Por Miguel Helft Ver a Sundar Pichai de Google en estos días no es lo que solía ser. No hace mucho tiempo era un director de producto, luego se convirtió en vicepresidente, el encargado de recibirte al llegar al Googleplex y quien se sentaría contigo a platicar en una de las decenas de salas de juntas anodinas. Ahora, después de vivir uno de los ascensos más rápidos en la historia de la escalera corporativa, Pichai es CEO. Cuando llegas a su oficina, un guardia de seguridad te abre la puerta y pregunta qué es lo que se te ofrece, entonces te escolta a otro edificio, a unos 30 metros de distancia, donde recibes un gafete impreso en un quiosco conectado. Sólo entonces puedes emprender tu camino al edificio de Pichai, junto con tus chaperones asignados. Atraviesas una serie de puertas más y subes unas escaleras para llegar a una suite que es enorme, y en una tarde reciente, un tanto desolada. Hay otro guardia de seguridad sentado detrás de un escritorio, y del otro lado de una pared de cristal, dos asistentes listas para lo que se necesite. El resto de la suite ejecutiva está vacía, hay una amplia zona con sofás y sillones, y un par de estrechas salas de conferencias con sillas idénticas cuidadosamente alineadas en torno a largas mesas rectangulares . La amplia pero poco llamativa oficina de Pichai se encuentra detrás de las dos asistentes. Es una característica estándar de Silicon Valley, un escritorio moderno, un sofá y un par de sillas alrededor de una mesa de café, algunas chucherías y una pared de cristal que permite ver las copas de algunos árboles. Pero Pichai parece no haber cambiado: permanece imperturbable, discreto y cortés. Estamos a cinco días antes de que se suba al escenario de la conferencia anual para desarrolladores de su compañía, Google I/O, su mayor acto público. Será la primera I/O de Pichai desde que se convirtió en CEO el año pasado, cuando Larry Page reorganizó la compañía en Alphabet. Y es la primera que tendrá lugar en el Anfiteatro Shoreline, un escenario para conciertos de rock a unos metros de la oficina del Pichai, en vez de en alguna sede solemne de San Francisco, como en años pasados. “Yo quería crear un sentido de comunidad, que fuera más informal, hacerla más cercana a la forma como Google trabaja todos los días”, dice Pichai. Hablando en voz baja con su acento del sur de la India, Pichai Parries esquiva preguntas con su calma y aplomo característicos. Él no es un hombre estridente. Así que su emoción por lo que Google presentará –en lo que la empresa se está convirtiendo– está enmascarado por sus largas, sinuosas y reflexivas respuestas, siempre ricas en contexto de la evolución de la informática, la historia de Google y lo que los usuarios esperan. En medio de todo esto, es lo suficientemente elegante para reconocer los avances de sus rivales, como Amazon, cuya bocina inteligente Echo es definida por él como una “nueva categoría emocionante” de productos. Ésos son probablemente buenos rasgos a tener ahora que Pichai está a punto de llevar a Google hacia aguas desconocidas. La compañía inició y alcanzó un éxito fenomenal en el internet de la era de la PC, y después de mucha incertidumbre navegó la transición al móvil con éxito. Ahora podemos estar a punto de atestiguar lo que podría ser otro cambio trascendental en la informática, que podría hacer mella al poder de las aplicaciones y hacer que nuestras interacciones con los servicios digitales sean más, bueno, interactivas. Sus rivales como Microsoft y Facebook han estado promoviendo bots, miniaplicaciones que insertarán a sí mismas de forma inteligente en nuestras conversaciones para ayudarnos a completar tareas –comprar un boleto, reservar un hotel, pedir una pizza. Mientras tanto, muchos expertos predicen que algún tipo de mensajería reemplazará al escritorio de nuestras computadoras, las pantallas de nuestros móviles e incuso nuestras redes sociales, como la “plataforma” principal para el consumo de contenidos y servicios digitales. En otras palabras, la era móvil podría no haber terminado, sino que está transformándose rápidamente en algo diferente. Pichai quiere poner su propio sello en esa transformación, y es uno que cambiará radicalmente la forma en que más de 1,000 millones de personas en el planeta interactúan con el servicio principal de Google, la búsqueda. Si la búsqueda 1.0 era el lote