La  sede física del bloque podría instalarse en Panamá, dado que geográficamente se encuentra en un punto intermedio entre México y Chile.     Después de siete meses de pláticas entre el actual gobierno de México y el de Panamá, la firma de un Tratado de Libre Comercio entre ambas naciones es por fin,  una realidad. En opinión del presidente de Panamá, Ricardo Martinelli,  éste es un tratado de tercera generación que contiene 21 capítulos que protegen no solamente el acceso a mercados, sino a las reglas de origen, a las medidas sanitarias y fitosanitarias, a la defensa comercial, a la inversión, servicios y obstáculos técnicos al comercio, entre otros. Por lo que aseguró que su país puede y debe ser la puerta de entrada de las empresas mexicanas hacia el mercado sudamericano. “Las empresas mexicanas podrán incrementar en Panamá las inversiones que pudieran tener en el área de Centroamérica y Sudamérica. Ambos países tenemos lo que llaman el win-win”. Además, para Ricardo Martinelli el TLC allana el camino para que su país pueda adherirse a la Alianza del Pacífico conformado por Chile, Colombia, México y Perú en el 2011, por lo que propuso que la sede física del bloque se instale en Panamá, dado que geográficamente se encuentra en un punto intermedio entre México y Chile. Actualmente el comercio entre ambos países asciende a mil 64 millones de dólares, de los cuales más del 90 por ciento corresponden a exportaciones de México a Panamá y sólo 17.3 millones dólares de Panamá a México. De acuerdo con el Ministerio de Comercio de Panamá, en las negociaciones se logró mantener la protección arancelaria a productos panameños agroindustriales sensibles como los lácteos, la cebolla, la papa, el azúcar y el maíz.

 

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