Los océanos del mundo nos proveen el 70% del oxígeno en el mundo y pueden absorber poco más del 21% de las emisiones de gases invernadero. En los océanos se localiza una parte importante de la respuesta que necesitamos como civilización. El mar es mucho más que solo un espacio de esparcimiento y comercio; el uso que hagamos de él nos puede dar la solución para combatir el cambio climático.

México tiene un enorme reto enfrente, el manejo sustentable de sus oceanos al 100%, recientemente el gobierno de AMLO firmó el Acuerdo del Panel de Alto Nivel para una Economía Océanica Sostenible, un espacio multiactor integrado por países como Noruega, Canadá, México, Chile, Fiji, Jamaica, entre otros que se han comprometido a un manejo sostenible al 100% del total de sus superficies marinas, casi 30 millones de kms2 de mar. Se dice fácil, pero no lo es. Este acuerdo implica un compromiso total de gobierno mexicano con el manejo sostenible de sus océanos, y, por ende, un compromiso con el cambio climático.

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Sin embargo, se vuelve muy difícil cumplir con estos objetivos y de otros compromisos internacionales si otras áreas del gobierno no se coordinan ni se comunican entre sí; si no existe una estrategia nacional de combate al cambio climático que apunte seriamente a la reducción de gases de efecto invernadero (como el CO2), a la transformación de las energías contaminantes en otras fuentes más limpias, así como una mejor integración de las políticas públicas federales para combatir, mitigar y aminorar el cambio climático, no lograremos cumplir con estos compromisos.

México es uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático; muchas regiones del país ya lo sufren año con año. Pensar que podemos postergar esta decisión en función de exprimir seis años más el petróleo de la nación es tener un horizonte de decisiones de muy corto plazo. Pensar que todavía tenemos tiempo para postergar esta decisión es tapar el sol con un dedo.

El país tiene todo para convertirse en un líder global en el terreno de políticas energéticas de vanguardia, en un referente global de manejo sustentable, de promoción de energías limpias y de implementación de medidas fiscales y financieras para promover e incentivar un manejo más sustentable de la industria, de los mares, de la pesca, y del turismo, por dar algunos ejemplos.

Hemos descubierto que los manglares y los pastos marinos son ecosistemas altamente resilientes que ayudan a absorver grandes cantidades de CO2, pero no estamos aprovechando al máximo la oportunidad de conservar, restaurar y ampliar estos espacios de resilencia ante el cambio climático.

Hoy, contrario a lo que seguimos haciendo, debemos voltear a la costa y a los mares, porque el uso efectivo e inteligente de estos espacios son nuestra más cercana posibilidad de combatir la pobreza y la desigualdad, tener seguridad alimentaria, desarrollar energías renovables, al mismo tiempo que apostamos por la conservación de nuestra propia especie y de nuestro país. El océano es la respuesta.

  • Rodrigo Elizarrarás A es CEO de Humint, analista y consultor de políticas públicas

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