La pregunta no es si el sector informal es una limitante de la economía, sino más bien por qué la economía empuja a más trabajadores y empresas a la informalidad.     Es común escuchar, tanto en el gobierno como entre el empresariado, que el sector informal es un lastre para el desempeño económico del país, como si la informalidad fuera producto de la creación divina y tuviera vida y reproducción por sí sola. El sector informal en México ha crecido a lo largo de las dos últimas décadas hasta el punto de llegar a representar una proporción importante del PIB. La economía informal a menudo se menciona como una de las causas del pobre desempeño de la economía. Sin embargo, la pregunta no es si el sector informal es una limitante de la economía, sino más bien por qué la economía ha estado empujando a más trabajadores y empresas hacia el sector informal. El mediocre crecimiento económico, la falta de incentivos y oportunidades, ausencia de reformas, debilidad de las instituciones y un pobre estado de derecho son las principales razones por las que muchas personas y negocios se encuentran en el sector informal. Es una lástima encontrar ingenieros y médicos desempeñándose como taxistas porque no pueden encontrar un empleo que les permita no sólo aplicar sus conocimientos profesionales, sino también un nivel de vida decoroso. Esto ilustra que el deficiente desempeño económico es una de las principales razones de la creciente economía informal. Ante la ausencia de cambios estructurales, México ha sufrido un proceso de desinversión a lo largo de los últimos 14 años, en que la inversión fija como proporción del producto perdió alrededor de 4 puntos porcentuales. Si un país no invierte, la economía no crece y no genera empleos suficientes y mejor remunerados. Al mismo tiempo, si el gobierno no hace el suficiente esfuerzo para controlar su gasto, no ahorra y sólo busca aumentar sus ingresos gravando a las mismas personas y empresas, entonces el incentivo para la informalidad aumenta. La falta de reformas y desregulación ha limitado la competencia y las oportunidades, dejando a las pequeñas empresas prácticamente sin acceso a recursos financieros. Esto explica en gran medida el porqué las pequeñas empresas continúan utilizando procesos productivos y tecnologías obsoletas y, por ende, mano de obra no calificada. Si el liderazgo político no es capaz de sacar adelante reformas que produzcan cambios estructurales significativos, que generen una apertura y desregulación suficiente, entonces México no podrá superar la mediocridad.     Contacto: Twitter: @AlfredoCoutino Página web: Alfredo Coutino     *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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