Siempre he dicho que los negocios empiezan cuando detectamos una necesidad. Estoy segura de que los negocios más rentables son aquellos que atienden necesidades grandes por las que la gente está dispuesta a pagar. Por eso muchas personas están dispuestas a poner sus billetes y monedas en manos de alguien que les lave el coche, que les limpie la casa, que los cure, que los aconseje. Las necesidades se sofistican y se vuelven diversas según la circunstancia del individuo. Hay una que nos es común a toda la Humanidad: cuidar la Tierra. Lo hermoso es que es rentable. Podemos trazar un círculo virtuoso en el que hacemos algo que es correcto y que es financieramente muy atractivo. En este tema, tengo buenas noticias, tenemos una ventana de oportunidad enorme y podemos aprovecharla. México es un país con una diversidad asombrosa, entre el 10 y el 12% de las especies del mundo se pueden encontrar en esta nación. El país depende en gran medida del sector primario —agricultura y ganadería extensiva—, que es alrededor del 3% del PIB. Sin embargo, la actividad de este sector ha provocado cambios en el uso de la tierra en al menos un 25% del territorio. En un estudio 2016, el Inegi calculó el costo de la degradación y el agotamiento del medio ambiente, y concluyó que era 5 veces mayor que el gasto total en protección del medio ambiente. Por lo tanto, resulta pertinente cuestionarnos qué podemos hacer para cuidar nuestro medio ambiente. No obstante, la reflexión no es suficiente, es necesario dar un paso más allá. La biodiversidad deja de ser un tema meramente ambiental y se transforma en una preocupación que nos obliga a ocuparnos porque puede ser una fuente de riqueza. Hay formas para hacerlo y alternativas para conseguirlo. La Organización de las Naciones Unidas lanzó la iniciativa BIOFIN para atender los retos de financiamiento para conservar y utilizar responsablemente los recursos que nos ofrecen los ecosistemas marinos y terrestres. La biodiversidad incluye organismos vivos y ecosistemas que sustentan el bienestar humano y las economías proporcionando lo esencial para una vida humana sana y productiva, como el aire limpio, la seguridad alimentaria y el agua dulce. Las inversiones en biodiversidad son inversiones en desarrollo sostenible, contribuyendo directamente a la reducción de la pobreza, la sostenibilidad económica y la gama completa de objetivos de desarrollo sostenible. Al mantener la biodiversidad y los ecosistemas, estamos conservando la capacidad del planeta para sostener nuestra prosperidad. Ver la biodiversidad como un buen negocio es una forma correcta de empezar a salvar a nuestro planeta. Los planes asistenciales no tienen el mismo impacto. El hecho alarmante es que la biodiversidad está en grave declive. La biodiversidad proporciona muchos beneficios fundamentales para el hombre, más allá del suministro de materias primas. La pérdida de biodiversidad tiene efectos negativos sobre varios aspectos del bienestar humano, como la seguridad alimentaria, la vulnerabilidad ante desastres naturales, la seguridad energética y el acceso al agua limpia y a las materias primas. También afecta a la salud del hombre, las relaciones sociales y la libertad de elección. La sociedad suele tener varios objetivos en conflicto, muchos de ellos dependientes de la biodiversidad. Cuando el hombre altera un ecosistema para mejorar uno de los servicios que éste proporciona, su acción suele acarrear también cambios para otros servicios de los ecosistemas. Por ejemplo, las medidas para aumentar la producción de alimentos pueden traducirse en menos agua disponible para otros usos. Como consecuencia de dichas contrapartidas negativas, muchos servicios han quedado degradados; por ejemplo, la pesca, el suministro de agua y la protección frente a los desastres naturales. A largo plazo, el valor de los servicios perdidos puede superar con mucho los beneficios que se obtienen a corto plazo al transformar los ecosistemas. A diferencia de los productos que se compran y se venden en los mercados, muchos de los servicios de los ecosistemas no se comercializan en éstos ni tienen un precio fácil de conocer. Esto significa que los mercados financieros desconocen la importancia de la biodiversidad y los procesos naturales en tanto que fuentes de beneficios para el hombre. En la actualidad, se emplean nuevos métodos para valorar económicamente beneficios como las actividades recreativas y el agua potable. La degradación de los servicios de los ecosistemas podría frenarse considerablemente o incluso invertirse si se tuviera en cuenta el valor económico total de dichos servicios a la hora de tomar decisiones. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanzó en 2012 la Iniciativa Finanzas de la Biodiversidad —BIOFIN por sus siglas en inglés—, en respuesta a la urgente necesidad de movilizar recursos de todas las fuentes de financiamiento para apoyar el cumplimiento de los compromisos en materia de biodiversidad. El Objetivo de BIOFIN es desarrollar soluciones de financiamiento que contribuyan a incrementar recursos para la gestión de la biodiversidad con base en información robusta del estado actual de las finanzas en este rubro. Una de las soluciones de financiamiento más relevantes de BIOFIN México es la inversión de impacto y negocios sustentables. La inversión de impacto es un fenómeno global aún más proactivo que las inversiones responsables o sustentables, pues se comprometen no sólo a filtrar las inversiones con conflictos sociales o ambientales, si no que miden el efecto y consecuencias de sus inversiones para optimizar el mejor impacto posible en cada inversión. Este fenómeno cuenta con inversionistas diversos en todos los continentes, los cuales incluyen instituciones de desarrollo, fundaciones, asesores de patrimonios privados, fondos de inversión, bancos y gestores de fondos de pensiones. Si el tema resulta de interés, se puede bajar el podcast: T1 E4. También pueden visitar la exposición del tema en el MIDE. El resultado general del proyecto será la implementación de soluciones financieras que permitirán diversificar, realinear e incrementar las fuentes nacionales, internacionales, públicas y privadas para acciones de conservación, uso sustentable y gestión de la biodiversidad. ¿Se animan a emprender en biodiversidad? Se trata de atender el problema generando acciones que nos traigan resultados que vayan más allá del tema filantrópico: es un tema económico. Proteger al planeta es un buen negocio.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @CecyDuranMena Blog: Las ventanas de Cecilia Durán Mena Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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