Jesús Madrazo quiere acabar con la mala imagen que gira alrededor de Monsanto y ganar la confianza de los consumidores de todo el mundo para que acepten la aplicación de sus tecnologías. ¿Lo logrará? Conoce su estrategia.     Des Moines, Iowa.-  Jesús Madrazo Yris tiene, probablemente, el empleo más difícil dentro de Monsanto. El vicepresidente del área de Compromiso Corporativo de la multinacional tiene como objetivo cambiar la imagen de una de las empresas más controvertidas en todo el mundo. En noviembre de 2013, el presidente de la firma invitó a Madrazo a liderar un proyecto de conexión con la sociedad que cambie la visión de los consumidores finales respecto al gigante de la tecnología en alimentos. “Nuestro grupo fue creado recientemente en Monsanto con un solo objetivo: proveer claridad sobre lo que hace nuestra empresa”, dice enfático el abogado. El deseo de cambiar su imagen tal vez no se encuentre alejado del reto y la oportunidad de negocio que promete el futuro. Para 2050, la población mundial alcanzará 9,000 millones de habitantes, lo que requerirá un aumento de 70% en la producción de alimentos, según los pronósticos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Empresas de tecnología agrícola como DuPont Pioneer y Syngenta alzan la mano para ofrecer la tecnología dirigida a satisfacer la demanda de alimentos, pero Monsanto no quiere quedarse fuera de la competencia. En México, la próxima reforma al campo puede ser la plataforma que impulse la siembra de organismos genéticamente modificados (OGM), como es el caso del maíz, aunque Jesús Madrazo toma con calma las cosas, ya que está preparado para dar la batalla en el mercado, no sólo con biotecnología, sino con un portafolio de productos enfocados a la agricultura tradicional.   Hambre de ganar El mundo tiene hambre. Ésa es la frase que rondaba pasillos y salones de  conferencias de los diálogos con motivo del World Food Prize 2014, que se llevó a cabo en Iowa, Estados Unidos, del 15 al 17 de octubre (de 2014). Científicos, empresarios y productores de todo el mundo compartían su experiencia, desde cada una de sus trincheras, en el uso de semillas híbridas y de los OGM como una de las opciones para mitigar la demanda de alimentos. Entre ellos se encuentra Jesús Madrazo, quien se acerca con la prensa internacional para contar su estrategia con Monsanto. “Hay una sola estrategia: contar nuestra historia permanentemente, en lugar de que otros la cuenten por nosotros, y así contarla a las audiencias que no la han escuchado”, dice el único mexicano que ha alcanzado un puesto de alta dirección en la multinacional. En 1999, la carrera de Madrazo inició en Monsanto a su regreso de Europa, después de haber estudiado una maestría en negocios. Su camino comenzó en el Departamento Jurídico por un lustro, y con el paso de los años alcanzaría la presidencia y dirección de la Región Latinoamérica Norte, que incluye a México, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, el Caribe y Centroamérica. En 2009 fue invitado por el presidente de la compañía para tomar el liderazgo del negocio a nivel internacional, en que tuvo la responsabilidad de nuevos mercados por cerca de cuatro años. “Trabajé siempre como si mañana me fueran a correr”, dice Madrazo, quien es originario de Tabasco. Sin embargo, tal vez el año pasado asumió uno de los encargos más complejos al convertirse en el abogado de la imagen corporativa de Monsanto.   Una empresa controversial Daños ambientales y consecuencias negativas a la salud de los humanos debido al uso de los productos que comercializa la firma estadounidense, forman parte de las acusaciones de organizaciones no gubernamentales (ONG) como Greenpeace. En junio de 2013, un productor de trigo de Kansas demandó a Monsanto después de encontrar trigo biotecnológico en un cultivo de 80 acres, semillas que la compañía habría investigado nueve años atrás.  El productor Ernest Barnes acusa que las semillas transgénicas han provocado la reducción de los precios del trigo y ha hecho que algunos mercados internacionales suspendan operaciones de importación, pues no se ha aprobado el trigo modificado para consumo humano. Las cosechas transgénicas de todo el mundo representan menos del 1% de la superficie total cultivable. El 85% de los cultivos modificados genéticamente se concentra en tres países: Estados Unidos, Argentina y Canadá. Hasta el momento, sólo se cultivan comercialmente cuatro productos: algodón, maíz, soya y canola. Hoy, Monsanto opera directamente en más de 130 países del mundo y sus ingresos este año fueron por 15,000 millones de dólares. Ésta es la fuerza en que Monsanto se apoya en su nueva estrategia. Más de 3,000 de sus colaboradores son embajadores que trabajan con las escuelas de sus comunidades, con vecinos y familias para promover la conversación sobre el uso de la tecnología en los alimentos. El interés es avanzar en el negocio con un contacto directo con la sociedad que les permita seguir creciendo con la mirada puesta dentro de los próximos 15 años. Por ahora, el principal mercado de la empresa sigue siendo Estados Unidos, pero la región de Sudamérica crece más rápido con países como Brasil y Argentina, además de vivir una buena época en Ucrania y Rusia, que viven un boom en la adopción de tecnologías, según el vicepresidente de Monsanto. Para Madrazo, África y Asia son los mercados del futuro, con grandes oportunidades por la demanda de alimentos.
Activistas de Greenpeace protestan contra Monsanto.

