Los inversionistas se dicen optimistas sobre el desempeño de las acciones del gigante chino de Internet, pero a la hora de sacar la chequera surgen las dudas, revela una encuesta.   Por Steve Schaefer   Para los inversionistas recientemente encuestados por la firma de corretaje ConvergEx Group, la OPI de Alibaba se perfila como una situación de “haz lo que digo, no lo que hago”. El estudio, publicado esta semana, muestra que los inversionistas están bastante seguros de la salida a bolsa de acciones superatractivas, pero revela también que hay un tibio apetito por de verdad subir a bordo. Entre los encuestados, 52% dijo que espera un aumento de por lo menos 10% en las acciones de Alibaba en el primer mes después de su debut —que se espera ocurra en algún momento de la primera quincena de agosto— y sólo 12% especuló que el precio disminuiría durante el primer mes. La perspectiva a largo plazo es aún más optimista, con un 64% de los encuestados dando una calificación buena o muy buena para el potencial de entre tres y cinco años de Alibaba como inversión. Pero cuando se trata de sacar la chequera de verdad para comprar acciones, el entusiasmo se evapora.  El 57% de los encuestados responde que no tiene intención de comprar acciones de Alibaba. Comparemos esto con el 11% que piensa comprar en la salida a bolsa y el 25% que planea hacerlo después de la OPI. Entre los inversionistas del lado comprador que respondieron la encuesta, las cifras se inclinan ligeramente a favor de la compra. Para Nick Colas, estratega en jefe de mercado de ConvergEx, la divergencia entre el optimismo por el éxito de Alibaba y la falta de interés en la compra de sus acciones tiene una explicación sencilla. “No es la empresa, es el país”, dice Colas, quien señala otra pregunta en el estudio que mostró que los inversionistas que ya tienen acciones de compañías chinas son mucho más propensos a comprar las de Alibaba en la OPI (60%) frente a aquellos que no poseen acciones de firmas de ese país (38%). “La OPI de Alibaba no se trata en realidad de Alibaba”, escribe Colas, describiéndola como una oportunidad para atraer una importante inversión en acciones chinas por primera vez, lo que podría “abrir el camino a decenas de otras empresas chinas”. Aquellos que han desestimado a las empresas chinas hasta la fecha se han salvado del fracaso de algunas de ellas, pero también se han perdido de los triunfos de muchas otras. Un ejemplo reciente es JD.com, la plataforma de comercio electrónico china que salió a bolsa en mayo, que ha ganado 42% desde su debut. El mercado de OPI en general está en un gran momento; en 2014 se dirige a sus mejores primeros seis meses desde los últimos estertores de la burbuja de las puntocom en 2000. Según la firma de investigación de OPI Renaissance Capital, el segundo trimestre fue el más activo en ofertas públicas iniciales en 14 años, con 83 ofertas recaudando 21,000 millones de dólares en ingresos. Mucho más importante aún, el acuerdo promedio ganó 21.7% en su primer día de negociación y un promedio de 11.3% en el mercado secundario. También hay signos de prudencia entre los inversionistas: 38.6% de las salidas se dio por debajo del rango esperado y 28.4% se desplomó en su primer día de cotización. Pero algunos de los mayores tratos han sido los más exitosos. De las cuatro empresas que levantaron por lo menos 1,000 millones de dólares, únicamente Ally Financial, la mayor con 2,400 millones, está por debajo de su precio de oferta, aunque sólo el 4.4%. Las otras —JD.com (1,800 millones), la empresa de datos de la salud IMS Health (1,300 millones) y la firma de datos financieros Markit (1,300 millones)— han ganado por lo menos 12%. Colas piensa que el actual ciclo de OPI todavía tiene potencial, sobre todo porque el mercado en general sigue al alza.

 

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