Pareciera ser que los últimos días han dejado finalmente una luz al final del túnel para la startup con raíces mexicanas y chilenas Cornershop, fundada en 2015 por los emprendedores Daniel Undurraga, Oskar Hjertonsson y Juan Pablo Cuevas.

Y es que, primero, la noche del pasado 21 de mayo, tras más de seis meses de batalla en tribunales entre la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el poder judicial mexicano determinó finalmente que sería la primera entidad mencionada la encargada de decidir si procedía o no la concentración que pretenden concretar la startup latina y la plataforma de movilidad Uber.

Pero las buenas noticias para Cornershop no se quedaron ahí, básicamente porque, apenas unos días después, el 29 de mayo, la Fiscalía Nacional Económica de Chile dio su aval a la concentración entre ambas empresas, dejando con esto ya sólo en manos de la entidad de competencia mexicana el futuro de la operación. En total, Uber pretende pagar 459 millones de dólares (mdd) por una partcipación mayoritaria en la startup.

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Aún no se sabe cuál es el tiempo que tardará la Cofece para emitir su decisión entorno a la unión entre ambos, sin embargo, distintos actores involucrados en el ecosistema emprendedor mexicano piden a la comisión no demorar mucho en dar este tipo de respuestas.

Y es que muy probablemente, debido al crecimiento que en los últimos años ha venido experimentando en nuestro país, y en general en Latinoamérica, el emprendimiento, hacia los próximos meses irán cayendo en la entidad cada vez más decisiones de esta naturaleza.

“Nosotros no estamos pidiendo que se resuelva hacia uno u otro lado, la Cofece tiene en su estructura un equipo muy brillante que sabe muy bien lo que hace, pero lo que sí le pedimos es que tarde lo menos posible en dar su respuesta sobre estas decisiones”, comenta en entrevista con Forbes México, Eugenio Perea, venture partner en México del fondo latinoamericano Magma Partners.

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Con él concuerda Ulrick Noel, presidente de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), quien agrega que esta petición que realizan a la entidad de competencia de nuestro país está sustentada básicamente en una premisa: para las startups no es tan sencillo el poder aguantar temporadas largas en lo que se generan en este tipo de resoluciones.

El tiempo lastima

¿Por qué Noel lo advierte de esta manera? Porque asegura que, a diferencia de lo que pasa con las grandes compañías que usualmente están involucradas en procesos de concentración, las startups no cuentan con los mismos recursos económicos que tienen las empresas de mayor tamaño para resistir estas etapas.

“El que este tipo de procesos tarden tanto tiempo puede llevar a las startups a registrar problemas de dinero, esto por que son empresas que están hechas para escalar de una manera mucho más rápida que las compañías tradicionales, requieren de capital para hacerlo y si no lo tienen pueden caer en situaciones financieras de las que ya no puedan recuperarse”, detalla.

Eugenio Perea refuerza el argumento agregando que el quedarse sin la resolución sobre una inversión puede significar para una compañía tipo startup el tener que recortar de manera notoria sus planes de crecimiento, los cuales son por naturaleza acelerados.

“Las startups no pueden definitivamente resistir pausas de más de cuatro meses, ellas están quemando dinero y esto hace que se precipite esta situación, afectando las metas de crecimiento que tienen hacia adelante las compañías”, enfatiza.

Lee: Luz verde a Cofece: es competente de resolver caso Cornershop-Uber

El integrante de Magma Partners va incluso más allá, al considerar que la duración de los procesos de concrentración en nuestro país hoy en día no está pensados para las startups, aunque espera que esto cambie positivamente hacia adelante.

“La realidad de las cosas es que estas decisiones hoy están pensadas para las grandes empresas, con flujos grandes, con acceso a deuda, incluso con la posibilidad de que operen con pérdidas, algo que no pueden hacer en definitiva las startups, ellas están en un proceso de despegue que se puede cortar por esta situación”, dice Perea.

Los muchos meses que ha tardado en gestarse una resolución para el caso Cornershop – Uber dejan ejemplo de las dificultades que estos largos periodos de espera pueden generar en las empresas de esta naturaleza.

