El partido en oposición plantea inversiones de 20 a 30,000 mdd en Pemex y producir electricidad mediante gas; especialistas advierten del riesgo de invertir sólo en petróleo.   Aunque la propuesta de reforma energética que propone el Partido Acción Nacional (PAN)  coincide en que Pemex y los hidrocarburos sigan siendo propiedad del Estado, como lo plantea el gobierno federal, el partido en oposición hace énfasis en que las finanzas del país se independicen de la renta petrolera, de la cual provienen alrededor del 40% de los ingresos públicos. En la presentación de la propuesta de reforma en la víspera, el diputado federal blanquiazul, Ricardo Anaya Cortés, indicó que esta iniciativa “es un camino hacia la independencia energética”, pues se plantea reducir los costos de producción de electricidad mediante el uso de gas. Además de la independencia energética y su producción a menores costos, el partido en oposición resaltó que en su propuesta de reforma, la cual presentará al Congreso el 31 de julio, se incrementaría la inversión entre 20,000 y 30,000 millones de dólares (mdd) adicionales, además de que se generarían “cuando menos, 100,000 empleos bien remunerados al año. La inversión y modernización de Pemex  y del sector energético ayudaría a que el crecimiento económico creciera entre uno y dos puntos porcentuales adicionales de los que actualmente ya lo hace, por lo que la paraestatal se le dotaría de autonomía en gestión y en presupuesto, permitiéndole competir con cualquier otra compañía privada, agrega el partido en su propuesta. El líder nacional del PAN, Gustavo Madero, comentó que Pemex debe competir con empresas privadas y asociaciones público-privadas en la exportación, exploración, producción, transportación, refinación y petroquímica.   Cambios constitucionales Para abrir la inversión y la competencia, el partido propone cambios en los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, referentes a la rectoría del Estado en desarrollo del sector energético, la inversión privada nacional y extranjera y la propiedad de tierras y aguas. Recientemente el Partido de la Revolución Democrática (PRD), la tercera fuerza política más importante del país, mostró su oposición a que se hagan cambios constitucionales dentro de la reforma energética, argumentando que estos no eran necesarios para acometer la modernización de Pemex y llevar a cabo esquemas de inversión.   Con el tiempo en contra La revolución que está experimentando Estados Unidos en materia energética por sus yacimientos de gas shale incrementan la importancia de la discusión y aprobación de la reforma energética, considera el Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC). En su estudio, “Tres dilemas en el futuro energético de México”, el think tank señaló que “hoy en día, la estabilidad económica de nuestro país depende  de reconocer que los estadounidenses alcanzarán la autosuficiencia energética en los próximos años y con ello dejarán de importar petróleo crudo de nuestro país”. Durante su participación la víspera en la mesa de análisis “México ¿cómo vamos?”, la directora general del CIDAC, Verónica Baz, mencionó que si no se concreta una reforma, en el futuro tendría que realizarse forzosamente en un contexto de crisis ya que la independencia energética de EU impactaría en los precios del barril mexicano. El centro de investigación especializado en políticas públicas también advirtió el riesgo de que la inversión se concentre sólo en el sector petrolero. “Pese a la existencia de grandes reservas de shale gas, para Pemex es mucho más rentable enfocarse en la producción de petróleo que en la de gas natural en general. En este escenario, ante una demanda creciente  de dicho combustible, sobre todo para la industria, y en especial la eléctrica, la ampliación de la red de gasoductos es esencial para evitar desabastos y problemas de precios y tarifas”.

 

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