Tim Harford es un economista inglés. Ha escrito siete libros de interés, los cuales han sido en su mayoría best sellers, además escribe habitualmente para el Financial Times. En una de las columnas para el FT trató el tema del Principio de Peter, esa columna está en su blog. En los próximos párrafos voy a detallar/traducir qué es lo que se fundamenta en el artículo de Harford sobre el Principio detrás de promover a las personas que no tienen capacidad para desarrollar un puesto gerencial. El Principio de Peter establece que “cada empleado tiende a elevarse a su nivel de incompetencia“. Si alguien es bueno en su trabajo, será promovido a un trabajo que exige habilidades diferentes. Si él también es bueno en el nuevo trabajo, será ascendido nuevamente, lo que requerirá otro conjunto de habilidades. Un día, él llegará a un trabajo para el que es totalmente inadecuado, y allí se quedará. ¿Desde cuándo un gerente es despedido por algo? ¿y quién paga el precio de tomar la decisión inversa cuando lo promovió? El Principio de Peter destaca que las personas no fueron promovidas por comportamientos que pudieran parecer correlacionados con la capacidad de gestión, en particular, aquellos que colaboraron con otros no fueron recompensados por hacerlo. Hace un año (febrero de 2018), los economistas Alan Benson (Minnesota), Danielle Li (MIT) y Kelly Shue (Yale) publicaron lo que podría ser la primera investigación empírica detallada del Principio de Peter. Los profesores Benson, Li y Shue utilizaron los datos sobre el rendimiento de los equipos de ventas de una empresa que proporciona software de gestión. Los datos cubren 214 firmas, más de 53,000 trabajadores y más de 1,500 promociones. Este conjunto de datos fue ideal para identificar personal de ventas altamente efectivo, y también proporcionó suficiente información para evaluar lo que sucedió a un equipo una vez que un vendedor de ventas fue promovido al rol de líder de equipo. Los autores del artículo descubrieron que los mejores vendedores tenían más probabilidades de ser promovidos y se transformaban en gerentes terribles. Cuanto mejor habían estado en ventas, peor era el desempeño de sus equipos una vez que llegaban a un puesto directivo. Además, las personas no fueron promovidas por comportamientos que pudieran parecer correlacionados con la capacidad de gestión, en particular, aquellos que colaboraron con otros no fueron recompensados por hacerlo. Lo que importaba eran las ventas, puras y simples. En resumen, el profesor Peter tenía razón. Las personas inteligentes son promovidas hasta que se convierten en gerentes horribles. Quizás los empleadores están utilizando la perspectiva de promoción como un incentivo, y están dispuestos a aceptar el daño colateral causado por todos estos terribles gerentes. Si es así, probablemente están cometiendo un error. Sería mejor simplemente alentar a los vendedores estrella con bonos en efectivo en su lugar, y no promoverlos a puestos gerenciales donde demostrarán su incapacidad innata.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @diego_vallarino LinkedIn: diegovallarinonavarro Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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