original de 10 links azules, y la búsqueda 2.0 (y 2.1 y 2.2, etc.) y sus versiones posteriores mezclaban noticias, imágenes, video, información comercial y las tarjetas sobre millones de personas, empresas y cosas, Pichai se está preparando para presentar la búsqueda 3.0. La siguiente generación de la búsqueda está construida en torno a lo que la compañía llama el Google assistant (con “a” minúscula), una interfaz de conversación de Google que a primera vista se parece mucho a lo que Facebook y Microsoft han mencionado a principios de este año. Pero Pichai dice que, a diferencia de sus rivales, cuyos sistemas dependen en gran medida de robots de terceros, gran parte de la conversación que él imagina se dará entre tú y Google (con el paso del tiempo el software de terceros jugará un rol ocasional y, tal vez, cada vez más frecuente). “Para nosotros, esto es una evolución de Google”, dice. “La gente ha estado preguntando cosas a Google todo el tiempo, así que la pregunta es: ¿cómo podemos hacerlo mejor?” La respuesta: la inteligencia artificial y machine learning, áreas de la informática que son en su mayoría rumores, pero en las que Google ha estado trabajando durante más de una década. Pichai está listo para llevar los frutos de ese esfuerzo –ya sea con el reconocimiento de voz, la traducción automática, la comprensión del lenguaje natural, la visión artificial y otras áreas– al asistente de Google y, con el tiempo, a casi todos los rincones del imperio Google. “Tenemos esta visión de un cambio en que el móvil es el centro a uno en que la IA lo es”, dice Pichai, usando la abreviatura de inteligencia artificial y retomando el tema de su Carta de los Fundadores, la misiva anual de la compañía.   Un ‘asistente’ de Google que toma muchas formas La palabra “assistant” en Google assistant empieza con minúscula ya que no es en sí misma un producto. Es una manera de hablar y de interactuar con Google. Adquirirá diferentes formas en diferentes dispositivos y diferentes contextos. Es algo con lo que ya están familiarizados quienes hayan pronunciado las palabras “OK Google” a  sus teléfonos Android. (Pichai dice que hasta 20% de las consultas realizadas en Android en estos días llegan a través de voz.) Sin embargo, dos formas de interacción con el asistente de Google obtendrán han recibido la mayor parte de la atención esta semana porque están vinculados a dos productos completamente nuevos: Google Home, un bocina inteligente controlada por voz que es la versión de Google de Echo de Amazon; y Allo, una nueva app de mensajería inteligente. Ambos estarán disponibles a finales de este año. Pichai parece estar listo para la reacción inevitable que generarán sus anuncios: Éstos parecen menos avances importantes en una tecnología innovadora y mucho más productos creados en respuesta a la innovación de alguien más con quien tienen que ponerse al día. Su respuesta: Todo está en la ejecución. “Pensamos que hemos logrado alcanzar fortalezas únicas”, dice Pichai. Convencer a los usuarios de que esto es verdad es probable que sea un largo viaje. Pichai señala que las interacciones conversacionales sencillas –por ejemplo ordenar una pizza o reservar un viaje– no son tan difíciles de programar, pero la habilidad de Google para reunir años de investigación en IA permitirá que sean mucho más profundas. “Hemos estado construyendo estas capacidades increíbles: búsqueda, reconocimiento  de imágenes, nuestra comprensión del lenguaje natural, el reconocimiento de voz, la traducción”, dice. “Particularmente en los últimos tres años hemos pensado que con el machine learning y la inteligencia artificial podemos hacer estas cosas mejores que nunca. Ambas áreas progresan a un ritmo increíble. “En otras palabras, en un mundo en el que la IA será lo primero, el que tenga la mejor IA será el ganador. Ésta es la forma como Pichai ve una interacción con el Google assistant: “Podrás decir ‘Google, ¿qué hay en cartelera hoy?’ Y con el reconocimiento de voz y procesamiento del lenguaje de hoy entendemos que te refieres a un cine. Puedes imaginar ir un paso más allá, con el tiempo. Si hago esa pregunta un viernes, para comprender mejor el contexto y saber si tienes intención de ver algo con tu familia, el asistente podría decir: ‘¿The Jungle Book es buena idea?’ Entonces, te preguntará si quieres boletos. Luego, al día siguiente, podrías tomar tu teléfono y Google te recordará que faltan unas cuantas horas para la función y te mostrará tus boletos en pantalla.” Y a medida que la IA mejore, la interacción también lo hará. Google no estuvo dispuesto a hacer una demostración de Google Home antes de su presentación pública en I/O. Sin embargo, mucha de la visión más profunda sobre la IA queda de manifiesto en Allo. La aplicación, que usa números de teléfono como identificadores, es rápida e incluye dulces como “calcománías” gráficas que Google encargó a artistas independientes. Más interesante aún, Allo integra respuestas “inteligentes”, que Google presentó por primera vez en su app de correo electrónico Inbox el año pasado. La respuesta inteligente es una función que sugiere tres respuestas pre-escritas distintas para un mensaje entre las que el usuario puede seleccionar y enviar con un tap. Es algo especialmente útil en el móvil, y requiere que Google comprenda el significado del mensaje entrante. Con la tecnología de motor de procesamiento de lenguaje natural de la compañía, la Respuesta inteligente se ha hecho cada vez más sofisticada, reconociendo incluso matices como la ironía en una frase y sugiriendo respuestas adecuadas. Con Allo, Google ha ido un paso más allá que en Inbox, mezclando la Respuesta inteligente con el reconocimiento de imágenes. Como resultado, la app puede analizar un mensaje fotográfico y sugerir respuestas. Si un amigo te envía una foto saltando en paracaídas, la respuesta inteligente ofrecerá “impresionante”, “increíble” o “qué miedo”. Si envías la foto de uno de los cachorros de tus hijos podría sugerir “qué lindo”. Con Allo, los usuarios también podrán invocar directamente al Google assistant  al hacer una pregunta verbalmente o por medio de texto. Los usuarios también serán capaces de invocar al asistente en medio de una conversación con otra persona, por ejemplo, para ayudar a reservar un restaurante. El lanzamiento de Allo pone de relieve una realidad incómoda para Google: A diferencia de muchos de sus rivales, no tiene un producto de mensajería con éxito masivo. Claro, está Gmail, que cuenta con más de 1,000 millones de usuarios activos mensuales, y Hangouts, que tiene un número más pequeño de usuarios –que nunca ha sido revelado–. Pero sus rivales como Snapchat y especialmente Facebook han atraído a audiencias masivas con modernas herramientas de mensajería como Messenger y WhatsApp. Pichai dice que muchos de los productos de Google, como el motor de búsqueda o su navegador Chrome, fueron liberados en mercados altamente competitivos y maduros. Google tuvo éxito porque sus productos eran mejores, y espera que Allo seguirá la misma trayectoria. “Lanzamos Photoes en I/O el año pasado”, dice Pichai. “Tenemos 200 millones de usuarios. Eso es un crecimiento notable. Es un crecimiento orgánico, de boca en boca. Nos lo hemos ganado. No todo funciona de esa manera, pero aspiramos a eso.” (Por supuesto, hay ejemplos, como Google Plus, donde las cosas no funcionan igual.) Al igual que con todo lo de Google, el producto es lo primero y la monetización puede venir más tarde. “Siempre hemos pensado que si resolvemos las necesidades de información de los usuarios, muchas de esas necesidades serán de naturaleza comercial. Cuando las necesidades de información son comerciales, conectas a usuarios con personas que prestan servicios, entonces creo que hay oportunidades naturales ahí”, dice Pichai.   Inteligencia artificial y machine learning por todas partes La decisión de construir Google assistant surgió de un problema al interior de Google. En los últimos años, Google ha incorporado en silencio características de conversación en su motor de búsqueda. Pero incluso para aquellos que hacen sus consultas a través de comandos de voz con “OK Google” ( “Hey Google” funciona también), el motor de búsqueda de la compañía significaba otra cosa. “La búsqueda de Google es un icono muy poderoso en el mundo”, dice Scott Huffman, vicepresidente de ingeniería en el grupo de búsqueda de Google. “Hay expectativas muy altas entre los usuarios pero a la vez para ellos ha sido muy difícil entender que ahora esa caja de búsqueda también puede hacer todas estas cosas de asistencia.” Aunque Allo y Google Home podrían ayudar a Google a superar la caja de búsqueda, Pichai los ve como un primer paso en una transformación