tv, Manuel Arroyo ha estado detrás de las cámaras. Su propósito, ahora, es colocarse frente a la lente como dueño de una cadena de TV abierta. Todos los involucrados en la industria están a la espera de que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) emita los requisitos el próximo 9 de marzo para participar en la concesión. Aunque hacerse de la nueva concesión no es un asunto de simple voluntad. De acuerdo con algunas esti­maciones, la inversión inicial en equipos podría rondar los 350 millones de dólares (mdd), más unos 20 mdd mensuales destinados a la produc­ción de contenido propio (unos 1,200 mdd en cinco años). Arroyo asegura que tiene todo para lograr ser el dueño de una cadena de TV. “Tenemos práctica­mente todo lo que se requiere para gene­rar contenido de calidad y distribuirlo a escala nacional”. Conoce la historia completa de este empresario en la edición de enero de la Revista Forbes México, te presentamos un avance en video. [youtube id=”OG4ZvoJGWHY” width=”620″ height=”360″]

 

Siguientes artículos

Lo que no sabías del Seguro de Vida
Por

Pensar en la muerte de la persona que lleva el sostén financiero de una familia no es agradable, pero es necesario pensa...