Por Antonio Casanueva Fernández

La pandemia nos obligó a hacer cosas distintas. Ya sea para sobrevivir, por estar confinados o ante las necesidades de los mercados, las empresas se vieron forzadas a innovar. El reto ahora es mantener ese proceso de innovación. 

Surgen las siguientes preguntas: ¿Cómo mantener la creatividad que brotó durante la pandemia? ¿Se puede tener un grado razonable de certeza de que generaremos innovación? ¿Se puede controlar la innovación?  Para ello, valdría la pena cuestionar: ¿Qué tipo de estructuras organizacionales fomentan la innovación? ¿Qué mediciones e incentivos promueven la innovación?

Un ejemplo de lo anterior es Dingket, es una app que en conjunto con una red de tiendas móviles que recorren diariamente algunas colonias en León, Guanajuato. Entregan pedidos de un catálogo de más de 600 productos de conveniencia, conforme avanzan  por una ruta predefinida. Dingket surgió durante la pandemia del coronavirus de 2020, como una spin-off de Ubícalo, una empresa de soluciones de rastreo satelital.

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La idea nació al inspirarse en un par de transportes locales: “la Vaca”, un camioncito que recorría las calles tocando el claxon con un sonido como de bovino, ofreciendo pan recién horneado; y “el tarzán”, unas camionetas que iban por las construcciones para venderle comida a los albañiles, en la parte de atrás de la pick-up adaptaban una lona y la convertían en una especie de tienda ambulante, llevando refrescos, aguas, papas y los ingredientes para la comida del personal de obra.

Los directores de Ubícalo se dieron cuenta que podían diseñar algoritmos de ruteo y crear una app dirigida a la clase media y media alta. El proyecto inició en abril de 2020. Asignaron a un equipo de Ubícalo para que desarrollara los algoritmos. Evaluaron cuál podía ser el transporte ideal, diseñaron la camioneta, el layout de los centros de distribución, el software de almacenamiento y todo lo necesario para operar. 

Dingket inició operaciones el 4 de noviembre de 2021 con un microCedis y cuatro tiendas móviles que recorrían 25 colonias en el norte de León, Guanajuato. La oferta de valor de Dingket incluye tiendas móviles con inventario físico de productos de conveniencia, logística de entrega ordenada y optimizada, sin mínimo de compra, ni costo de envío o suscripción y con la posibilidad de agregar productos de último momento después de haber realizado el pedido.

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La paradoja del control y la innovación implica resolver una tensión recurrente: Innovar y adaptarse, pero al mismo tiempo conseguir las metas y los resultados prometidos. Y no sólo una vez, sino siempre. 

Como lo explica Abram T. Collier: La función del director es mantener la creatividad con orden y el orden con creatividad. Ya que creatividad sin orden produce caos, pero orden sin creatividad es la muerte segura (“Business leadership and a creative society”. Harvard Business Review, 1992).

Para lograr lo anterior, Thomas Shaw, director general de Ubícalo y co-fundador de Dingket, decidió restructurar la empresa original. En lugar de un director general, promovieron a cuatro directores que le reportaran al consejo de administración. Buscaban fomentar la cooperación y mantener la innovación, para ello definieron metas grupales y los cuatro directores recibían incentivos por ingresos, utilidades y por proyectos nuevos. Esto le permitía a Thomas enfocarse en Dingket y darle libertad a su equipo directivo para que siguiera desarrollando aplicaciones, sin descuidar ventas y rentabilidad.

La innovación no es un conejo que sale del sombrero de un mago en ocasiones especiales. Tampoco es algo que se apague y se prenda. La innovación debe de ser parte integral de cómo una organización opera en forma cotidiana. Para ello, como lo explican Tony Dávila y Marc Epstein en The innovation paradox: Why good businesses kill breakthroughs and how they can change, la alta gerencia debe neutralizar anticuerpos organizacionales: La innovación necesita cambios y los cambios estimulan rutinas explícitas y normas culturales que en ocasiones bloquean u obstaculizan el cambio. Para ello, se necesitan las mediciones e incentivos adecuados para provocar la innovación. Las personas reaccionan a estímulos positivos y negativos, la innovación en una compañía no es la excepción. No se logrará una cultura de innovación si no están establecidas las recompensas adecuadas.

Asimismo, es necesario crear redes para lograr la innovación. Una organización exitosa sobresale al fusionar los recursos internos con agentes externos, clientes, proveedores, instituciones académicas u otras organizaciones que contribuyan a identificar y aprovechar las oportunidades que se presentan.  

Dingket, como muchos proyectos que surgieron durante la pandemia, debe optimizar procesos, incrementar ventas e iniciar la expansión, pero sin dejar de innovar.

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Contacto: 

Antonio Casanueva Fernández, profesor y director de IPADE Business School sede Guadalajara.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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