Ambos laboratorios desarrollaron Jardiance, un fármaco que, aunque no reduce el nivel de azúcar en la sangre, ha mostrado su efectividad previniendo accidentes cerebrovasculares.   Por Matthew Herper Jardiance, una pastilla fabricada por Boehringer Ingelheim y Eli Lilly, es la primera píldora contra la diabetes que ha demostrado evitar que los pacientes mueran de enfermedades del corazón. Es un resultado revolucionario. También es un gran shock. Los beneficios de Jardiance parecen tener poco que ver con la capacidad del fármaco para reducir los niveles de azúcar en la sangre y tratar la diabetes, dicen los investigadores. En cambio, Jardiance tuvo un resultado sorpresivo de la reducción de la hospitalización por insuficiencia cardíaca, una condición que se da cuando el corazón se vuelve tan débil que no puede bombear suficiente sangre. “No es provocado por la hemoglobina A1C”, dice Bernard Zinman, el endocrinólogo de la Universidad de Toronto que dirigió el estudio, haciendo referencia a la prueba de laboratorio utilizado para medir el azúcar en la sangre. “Yo creo que el principal efecto está relacionado con la insuficiencia cardiaca.” 8.3% de los 2,333 pacientes que recibieron un placebo en el estudio murieron, en comparación con el 5.7% de los 4,687 pacientes que recibieron cualquiera de las dos dosis de Jardiance. Si miramos las cifras de la tasa de muertes anual por cada 1,000 pacientes, ésta cae 35% a 19.4 muertes por cada 1,000. Los pacientes que recibieron Jardiance no tuvieron menos ataques al corazón, y hubo un aumento de 24% en el riesgo de accidente cerebrovascular –dos más por cada 1,000 pacientes por año–. Pero el número de hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca se redujo 35%, a 9.4 por cada 1,000 pacientes por año. “Éste es un avance que debe ser aplaudido, explorado y, esperemos, replicado”, dijo James Stein, director de cardiología preventiva de la Escuela de Medicina de la Universidad de Wisconsin. Es también un resultado sobre el cual se debe meditar. Durante años, los cardiólogos han creído que los medicamentos para la diabetes, que reducen los niveles de azúcar en la sangre, parecen ser incapaces de prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Deberían, porque los niveles de azúcar en la sangre dañan los vasos sanguíneos. En lugar de ello, surgió la preocupación de que algunos medicamentos para la diabetes pudieran aumentar las tasas de ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares. Eso dio lugar a que la FDA exigiera que las empresas llevaran a cabo estudios como éste para comprobar si sus fármacos perjudicaban el corazón. Steven Nissen, de la Clínica Cleveland, quien propuso por primera vez estos estudios, dice que él siempre esperó que alguno de estos medicamentos fuera útil. “¿Cuántos fármacos que hayas conocido en los años que llevas cubriendo la medicina cardiovascular durante toda tu carrera han producido esa magnitud de beneficios contra la muerte?”, me dijo. “Es algo sin precedentes. Aunque aún hay algunas aristas a pulir creo que la mortalidad lo supera todo.” Pero nadie esperaba este resultado, y menos Boerhinger y Lilly. Y el hecho de que tenga que ver más con la insuficiencia cardiaca que con la diabetes, complica aún más las cosas. A primera vista, admite Sanjay Kaul del Cedars Sinai Medical Center, los resultados son “demasiado buenos para ser ciertos”. Pero hay varias cosas que hacen que sea difícil ignorar que Jardiance salvó vidas aquí, dice. El beneficio fue en la muerte, que es tristemente difícil de medir. No obstante fue estadísticamente significativo. Sobre todo, el beneficio se produjo en dos dosis diferentes del fármaco, a pesar de que no importaba si los pacientes recibieron la dosis más alta o la más baja. A Kaul le gustaría ver otro estudio, con Farxiga u otro fármaco, replicar el resultado. Jardiance tiene otros efectos distintos a la reducción del azúcar en la sangre. Reduce la presión arterial, y pareció reducir la circunferencia de la cintura. También es posible que los viejos medicamentos suministrados a los diabéticos hayan tenido efectos secundarios que hicieron que el placebo se desempeñara mejor, lo cierto es que en este momento Lilly y Boehringer aún no tienen planes de estudiar aún más el efecto de Jardiance sobre la insuficiencia cardiaca. Incluso con todo el misterio, muchos médicos son propensos a tomar la misma postura de Robert Harrington, el presidente del departamento de medicina de Stanford. Él dice que los números de los accidentes cerebrovasculares “valen la pena revisarse”, pero que los beneficios de la reducción de muerte cardiovascular “triunfan” sobre todos los demás. Esa podría ser una buena noticia para los pacientes, una buena noticia para Lilly y Boehringer, y malas noticias para la competencia, como Merck. Pero también hará que muchos médicos prescriban un medicamento por su gran beneficio mientras desean tener más pruebas, o saber qué es exactamente lo que la medicina está haciendo. El hecho de que el estudio fue positivo fue revelado en un comunicado de prensa por ambas empresas. Los resultados de Jardiance han sido publicados en la revista New England Journal of Medicine y están siendo presentados en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes en Estocolmo, Suecia. Boehringer Ingelheim es una empresa privada, por lo que resulta imposible medir el impacto del anuncio en la compañía, pero los títulos de Eli Lilly cayeron 5.10% en la bolsa de Nueva York el lunes.

 

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