El Salvador invirtió 884.58 mdd en jóvenes durante 2016

El Salvador es el tercer país que tiene mayor inversión en jóvenes con un rango de edad de entre 15 a 29 años, según el estudio “Gasto público social en juventud”, ya que pasó de 690.36 millones de dólares (mdd) en 2011 a 884.58 mdd en 2016, incrementándose 28% respecto a lo alcanzado desde 2011. El análisis fue elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), con el respaldo del Instituto de la Juventud (INJUVE) y Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia (SETEPLAN). El documento detalla que El Salvador solo se encuentra por debajo de Costa Rica y Uruguay y evalúa datos de 7 países: Colombia, Paraguay, Costa Rica, República Dominicana, Uruguay, México y El Salvador. El gasto dirigido a los adolescentes y jóvenes alcanzó su máximo nivel en 2015, ya que totalizó en 878.25 mdd, equivalente a un crecimiento de 22.5%, lo que representa una quinta parte de la inversión pública social del país. El Salvador invierte hasta 22% a los jóvenes de los recursos que el Gobierno destina al desarrollo social y ésta cifra representa un 3.7% del Producto Interno Bruto (PIB). Existe mayor concentración de gastos específicos, especialmente en áreas como educación, salud y asistencia social Costa Rica financia 10.2% de su PIB a este sector y Uruguay 4%, además de ser países con larga trayectoria en desarrollo social. Te puede interesar: Costa Rica impulsa comercio exterior en España Desde 2011, El Salvador muestra una tendencia creciente de inversión social en juventud, llegando a significar hasta el 22% de lo que se invierte en el área social, que es cerca del 50% del Presupuesto General de la Nación. Otro importante hallazgo es que la mayoría de los recursos invertidos en la juventud provienen de fondos propios, es decir, que no genera deuda. En 2016, el 96% de la inversión pública social en juventud fue aportada por fuentes internas y únicamente 4% corresponde a préstamos y donaciones internacionales. El estudio concluye que El Salvador “debe priorizar el gasto destinado a una mayor inversión en el empleo y la cultura de la juventud, aspectos importantes en los esfuerzos de la mejora de seguridad del país, como aporte al clima de inversión, y en si misma al crecimiento económico”.