Cinco acciones prioritarias son definidas como punto de referencia para establecer una estrategia para la reducción de los riesgos desastres naturales, dentro del Marco de Acción de Hyogo. Conócelas.       Uno de los logros más importantes en cuanto a la reducción de los riesgos de desastres naturales a nivel mundial ha sido el establecimiento del Marco de Acción de Hyogo. Éste es descrito muy ampliamente en el documento Words into Action: A Guide for Implementing the Hyogo Framework, coeditado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos de Desastres y el Banco Mundial y lo define como una respuesta orientada a acciones basada en cuidadosos estudios de tendencias en riesgos de desastres naturales y experiencias mundiales prácticas que han ayudado a su disminución. Negociado en durante el 2004 y principios del 2005 fue adoptado por 168 países (entre ellos México) en la conferencia sobre reducción de riesgos en Hyogo, Japón (de ahí el nombre) a principios de 2005 y con vigencia hasta el 2015. Cinco acciones prioritarias son definidas como punto de referencia para establecer una estrategia para la reducción de los riesgos desastres naturales. El Marco es notablemente útil para cualquiera que esté interesado en participar activamente en el tema o conocer la forma en que se establece una estrategia muy bien articulada. Se espera que con la instrumentación de estas acciones se reduzcan sustancialmente las pérdidas humanas, sociales, económicas y medioambientales causadas por los desastres. El Marco de Hyogo hace énfasis en la necesidad de desarrollar indicadores para monitorear los avances en la reducción de desastres. También lo hace en el sentido de que las estrategias de desastres deben de instrumentarse desde una perspectiva amenazas múltiples más que enfocarse en una amenaza específica. Esto, presume, llevará a una mayor eficacia en la reducción de desastres con menores costos. Asimismo se indica que muchas de las actividades de reducción de desastres deben de instrumentarse a nivel local ya que importantes responsabilidades administrativas para manejar factores de riesgo claves como clasificación de uso de suelo o permisos para construir recaen en la autoridad local. Las cinco acciones prioritarias son:
  1. Establecer como una prioridad nacional la reducción de riesgos de desastres.
  2. Mejorar el conocimiento de los riesgos y los mecanismos de alerta temprana.
  3. Desarrollar una cultura de seguridad y resistencia.
  4. Reducir el riesgo subyacente en sectores clave.
  5. Fortalecer los preparativos para la respuesta.
  En este espacio se hablará hoy de las dos primeras y en quince días las tres restantes. El espíritu de las acciones prioritarias 1 y 2 es el siguiente: La primera acción prioritaria consiste en asegurarse que la reducción del riesgo de desastres es asumida como una prioridad local y nacional con una sólida base institucional para su instrumentación. Se recomienda fomentar  diálogos estructurados entre todos los sectores involucrados en el tema con la finalidad de establecer una plataforma institucional sólida de reducción de riesgos de desastres. El establecer este intercambio de ideas puede generar muchos beneficios entre ellos: atraer a diferentes visiones del problema y consolidarlas en metas y esfuerzos comunes, mejorar el conocimiento de la sociedad sobre las amenazas a las que está expuesta, habilitar a grupos más vulnerables al tener acceso a la información que poseen los que dialogan, propiciar la consolidación de grupos de trabajo y, alentar el accionar de gobiernos locales, mujeres, grupos comunitarios y ONGs. Es reconocido internacionalmente que el establecimiento de medidas preventivas resulta muy efectivo para abatir los efectos adversos de los desastres naturales, por ello se establece como la segunda acción prioritaria el mejorar el conocimiento sobre los riesgos de desastres naturales y establecer  mecanismos de alerta temprana. Estadísticas  del Centro para el Estudio de la Epidemiología de los Desastres (CRED por sus siglas en inglés) soportan ésta idea ya que a pesar de que el número de catástrofes por año a nivel mundial tiene una tendencia a la alza, el número promedio de personas fallecidas por catástrofe a disminuido. Así, se esperaría que, con base en las recomendaciones de esta segunda acción, un gobierno regional asuma la misión de constituirse en un vehículo institucional regional que promueva el dialogo, el intercambio de información y la cooperación técnica con otras regiones con el fin de consolidar la adopción de las mejores prácticas preventivas y reducir con ello los efectos adversos que pudieran causar las catástrofes naturales en la población vulnerable que reside en sus localidades. En ese sentido los gobiernos locales deben de colaborar estrechamente con los gobiernos nacionales y otras instancias para establecer, lo más pronto posible, sistemas de alerta temprana. Evidentemente, este es un trabajo que requiere un esfuerzo técnico importante y donde la colaboración de los gobiernos regionales es esencial debido a su conocimiento específico de la localidad. Por ello no se esperaría su colaboración y sino también asumir una posición proactiva en distintos aspectos como: a)      Definir claramente los eventos naturales extremos de interés así como las variables y los parámetros que describan fielmente su comportamiento actual y tendencias de largo plazo b)      Identificar áreas geográficas, comunidades y actividades productivas susceptibles a sufrir daños severos al ocurrir estos eventos c)      Desarrollar los procedimientos para la recolección sistemática de información relevante, identificando a los organismos locales gubernamentales y privados que actualmente la generan, revisando los procedimientos que actualmente usan para recolectarlos, procesarlos y diseminarlos d)     Recopilar, concentrar, revisar y, en su caso, actualizar todos aquellos estudios que pudieran aportar información valiosa sobre el impacto de las catástrofes naturales en los sectores vulnerables de la región e)      Alentar la creación de sistemas de información geográfica para determinar, por región, los niveles de exposición a catástrofes naturales tanto de las personas como de las actividades productivas f)       Establecer con bases científicas un sistema de pronósticos que avise oportunamente de la posible ocurrencia una amenaza g)      Establecer un sistema de comunicación efectivo el cual asegure que, en caso de posible amenaza, la población no sólo sea alertada oportunamente sino que sepa claramente cómo debe proceder.   Por su riqueza de conocimientos prácticos y estructurados El Marco de Acción de Hyogo es una referencia muy útil no sólo para el sector gubernamental sino para todo aquel que desee contribuir a la disminución de riesgos de desastres naturales. En el próximo blog serán comentadas las restantes acciones prioritarias.     Contacto: e-mail: [email protected] y [email protected] Facebook: manuel salceda       *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Mubi, cine independiente a la carta, llega a México
Por

La plataforma de video on demand quiere atender al público ávido de buen cine que no encuentra una oferta a su medida en...