Por Karla Calderón Manny Hernández está contento: su empresa Tamale Spaceship, dedicada a la elaboración y venta de tamales gourmet en Chicago, Illinois, creció 32% con respecto al año 2015. La firma, creada en 2011, se compone de tres líneas de negocio: un restaurante, dos foodtrucks y un servicio de catering. Actualmente da empleo a 15 personas. Sin embargo, el emprendedor de origen mexicano sigue en shock por la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. “No estoy triste, pero sí desconcertado. No sé cuánto va a afectar el negocio. Sólo el tiempo lo va a decir”, explica. No obstante, la empresa no abandona sus planes de expansión; de hecho, la meta para este 2017 es abrir un restaurante más. Diversas startups mexicanas insisten en entrar en el mercado estadounidense o en continuar su crecimiento en ese país, por lo que actualmente trabajan en la búsqueda de capital. Esto, a pesar del entorno, en el que no se sabe si el impulso a los emprendedores que delineó el ex presidente Barack Obama se convertirá en una realidad, o si el endurecimiento de las políticas migratorias alcanzará a quienes hacen negocios. En agosto de 2016, la administración de Obama creó la International Entrepreneur Rule, la cual permitiría a los emprendedores extranjeros obtener un permiso temporal para estar en EU, con el objetivo de comenzar o escalar sus negocios. Los candidatos a obtener esta visa son emprendedores que hayan fundado una empresa estadounidense en los últimos tres años, posean por lo menos 15% de ella, gestionen activamente el negocio, hayan recaudado al menos 34,000 dólares de inversionistas estadounidenses (o, por lo menos, 100,000 dólares en subvenciones gubernamentales) y, al menos, 10 puestos de trabajo. Quienes operaran bajo esta regla podrían permanecer dos años para hacer crecer sus startups y, si fuera necesario, solicitar un nuevo permiso por tres años más, sólo si demostraran el éxito de su negocio a través del incremento del capital invertido y de la creación de empleos, de acuerdo con los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS). En enero pasado, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) publicó la regla final, en la que se establece la entrada en vigor de la Entrepreneur Rule el 17 de julio de este año. La DHS estima que 2,940 empresarios serán elegibles bajo esta regla cada año. Sin embargo, hasta este momento no se sabe si la nueva administración mantendrá esta iniciativa. También puedes leer: La banca, el principal reto para los emprendedores Búsqueda del crecimiento Otro emprendedor mexicano con planes en Estados Unidos es Manolo Díaz, fundador de Yogome, una plataforma de videojuegos educativos. El fondo 500 Startups se interesó en su desarrollo, pero su primer requisito fue que la compañía estuviera establecida en EU, motivo por el cual tuvo que registrarla en aquel país. Actualmente cuenta con 35 empleados, divididos en dos oficinas: una en San Luis Potosí y otra en California, pero la mayor parte (90%) se encuentra en México. Para 2017, la idea es contratar a más personal en EU; para ello, buscará una ronda de inversión de entre 6 y 7 millones de dólares (mdd). El objetivo es pasar de 10 a 20 o hasta 25% de trabajadores en EU en 2017. “Vamos a crecer y esperamos que [Trump] no salga con algo como que necesitamos el 50% de la nómina en EU. Si llega a haber algo así, sí tendríamos que checar qué podemos hacer”, indica Díaz. Al igual que Yogome, Appdoone está mirando hacia EU. Esta startup desarrolló una app de gestión de tareas asistida. Fabricio Salinas, su fundador, menciona que están analizando la posibilidad de constituirse en EU. Explica que, en julio de 2016, levantaron su primera ronda de capital inicial en México y, para potenciar su crecimiento, planean otra más. Si la evaluación es positiva, buscarán ese capital en EU.   La incertidumbre A pesar de sus planes de crecimiento, los emprendedores están preocupados por el futuro. Las empresas afectadas por las políticas de Trump serán aquellas que exporten o que trabajen con bienes tangibles para los que EU sea un gran consumidor, mientras que, en el caso de las startups de tecnología, las afectaciones (si es que las hay) serían mínimas, indica Díaz, de Yogome. Además, cree que el presidente de EU no matará compañías y que, especialmente en el área de tecnología, no será tan estricto en materia de empleos. Con él coincide Guillermo Fernández de la Garza, director de la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia (Fumec), un organismo que apoya a emprendedores mexicanos: “No creo que vayan a cambiar mucho las cosas. Habría que esperar a ver qué acciones tomarán las nuevas autoridades”. Inidca que, desde Fumec, han observado que en EU se ha fortalecido el aprecio por los empresarios mexicanos, por lo que se busca desarrollarlos, y que tengan el máximo impacto económico en el país. En los últimos años, el número de empresarios mexicanos altamente calificados que trabajan y viven en EU ha aumentado, de acuerdo con el estudio New Migration Patterns: High-Skilled Entrepreneurial Migration from