Activistas de Greenpeace protestan contra Monsanto.

  “Somos un pez muy pequeño” A pesar de que la mirada de la trasnacional está puesta en otras regiones del mundo, el país natal de Madrazo cobra importancia a los ojos de las empresas. “El compromiso de Monsanto con México va más allá de biotecnología y maíz. Nuestro compromiso es seguir trayendo las innovaciones que en el marco regulatorio actual y en el futuro, cualquiera que ése sea, ayude al agricultor a producir más con menos recursos y mejorar su calidad de vida, y sí, eso es con tecnologías convencionales, y el día de mañana con biotecnología”, asegura. La reforma al campo que será presentada después de la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación 2015 (PEF), podría contener un posicionamiento claro por parte de la autoridad sobre un impulso decidido a cultivos comerciales como el del maíz transgénico. Jesús Madrazo acepta que la empresa mantendrá cercanía con el proceso legislativo en que se discuta la reforma al campo por parte del Ejecutivo; el grado de influencia en el Congreso no alcanza ni siquiera un 10%. “Nosotros somos un pez muy pequeño en esa conversación.” Por ahora, la empresa espera paciente la decisión de las autoridades federales y de regulación, mientras se preparan para lo que, dicen, será una nueva etapa en el negocio de las empresas de tecnología agrícola. “En nuestra opinión, existe la promesa de una segunda revolución verde sustentable que va a ayudarnos a producir suficiente ante la demanda incremental de alimentos de una manera mucho más sensible con el medio ambiente”, dice Madrazo. La integración de las herramientas tecnológicas de Monsanto puede permitir que exista un incremento de entre 15 y 20% de rendimiento adicional, con un ahorro en los más de 40 elementos en que los agricultores invierten. Este año, Monsanto puso en marcha el Centro Global de Tecnología en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, con el cual acelerará el desarrollo de semillas híbridas de maíz. Jesús Madrazo tiene la confianza de la empresa para cambiar su imagen corporativa a los ojos del mundo, a pesar de la oposición de organizaciones como Greenpeace, que continuará por mucho tiempo. “Con las ONG tenemos más coincidencias que diferencias, ya que estamos tratando de resolver los mismos problemas. Obviamente tenemos opiniones distintas de cuáles son las soluciones para esos problemas.”
Centro Global de Tecnología en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, con el cual acelerará el desarrollo de semillas híbridas de maíz.

Centro Global de Tecnología en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, con el cual acelerará el desarrollo de semillas híbridas de maíz.

 

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