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Estas son las 30 promesas de los negocios 2024
La petrolera estatal mexicana Pemex tendría que luchar este año para concretar asociaciones con otras empresas debido a los precios bajos del crudo y la incertidumbre previa a los comicios presidenciales de julio, un ambiente que contribuyó a que naufragara su alianza más ambiciosa. Después de haber abierto el sector a la inversión privada con una profunda reforma que se puso en marcha en el 2014 en busca de aumentar la declinante producción, Pemex había anticipado para 2018 una intensa temporada de alianzas tanto para proyectos en tierra como costa afuera, señaló la agencia Reuters. Lee también Producción y exportación de crudo de Pemex cayeron en 2017 Atrasada en su calendario por un recorte de presupuesto fruto de los nubarrones en el sector, la petrolera tiene por ahora sólo en la mesa siete campos en tierra en los estados Veracruz, Chiapas y Tabasco, de mucho menor tamaño que los de aguas profundas. “Es todo lo que tenemos formalmente”, dijo a Reuters Juan Carlos Zepeda, jefe de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), el regulador del sector. Zepeda estimó que el proceso para esos proyectos podría arrancar al fin de la primavera boreal para ser adjudicados hacia finales del año. La petrolera, que sufre un desplome histórico de su bombeo de crudo y gas, ha visto sus emprendimientos de exploración y extracción afectados por el fuerte recorte al gasto en los últimos años, en medio de una mayor competencia. Pemex se enfocaría en proyectos menos ambiciosos pero con mayores posibilidades que aguas profundas porque necesita elevar su producción de hidrocarburos lo antes posible. La empresa consideraría “un éxito” si logra conseguir socios en los campos en tierra, no tan riesgosos y que requieren menos inversión, dijo un funcionario de Pemex que pidió el anonimato. Sobre todo en los que tienen infraestructura cercana, que son más interesantes en estos momentos para los inversores y para la petrolera, agregó el funcionario. Pemex ha logrado alianzas en Trión, en aguas profundas del Golfo de México, y en los campos en tierra Cárdenas-Mora y Ogarrio. Pero no pudo seducir a socios para Ayin-Batsil, en aguas someras, ni para el proyecto Nobilis-Maximino en aguas profundas, cuya licitación fue cancelada en diciembre por falta de interesados. Además de estos emprendimientos, en su plan de negocios 2017-2021 esperaba concretar el año pasado alianzas, o “farm outs” en el proyecto de crudo extrapesado Ayatsil-Tekel-Utsil y en Chicontepec, en tierra. Pero tampoco se cristalizó. Otro factor que podría diferir los planes son los cambios en la gerencia de la empresa. Su director general, José Antonio González Anaya, dejó el cargo en noviembre para asumir la cartera de Hacienda que dejó vacante su amigo José Antonio Meade para buscar la candidatura del gobernante PRI a la presidencia. A cargo de la empresa quedó Carlos Treviño, la mano derecha de González Anaya. La semana pasada, el director de Finanzas de Pemex, Juan Pablo Newman, también dejó la estatal para sumarse al equipo de González Anaya en Hacienda.

 

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