Mexico to the United States, elaborado por el Instituto Baker de Política Pública de la Universidad Rice. “A diferencia del pasado, cuando la mayor parte de la actividad empresarial realizada por los inmigrantes mexicanos se caracterizaba por pequeñas empresas, informales y de propiedad familiar, los emprendimientos empresariales contemporáneos entre los inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos se han vuelto más formales e institucionalizados. Estos nuevos empresarios migrantes son socioeconómicamente más diversos, y muchos de ellos son profesionales altamente educados para quienes la integración económica no es un problema”, analiza el reporte. Así, hay emprendedores que se fueron a EU a estudiar algún posgrado y que han conseguido visas de trabajo o de residencia que les permiten abrir nuevas empresas, indica Luis Miguel Beristain, director del Instituto de Emprendimiento Garza Lagüera del Tecnológico de Monterrey en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Lo cierto es que la intención de hacer negocio en EU no se va a detener, sobre todo en los emprendimientos de alto impacto y de jóvenes que piden becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) o de algún programa internacional para irse a estudiar a las universidades de ese país. En el caso de Fumec, su director explica que continuarán llevando a emprendedores jóvenes del sector tecnológico a EU, a través del programa Full Immersion en Silicon Valley, que busca que las personas descubran cómo hacer negocios en mercados competitivos. Para participar en este programa, las startups deben tener un flujo de ingresos de más de 5 o 6 millones de pesos (mdp) como mínimo.   Un riesgo más Si algo caracteriza a un emprendedor es su tolerancia al riesgo y a la incertidumbre, y precisamente eso es una constante en todas las startups, dice Marisol Pérez-Chow, directora de operaciones de Play Business.   por lo que Trump es sólo un desafío más al que deberán enfrentarse. Al respecto, Salinas, de la firma Appdoone, explica que la vida del emprendedor tiene una dosis de cosas que no puedes predecir. “Hoy pasa con el proyecto mismo: tú lo concibes bajo una idea y, cuando vas sumando gente al equipo, ves cómo responden tus usuarios y te das cuenta de que todo cambió”. Así, la situación política con Trump no vendría a ser más que una nueva variable dentro de este modelo caótico en el que vive el emprendedor. “Los emprendedores vamos a encontrar una solución o un plan B para salir de estas cosas negativas que pueden ocurrir con una economía cerrada con EU”, expone Salinas.   No todo es EU Bismarck Lepe, fundador de Wizeline, una startup que usa inteligencia artificial para ayudar a las empresas a que resuelvan los problemas de su negocio, opina que antes de mirar hacia EU, un emprendedor mexicano debería levantar capital en México. “Uno no tiene que ir a Silicon Valley para sobresalir; ya todas las tecnologías, todas las plataformas y ya el capital están en México para empezar a tomar tracción. Cuando ya tienes un negocio listo para escalar, entonces puedes ir a Silicon Valley”. Con él coincide Pérez-Chow, de Play Business, ya que en México se piensa erróneamente que, si una empresa va a Silicon Valley, será el siguiente Airbnb o Uber y “eso es una mentira enorme; todos los mexicanos se van esperando encontrar al ángel inversionista que los convertirá en los siguientes unicornios, pero Silicon Valley no es para todas las etapas, ni para todas las industrias”. Menciona que hay varias startups que están levantando inversión en México. Éste es el caso de Weeshing, una plataforma de crowdfunding para financiar eventos, como conciertos. Rodrigo Segal, su fundador, indica que su apuesta es crecer en el mercado de América Latina, para, posteriormente, entrar con mayor fuerza al de EU. Esta plataforma fue creada en Chile en 2015, y lleva 2.3 mdd de capital levantado. En 2016, a través de Play Business, lanzaron una campaña para levantar más capital (hasta 2 mdp) y entrar al mercado mexicano. En el caso de Wizeline, una de sus mayores apuestas se encuentra precisamente en México, sobre todo en el talento. “En 2010, hicimos un estudio global porque sabíamos que en EU, y en Silicon Valley [en particular] se iba a poner mucho más difícil encontrar, contratar y retener el talento; entonces vimos Asia, Europa, Sudamérica y elegimos México porque hay talento increíble, está cerca de EU y, comparado con Silicon Valley, el costo de mano de obra es menor”, describe Lepe. Hoy tienen 200 empleados en Guadalajara. La mayoría de ellos son ingenieros y desarrolladores. El plan es seguir creciendo y tener alrededor de 400 durante 2017. También esperan abrir oficinas en Querétaro, Monterrey y la Ciudad de México. Desde su arranque, en 2014, hasta la fecha, han invertido entre 15 y 20 mdd en Guadalajara y han levantado 13 mdd de capital. Ésta es una muestra de la confianza que ha depositado una empresa extranjera en México y de que no siempre se tiene que ir a Silicon Valley para sobresalir, dice Lepe.

 

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