Al estacionar el vehículo alquilado junto a un cartel de “punto de encuentro”, subo las escaleras y me topo con un extinguidor, nada en la casa me dice hotel. Todo, incluyendo las personas que migraron de Tabasco a Quintana Roo, me dice “bienvenido”. Estuve unas horas en un hotel en Chetumal y la atención fue extraordinaria, también la atención en la casa de Airbnb en un lugar donde no hay hoteles y tampoco espero que los haya. Cuando se trata de digitalización es ‘fifícil’ mantenerse ecuánime ante la 4T. Hay días en los que uno sale a la calle y se siente cuestionado por la misma administración. Recapacitas y entiendes que la mayoría de la gente sigue opinando que las decisiones son correctas, los análisis de opinión nos dan la razón. La idea del turismo local, mexicanos visitando México, es extraordinaria. La maquinaria de circular dinero es precisa, el país tiene las atracciones y las familias quieren compartir y maravillarse de su país. Pero, más allá de coherencias e incoherencias, hay temas prácticos que todavía no suman ni restan en el tema electoral, pero lo harán. Todavía me llama la atención que el mensaje que escuchamos sea sobre recuperar el turismo local, sin manifestar los verdaderos aliados. México ha tenido atinadas, porque no son afortunadas, inversiones internacionales de grupos hoteleros. Pero tenemos que entender que todo gira alrededor de los 22,500 millones de dólares que representó el turismo en 2018. La casa que alquila un propietario, una sola persona -migrante o hijo de migrantes de América del sur- en la que estoy hospedado, la comercializa en más lugares, no sólo en Airbnb. La idea de colocar un inmueble en un listado de alquiler por día con un contrato y cobro administrado por un tercero a quienes más impacta es a los terceros independientes, más que la economía local. Si el turismo sostenible tiene que empezar por algo, fuera de cobros o lineamientos, es por apoyo para emprendedores, esos que ya no tienen con quien hablar. Antes de hablar de competencia desleal o cobro de impuestos a plataformas que simplifican el alquiler de inmuebles (o autos) entendamos que son la mejor herramienta para desaparecer la corrupción. Empresas que no se dedican a la compra de inmuebles, que no buscan tener la responsabilidad de mantenimiento, pueden concentrarse en el manejo y protección de datos personales y administración de sistemas de pago. El dinero que se paga, con su comisión, en plataformas de arrendamiento digital no termina en grupos que centralizan el capital, distribuyen el capital, muchas veces en zonas donde no hay infraestructura hotelera. Los programas de la Secretaría de Economía para los emprendedores mexicanos están en silencio. Mientras tanto el ruido que escuchamos es sobre reactivar las economías locales, pero no vemos cómo los emprendedores pueden hacer algo mejor de lo que ya ofrecen plataformas internacionales. Aunque algunos grupos hoteleros invirtieron en semillas de capital para tecnologías, lo que no han hecho es explicar cómo ellos, a diferencia de plataformas como Airbnb, reactivarán economías locales con estabilidad, no con inversiones de construcción. Lo que más me alegra de visitar residencias alquiladas a través de plataformas digitales es que todas pueden convivir. Hoteles, casas, experiencias y aventuras todos organizados con anterioridad, controlando el presupuesto de la casa, cuidando la sustentabilidad de la economía familiar y sosteniendo la economía local. Es un buen momento para apoyar con instrucciones de protección civil, con ideas de qué hacer como turismo local a las personas que alquilan espacios individuales, antes de dedicarse a manejar el mensaje de impuestos para quedar de amigos con hoteleros, en vez de con comunidades locales. Nota aclaratoria: trabajo en una empresa entre cuyos clientes se encuentra una plataforma que ofrece arrendamiento de hospedaje y experiencias por internet.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @ricardoblanco G+: ricardoblanco Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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