Por Raciel Sosa*

Nuestro lenguaje no verbal engloba diferentes aspectos como gestos, tono de voz, código de vestir, cercanía o tacto con nuestro interlocutor, contacto visual, entre otros; hasta el espacio donde decidimos dar nuestro mensaje espacio/entorno es algo que, igualmente, comunica. Asimismo, la distancia en la que damos el mensaje frente a nuestro interlocutor se puede interpretar de diferentes formas.

La importancia de la comunicación no verbal

Diferentes estudios de las últimas décadas demuestran que el impacto de la comunicación se basa en más de un 90% en todo lo que tiene que ver con la comunicación no verbal. Y solamente el 10% de lo que nos impacta en un mensaje va ligado a la comunicación verbal. Es decir, es mucho más importante cómo decimos las cosas que lo que propiamente decimos, por lo que si sumamos todos esos elementos no verbales que hemos mencionado, estos juegan un papel mucho más relevante que el mensaje per se. En lo que queremos transmitirle a nuestra contraparte es donde radica realmente la comunicación no verbal. 

Los líderes de las organizaciones deben tener muy presentes todas estas cuestiones. Aunque es cierto que pueden variar, dependiendo del tipo de interlocutor. Cuando hablamos de tacto, por ejemplo, es muy probable que un líder se sienta muy cómodo tocando en el hombro a su colaborador o subalterno y es muy poco probable que lo haga con su jefe, a menos que haya una relación de años donde ya la confianza entre ambos haya crecido y se sientan cómodos con ello, por lo que existen muchas distinciones. 

Elementos clave

La categoría de cliente y jefe caen en la misma “caja”, ya que el cliente tiene autoridad sobre ti; él es el que paga la factura por lo que, a efectos prácticos, tu cliente es tu jefe. 

Existen muchos líderes que, al tener un desarrollo más bien técnico, no han desarrollado habilidades suaves y eso se aprende desde la casa. Es importante hacer muy conscientes los factores de la comunicación no verbal, partiendo siempre de una dimensión de respeto mutuo. Si no hay una dimensión  de respeto a todos los niveles, hagamos lo que hagamos estamos destinados a fracasar o deteriorar la relación que tenemos con la otra persona. Asimismo, es igual de importante el uso práctico; es decir, debemos entender que el líder debe entender que su trabajo es hacer que llegue el mensaje, evitando caer con su jefe en un modelo de sumisión, donde él, por ser su jefe, pase por encima de sus derechos. Un líder tampoco puede caer con su colaborador en un modelo de agresión, donde pase por encima de sus derechos por la posición que ocupa, llevándolo a un estado de silencio.

En definitiva, en todos los casos debemos ser asertivos. La asertividad es un modelo de comunicación donde ni pasas por encima de los derechos de los demás, ni permites que pasen por encima de tus derechos, por lo que no importa si es un jefe o un colaborador. 

Creo que, en general, hay poca conciencia acerca del lenguaje corporal, y es un tema que los líderes de una organización deben trabajar, ya que, normalmente, se preocupan mucho por el qué y no por el cómo.

 

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*El autor es experto en liderazgo del SXXI.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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