Reuters.- El centroderechista Partido Popular (PP) elegirá el sábado un nuevo líder, el cual será determinante en la supervivencia y el margen de maniobra del frágil Gobierno español liderado por el socialista Pedro Sánchez. Los dos candidatos ganadores de un inédito proceso de primarias en el partido más votado en las últimas elecciones españolas y con más representación en el Parlamento tienen un estilo de gestión muy diferente. Mientras Soraya Sáenz de Santamaría, quien fue durante seis años vicepresidenta del Gobierno de Mariano Rajoy, aportaría un perfil más dialogante, Pablo Casado representaría al ala más conservadora. El vencedor tendrá que tomar de inmediato decisiones determinantes, como aprobar o no la senda fiscal y el techo de gasto que se votarán la próxima semana en el Senado, donde el PP tiene una mayoría absoluta con la que puede forzar a Sánchez a prorrogar los objetivos de déficit del Gobierno anterior. También deberá marcar la línea a seguir en el llamado Pacto de Toledo, la comisión parlamentaria donde se decide la sensible reforma a las pensiones. La anterior dirección del PP era favorable a cerrar un acuerdo para actualizar las prestaciones con el Índice de Precios al Consumo. “Se está discutiendo el futuro de España”, dijo el viernes Luis de Grandes, presidente de la Comisión Organizadora del Congreso del PP. Las primarias del partido opositor marcan un antes y un después en una agrupación política que nunca había sometido a los militantes a la decisión de elegir a su líder, que por estatutos será candidato a la presidencia del Gobierno. Hasta ahora, el PP había sido uno de los partidos de derecha más cohesionados en Europa, sin grandes pugnas internas y con pocas críticas a dirigentes anteriores como Mariano Rajoy, que dirigía al partido desde 2004, cuando José María Aznar lo designó como sucesor. Pero la inesperada derrota de Rajoy en la moción de censura del pasado 1 de junio, y su consiguiente renuncia como líder del partido, pusieron en evidencia las dos almas que convivían en el PP y sus discrepancias internas. Además, el auge de Ciudadanos, un partido de centroderecha que intenta conquistar parte del electorado tradicional del PP, ha exacerbado el tono del discurso de ambos candidatos. Por un lado, Sáenz de Santamaría, una abogada de 47 años, representa un estilo que los analistas políticos españoles interpretan como más favorable al PSOE, ya que durante años fue la representante en el Gobierno del PP de negociar con la oposición. En su campaña ha sido muy dura con los socialistas, aunque a la vez ha enarbolado banderas progresistas como el feminismo o la lucha del grupo LGTBI. Sáenz de Santamaría ha insistido en la campaña en que es la persona capaz de aglutinar el voto de centroderecha, asegurando que para ganar las próximas elecciones hay que recuperar el centro, un espacio político que ahora se asigna Ciudadanos. Por el contrario, Casado, de 37 años, se ha autocalificado como conservador, lo que le ha valido el apoyo de la asociación ultracatólica Hazteoír, que desde hace semanas publica anuncios en la prensa nacional y pasea una furgoneta con publicidad ante el Congreso pidiendo votar por el diputado. Casado ha llegado a pedir la salida de España de la zona Schengen de libre circulación y en una entrevista al diario El País defendió el regreso a la ley de aborto de 1985, la cual era muy restrictiva, y no dar espacio “a los que quieren romper España”, en referencia a Cataluña.  

 

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