Oskar Hjertonsson, uno de los fundadores de Cornershop, reveló el pasado 21 de marzo, a través de sus redes sociales, que la falta de una decisión entorno a la concentración que pretendían llevar a cabo con Uber llevó a la firma a tener un debilitamiento considerable en sus finanzas.

“Hace cinco meses anunciamos una inversión mayoritaria de Uber en nuestro negocio y la notificamos a la Cofece. Al día de hoy no tenemos respuesta y sólo nos queda ya en el banco capital para poder operar los próximos nueve meses, nos sentimos frustrados y decepcionados”, comentó en su momento el emprendedor.

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Un problema consecuente

Pero las cosas podrían no quedarse sólo en afectaciones a startups, sino que también esta tardanza en las resoluciones, más allá del resultado que arroje la evaluación de cada uno de los casos, podría significar otro problema de cara al futuro.

“Estamos percibiendo que existe mucho temor de parte de los fondos de inversión, derivado de lo sucedido con este caso y algunos otros que también hemos visto que han tardado, están preocupados sobre si deben o no seguir poniendo tickets de tamaño grande en startups de nuestro país”, dice Eugenio Perea.

Esta misma preocupación la tiene Ulrick Noel, presidente de la ASEM, quien señala que hacia afuera esta situación no está dejando una sensación positiva.

“Tenemos la implicación de que hacia afuera esto manda señales distintas a lo que como ecosistema emprendedor queremos comunicar, porque como sabes los inversionistas futuros, antes de poner capital en una empresa, se fijan en el historial de casos previos, lo que nos puede quitar un porcentaje de la certidumbre que ya habíamos venido ganando”, comenta Noel.

Es por esta razón que, agrega el dirigente de la organización de emprendedores, es importante que se construya un diálogo propositivo con las autoridades entorno a esta situación, tal y como pasó en su momento con las empresas de tecnología financiera, también conocidas como fintechs.

Además de Cornershop, otras startups que en fechas recientes han tenido que pasar por el ojo de la Cofece, derivado de las inversiones que han recibido, son, por ejemplo, Clip, Konfío, Kavak y AlphaCredit.

Nada contra las startups

A pesar de que no ha sido terso el historial que mantienen la Comisión Federal de Competencia Económica y Cornershop, primero por la decisión tomada para la compra de Walmart y ahora por el largo periodo de espera que han tenido que tener para que se defina su concentración con Uber, esto no debe de ser visto jamás como una afrenta de la entidad contra el ecosistema emprendedor mexicano.

Así lo señala Javier Nuñez Melgoza, ex comisionado de la Cofece y especialista en competencia, quien pide romper con la idea de que el órgano es un riesgo para las startups.

“Me parece que se ha tomado mal el tema de la Cofece y Cornershop, porque no se debe de creer que ellos son algún tipo de riesgo para el emprendimiento, la comisión es bastante seria y apegada a los procedimientos técnicos, me parece que el tema de Walmart lo debieron de haber resuelto con argumentos y ahora esperemos qué pasa con el tema de Uber, pero quiero enfatizar en el hecho de que no es un riesgo”, dice en entrevista.

Habiendo dicho esto, Nuñez Melgoza comenta que probablemente el tema de los tiempos de espera sí sea algo en lo que se tenga que trabajar para dar mejores resultados.

“En la época que me tocó a mí traíamos un periodo de respuesta de 14 o 15 días hábiles, eso probablemente haya cambiado porque las autoridades de competencia se han ido volviendo más exigente es el análisis y eso me parece que es algo correcto, aunque sí ha generado que existan quejas por los periodos de espera”, señala.

El ex comisionado también pide que, en el caso en particular de Cornershop, no se señale únicamente a la Cofece como la única responsable por la tardanza, ya que también en este proceso estuvo involucrado el IFT.

“Entiendo muy bien la situación, pero me parece que no se le debe atribuir en este caso todo el peso del tema a la Cofece, ahora que ya se sentó el precedente del tema me parece que ellos harán un trabajo responsable, siendo intensivos en el análisis”, concluyó.

Lee: Análisis | ¿Por qué los reguladores sí dejarían que Uber compre Cornershop?

 

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