Por: Luis Durán

Adam Smith, el padre del pensamiento económico moderno solía decir: “El consumo es el único fin y propósito de toda producción”. El concepto es sencillo: todas las personas tenemos un deseo inherente de prosperar y la mejor manera de hacerlo es dedicándose a fabricar productos o dar servicios que las personas valoren y estén dispuestos a pagar por ellos. Es decir, es de sentido común que cada persona busque su interés individual y su prosperidad. En un mercado libre, el efecto combinado de que todos busquen su interés beneficia al conjunto. Dicho de otra manera: “Para tener éxito, al consumidor hay que darle lo que pide”.  Cualquier líder de empresa o de un gobierno que quiera tener éxito debe seguir esta máxima básica. Parece sencillo, pero en muchas ocasiones se ha demostrado que las decisiones lógicas y de sentido común no son siempre las que rigen las decisiones de los líderes.

Llevemos esta analogía al día de hoy en el mundo. Para tener éxito hay que cubrir una necesidad insatisfecha. Las preguntas obligadas son: ¿Qué nos dice el sentido común sobre las mejores opciones de crecimiento para nuestra economía? y ¿Qué están buscando las empresas del mundo? Cadenas de suministro confiables que entreguen productos y servicios con calidad, a tiempo y a un precio competitivo. Hemos escrito en esta columna en el pasado sobre la gran oportunidad que tiene México para aprovechar nuestra cercanía con el mercado más grande del mundo y las extraordinarias ventajas que nos da el T-MEC. Precisamente en la reciente reunión en Washington entre los Presidentes Lopez Obrador y Biden se habló de cómo México y Estados Unidos, junto con Canadá, representan la potencia económica más importante del planeta. El comunicado oficial de presidencia después de la reunión es claro: “La base de la competitividad de América del Norte es el Tratado entre México, Estados Unidos, Canadá y reafirmamos nuestro compromiso por su plena implementación en beneficio de las familias trabajadoras, incluyendo garantizar sus medidas laborales y colaborar de manera activa con sectores interesados, privados y en la sociedad civil. Al coordinar nuestras políticas económicas, podemos hacer que nuestras cadenas de suministro sean más resilientes y expandir la producción en América del Norte”. Todos estos temas se van a abordar seguramente en la 10a edición de la Cumbre de Líderes de América del Norte (CLAN), que se celebrará en México a finales de año. Es importante llegar a esa reunión con propuestas concretas. También es importante atender la reciente queja de los gobiernos de Canada y Estados Unidos en materia de energía y, de ser posible, resolverla con efectividad. 

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Debemos llevar una agenda más innovadora de desarrollo de nuestra economía apalancada en nuestras fortalezas dentro del T-MEC. Ha llegado el momento de que México inicie un nuevo tipo de crecimiento. Aprovechar las oportunidades que presentan las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial ofrece una oportunidad para que nuestra economía entre a la siguiente fase de su desarrollo y muestre liderazgo en un mundo en evolución. Por ejemplo, en el mundo de los datos. Para avanzar hacia este futuro se requiere una gran cantidad de datos, el oxígeno de esta Cuarta Revolución Industrial. Desde su uso para aplicaciones de Inteligencia Artificial y análisis predictivos, hasta robótica y mejora de rendimientos agrícolas, los datos aumentan de valor cuanto más se comparten. Pero esta oportunidad aún requiere esfuerzos para acelerar nuevas industrias y combatir retos como la protección de la privacidad, el acceso y manejo de datos de forma inclusiva y segura. Si México actúa rápidamente, podría estar a la vanguardia de esta industria de intercambio de datos. 

Los cambios disruptivos de la Cuarta Revolución Industrial están remodelando los sistemas públicos y privados y corren el riesgo de dejarnos atrás si no logramos mantener el paso. Liderazgo en la Cuarta Revolución Industrial exige a los actores aplicar una combinación inusual de habilidades para movilizar acciones a gran escala. Se necesita la colaboración entre empresas y líderes gubernamentales para identificar conjuntamente las mejores estrategias para acelerar la adopción de tecnologías como la movilidad autónoma y el intercambio de datos de una manera segura, ecológica e inclusiva. Nuestro mayor activo es nuestra gente y su ímpetu de abordar los problemas sociales de manera innovadora. Es momento de apalancar nuestras fortalezas con sentido común.

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Contacto:

Luis Durán, presidente del Comité de Difusión de la COPARMEX

TW: @LuisEDuran2

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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