Esta empresa sudamericana quiere dejar ‘helados’ a sus rivales y anotar más goles en el duelo que protagoniza dentro del mercado mundial de la refrigeración.   La crisis económica que se gestó en Estados Unidos durante 2008 hizo palidecer los planes de expansión de muchas empresas en el mundo. Pero hubo una firma brasileña que decidió retar el panorama adverso y llegar a México para ‘meter goles’ en el mercado de la refrigeración. Ésta es la historia de Embraco. En 2011, la empresa especializada en soluciones para refrigeración y líder mundial en el mercado de compresores herméticos decidió instalar una planta de producción en el estado de Nuevo León e iniciar la batalla por una mayor participación de mercado. “En aquel momento decidimos hacer esa inversión para aprovechar la crisis y ganar un espacio importante en el mercado de América del Norte. Fue así como la crisis aceleró el proceso para cambiar la base de producción”, asegura a Forbes México Carlos Xavier, director general de Embraco en el país. La inversión de 90 millones de dólares (mdd) que realizó la firma en la planta le ha permitido reducir en un 50% los tiempos de entrega a sus clientes, es decir, los productos pasaron de entregarse de ocho a cuatro semanas. La recuperación de la economía estadounidense parece haber empezado y Embraco espera que la demanda de sus productos aumente, hecho que convertirá la planta de Monterrey en el punto estratégico para aprovechar el entorno, y ser la punta de lanza en la manufactura del producto estrella de la brasileña. El mercado de México y Estados Unidos representa ventas por 5 millones de compresores al año, y el país participa con alrededor de 15% de la producción global de la empresa, que cuenta con clientes como Whirpool y General Electric. Frente a la portería, la compañía se prepara para anotar más goles, pero la adaptación del talento mexicano a la tecnología es una apuesta contrareloj que enfrenta el visitante sudamericano.   El capitán del equipo Foto: EmbracoEn 1971, Brasil era un país que dependía de la importación de compresores para satisfacer la demanda nacional de la industria de refrigeradores. Ese mismo año nació Embraco en la ciudad de Joinville, ubicada al sur del país sudamericano, y decidió tomar la apuesta de abastecer la demanda interna para aprovechar las condiciones que le ofrecía el mercado. Bastó tan sólo una década de operación para que la joven empresa iniciara la exportación de sus productos a los cinco continentes, y en la década de los noventa planteó un nuevo reto: la expansión de la firma fuera de su territorio natal. Un joven ingeniero brasileño se encontraba en ese momento frente a la línea de producción de compresores de la compañía y leyó las oportunidades que se podrían abrir para él dentro de la nueva página que estaba por escribirse. “Cuando Embraco buscaba internacionalizarse redefiní mi visión del futuro y procuré especializarme, así como estudiar una lengua adicional, y así estar preparado para los desafíos que hoy enfrenta la empresa”, narra emocionado Carlos. El hombre que hoy suma 33 años en la compañía no se equivocó en la apuesta que se había fijado. En 1998 recibió la invitación para ocupar la gerencia de una planta fuera de Brasil. Todo lo demás es historia. El directivo de Embraco se convirtió en el capitán que se encargó de encarar los desafíos en otras latitudes del globo terráqueo, como lo hizo en sus encargos en China, Eslovaquia e Italia. Pero el reto mayor estaba por llegar. En 2010, João Carlos Brega, presidente global de Embraco, encomendó a Carlos Xavier establecer la primera planta de manufactura en México. Frente al entonces presidente mexicano Felipe Calderón, la inversión en la planta quedó formalizada, y fijó el plazo de un año para que las nuevas instalaciones comenzaran la producción. Sin embargo, el director general de Embraco México decidió establecer un tiempo distinto al del corporativo en Brasil, tan sólo ocho meses. “Al comentarle al equipo de Porsche Consulting, que nos asesoraría para la construcción de la planta, me dijeron: ‘mira, es imposible una fábrica, pero vamos a intentarlo’. Recuerdo que el día 26 de abril de 2011 la constructora colocó el primer pilar de la obra, y por una coincidencia, el 26 de octubre del mismo año ya estábamos fabricando los primeros equipos”, dice Xavier, quien con la anécdota recuerda que no existen imposibles. Hoy, la planta ocupa 33,000 metros cuadrados de construcción y dispone de 64,000 metros cuadrados en planta, donde se encuentran instalados cinco laboratorios y dos líneas de producción donde laboran 1,048 empleados entre directos e indirectos. Desde la apertura de la planta en México al cierre de abril de 2014 se habían producido un total de 4 millones 276,648 compresores, mientras que la capacidad anual de producción es de cinco millones. El 50% de su producción se destina a los mercados de Estados Unidos, Canadá y México. Pero la apuesta de Embraco va por tiempo extra, para engrosar su producción a la par de las ventas.Foto: Embraco La jugada maestra El pasado 7 de mayo, la empresa anunció la puesta en marcha de su tercera línea de producción en México, que será la primera a nivel mundial en manufacturar su tecnología más avanzada para refrigeradores domésticos que no utilizan aceite, lo que permite una mayor eficiencia en el consumo de energía, hasta de 20%, así como aprovechar espacios en los equipos refrigerantes. La tecnología Wisemotion es un desarrollo de la ingeniería brasileña que será manufacturada de forma exclusiva por las instalaciones en México, la cual será la piedra angular para producir en una primera etapa 600,000 compresores, fase que requerirá una inversión de 20 mdd. Para 2017 se espera que la producción Wisemotion y la que actualmente se realiza alcance los 7 millones de compresores, número que podría colocar las instalaciones de Embraco en el país en una situación privilegiada. “Cuando México logre esa cantidad de compresores” significará “que la mayor parte del negocio” está aquí, comenta Carlos. Carlos espera que este año la producción y las ventas de México crezcan 50% en comparación con 2013, mientras que los planes para 2015 contemplan que la planta agregue un crecimiento de 25% en estos rubros. Foto: IED BrasilActualmente, uno de cada cinco refrigeradores del mundo tienen un compresor Embraco. Por ahora sólo hay un obstáculo que tiene por vencer Embraco. “El reto más grande es hacer que el equipo local absorba el conocimiento proveniente de Brasil, ya que no puede hacerse en 10 años, sino en cuestión de meses o de un año”, dice el directivo. Actualmente, Embraco cuenta con una capacidad de producción a nivel mundial de 37 millones de compresores y una fuerza laboral de 12,000 empleados que le han permitido a la empresa colocarse con una participación de mercado del 20%. Desde 2011 hasta principios de este año, la empresa calcula un impacto económico de 200 millones de dólares (mdd) en el país, inversiones que principalmente se dirigen a la creación de empleos y el pago de impuestos. De enero a diciembre del año pasado, la Inversión Extranjera Directa (IED) de Brasil en México alcanzó los 79 mdd,  un crecimiento de 17.5% comparado con 2012, cuando la inversión representó 67.2 mdd, mientras que la inversión acumulada de la nación sudamericana de 2000 a 2013 alcanzó 1,252 mdd. Carlos Xavier mira a lo lejos el espacio donde se ubica la planta y sabe que los planes en México aún no están terminados, y como en el futbol, la estrategia del juego es lo más importante. “Cuando empecé mi carrera como ingeniero, no pensaba que un día podría estar aquí, pero como todo en la vida, nosotros tenemos que revisar los planes y ajustar las estrategias a cada año. Hoy estamos en una fase de construir y desarrollar”.

 

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