radical de la informática y de Google en sí. Poco a poco el Google assistant no sólo será más inteligente, sino que se abriraá camino a todo tipo de productos y servicios. En otras palabras, la IA estará en todas partes. “Históricamente, hemos estado enfocados en buena parte en los dispositivos”, dice Pichai. “Para mí tiene sentido que el cómputo esté en el contexto de lo que estés haciendo, listo para ayudarte”. En tu coche, serás capaz de tener una conversación con el Google assistant sobre instrucciones para llegar a algún lugar o escuchar música ; frente a tu televisión, preguntarás sobre los programas o películas disponibles (Google Home es capaz de controlar los sistemas Chromecast y Chromecast Audio); y cada vez más, realizarás actividades de tu vida cotidiana y el Google assistant aparecerá para ayudarte. ¿Falta una semana para el Día de las Madres? Google puede sugerirte ir de compras. “Lo que más me importa, como usuario, es tener una experiencia inteligente. Intentas seguir con tu día, y de una manera natural, las cosas están ahí para ayudarte. Serás  capaz de hacer eso porque hay dispositivos más inteligentes, y están allí en ese contexto de ayuda”, dice Pichai. No esperes que esto suceda de la noche a la mañana. Si integrar la búsqueda fue un problema informático grande, construir un asistente lo es mucho más. “Hace diez años podíamos hacer clic en un enlace y ya estaba”, dice Pichai. “Hoy, para ayudarte a hacer las cosas, si queremos conseguirte boletos para el cine o una reservación en un restaurante, tenemos que ir un paso más allá. En todas sus dimensiones, es más ambicioso.” La ambición de Pichai, su visión para un mundo en el que la IA sea lo primero, es mucho mayor. Aunque el asistente de Google reúne años de inversión en machine learning y algoritmos inteligentes, la compañía también está invirtiendo fuertemente en problemas a largo plazo. Su grupo DeepMind, por ejemplo, creó recientemente AlphaGo, el software que venció el mejor jugador de Go en el mundo. AlphaGo no tiene aplicaciones prácticas inmediatas más allá de ganar en Go, pero sus algoritmos son propensos a convertirse en las bases de avances futuros. “Cuando vemos el machine learning y la IA, hay cosas que podemos hacer ahora, algunas que tendrán que esperar de 2 a 3 años y algunas que son más profundas y tomarán más tiempo”, dice Pichai. “Con DeepMind e incluso con algunos de nuestros equipos internos, estamos enfocados en la IA para el largo plazo.” Uno de los equipos internos, de sólo seis o siete ingenieros, ha aplicado algoritmos de machine learning para la detección de la retinopatía diabética, una enfermedad que se puede tratar cuando se detecta a tiempo, pero que puede provocar ceguera cuando pasa desapercibida. “Con el uso de herramientas basadas en el machine learning, los médicos pueden diagnosticar mucho mucho”, dice Pichai. “Tomará tiempo. Tiene que trabajarse, pero es una muestra de las aplicaciones potenciales de la IA y el machine learning en diversas áreas. El poder de estas tecnologías es increíble.” Este tipo de optimismo pone a Pichai de lleno en el campo de los que creen que la IA es una fuerza para el bien y no un poder incontrolable que podría conducir a un futuro distópico, como algunos críticos han advertido. Él dice que siempre y cuando los tecnólogos “reflexionen” sobre su desarrollo, la IA mejorará la vida de las personas. “Creo que de la IA estará allí para mejorar y ayudar a la gente, y si te acercas a ella de esa manera, creo que será increíblemente útil”, dice Pichai. Eso explica, en parte, la razón por la que Pichai quiere impulsar las capacidades de IA de Google más allá de los confines de la propia empresa. Con el tiempo, planea hacer disponible la mayor parte de los algoritmos de machine learning de Google a los usuarios en sus  servicios en la nube, para que los apliquen en sus campos. “Imagínate que todos los tipos de problemas en los que muchos equipos en todo el mundo están trabajando sean capaces de aprovechar y aplicar el aprendizaje automático y la IA a sus problemas”, dice. “Esa escala es la que realmente me emociona, ya sea en campos como la salud, los servicios financieros, la educación, la forma como enseñamos a las personas, la creación de modelos climáticos.” Y añade: “Creo que es una gran oportunidad.”

 

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