- Ellos aman al gobierno siempre y cuando sea un gran inversionista en personas, lo cual es un concepto más cercano a las izquierdas. En la praxis, quieren que el gobierno dé dinero a las personas para que sean tan saludables, cívicas y emprendedoras como sea posible. Simultáneamente, odian al gobierno cuando regula industrias, “protege del capitalismo” a los sindicatos o a los trabajadores, los cuales en muchas ocasiones defienden libertades ya ganadas, un pensamiento más cercano a la derecha. Para ellos, las medidas de protección son barreras que impiden la innovación, mismas que sólo benefician a las estructuras ya existentes. También odian al gobierno en pequeño, pues quieren que éste realice su trabajo lo más eficaz y democráticamente posible, que sea manejado como una empresa supereficiente y automatizada, que no existan secretarías o agencias, y que se concentre en ayudar a que las personas colaboren, compartan ideas y den al mundo lo mejor de sí mismas.
- Los tecnólogos defienden la política originalmente marxista de que cada ciudadano tenga un ingreso básico independientemente de su situación laboral. En este esquema, el gobierno les otorgaría un cheque mensual para que coman y vivan sin preocupaciones. Si bien saben que muchas personas no harían nada después de recibir su estipendio, ellos quieren que las personas usen su tiempo libre para incrementar el conocimiento en el tema que cada quien quiera.
- Los tecnólogos quieren que todas las personas tengan acceso a la seguridad social, independientemente de si son trabajadores de tiempo completo o prestadores de servicios. Para ellos, esta protección debe ser lo más amplia, portable, flexible y barata posible. Este pensamiento de izquierda choca con las ideologías ortodoxas: para ellos, los servicios baratos y universales deben ser provistos por emprendedores como ellos, pertenecientes al sector privado.
- En materia de inmigración tienen una visión casi de izquierda, con preferencias que la derecha no tendría. Así, son extremadamente favorables a que haya nuevos migrantes en la sociedad, pero su agenda es que los agraciados sean los profesionales de las Ciencias, Tecnologías, Ingenierías y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Si hubiera un rasero adicional, sería su propia visión meritocrática: mientras más inteligentes y capaces, y menos personas de apellidos influyentes, mejores candidatos a inmigrantes.
- Estos emprendedores parecen tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda al pensar en la soberanía. Piensan que establecer, defender y hacer valer las barreras implica violencia. Ya que no quieren limitaciones en los gobiernos, su solución es buscar alianzas y cooperación entre las naciones. Ellos preferirían que el sistema multilateral se convirtiera en una coalición en la que hubiera un solo mandatario. Ellos están esperando la desaparición de las fronteras y que, en cambio, el mercado y el comercio puedan ser caminos hacia la paz.
- Derivado de los puntos anteriores, en materia de seguridad y militarismo tienen una posición más moderada. Ellos abogarían por la no intervención, mientras existan garantías de seguridad.
- Las y los empresarios de la tecnología son férreos defensores del libre comercio y el mercado, lo cual es un valor libertario, originalmente. Piensan que el libre comercio tiene más ventajas que desventajas, pues la atracción de capital global es mucho más importante que la eventual pérdida de empleos de connacionales.
- Por otro lado, en materia de ciberseguridad y detección de fraudes tienen una de las posturas de más extrema derecha, pues actúan enérgicamente para que el gobierno deje de espiar lo que hacen sus usuarios y les deje de pedir información sobre ellos. Curiosamente, muchas de sus plataformas explotan la información proporcionada y generada por los usuarios.
- Su postura sobre compartir bienes en lugar de poseerlos, el corazón de economía compartida, es visto como una postura comunitarista, con toques de colectivismo extremo promovido por la izquierda. El mejor ejemplo es el transporte: tiene que ser barato, eficiente y compartido en masa, antes que sea únicamente masivo.
- En materia educativa, su apoyo a las escuelas chárter tecnológicas tiene la visión de que el fin último es que la sociedad esté al servicio de la innovación, misma que tendría que suceder lo más rápido posible. Ellos están absolutamente convencidos de que la educación puede resolver la mayor parte de los problemas de la sociedad. En la práctica, estas escuelas —de visión libertaria y privatizadora— están debilitando a la escuela pública.
- Uno de los efectos de su visión educativa es el papel de la investigación científica. Para ellos, la investigación rigurosa tiene que ser un complemento para la innovación, especialmente para el desarrollo de remedios para los males de la humanidad, y para tomar decisiones en políticas públicas. Curiosamente, los tecnólogos tendrán más simpatía por los hallazgos científicos más contrarios a los pensamientos convencionales.
- En materia ambiental encontraremos que actúan como miembros de la izquierda en su activismo en contra del cambio climático, incluso oponiéndose a proyectos que aunque sean buen negocio, dañen el medio ambiente. Además, históricamente han sido promotores de los bonos de impacto social. (Ferenstein, 2015)(West & Ferenstein, 2016)
- Como muchos grupos de Estados Unidos, aún no saben por qué candidato votarían, pero ya tienen su favorita en calidad de “la menos mala”: la demócrata Hillary Clinton. Sin embargo, su simpatía no es definitiva, pues están animando al republicano Michael Bloomberg, ex alcalde de Nueva York, a que participe. Bloomberg es su favorito indiscutible porque él construyó una terminal única que transformó en un imperio empresarial, prácticamente lo que buena parte de Silicon Valley ha hecho.
- En materia financiera, las apuestas para esta elección son más diversas. Del lado republicano, Marco Rubio ha recibido 3.2 mdd del sector tecnológico, seguido por la ex candidata Carly Fiorina –ex directora de HP–, con 2.5 mdd, y por Jeb Bush, con 2.3 mdd. Por el lado demócrata, Hillary Clinton ha recibido 1.2, y Bernie Sanders 1.1 mdd. (Chmielewski, 2016)
- Según Gregory Ferenstein, periodista especializado en empresarios tecnológicos, quizá la definición más acertada es que este grupo es el de ideología libertaria dentro de un partido de centro-izquierda. Pero viendo la confusión que le causa a los politólogos, así como el impacto real que tienen, no es descabellado pensar que son una nueva clase política.
- Su visión del mundo podría requerir acuñar una neoideología, de raíces olvidadas, pero con un matiz interesante aplicado al mundo actual: el Optimismo de Idealismo Radical.
- El conflicto con el diseño de las leyes y la impartición de justicia Como hemos visto aquí, la innovación tecnológica genera continuas fricciones con la ley. Cada día hay más casos tecnológicos que acaban en la Suprema Corte, muchas veces percibida como de viejas formas y antitecnológica. Con ministros septuagenarios que no usan el e-mail o que no entienden el funcionamiento de la nube, los tecnólogos están buscando evitar terminar en la rama judicial del gobierno.
- El conflicto de las aristocracias Los países tienen diferentes aristocracias. En el caso de Estados Unidos, la aristocracia natural son los abogados, que están peleando contra los tecnólogos no sólo por los negocios sino por su misma profesión. Así, los emprendedores tratarán de hacerse su propio espacio como aristocracia de sus países.
- La democratización puede acabar en exclusividad El entusiasmo que tienen los empresarios tecnológicos en desmonetizar y luego democratizar para todos los ciudadanos ha sido comparado con un comunismo del lujo. Si esta postura se descarrila, lejos de que todos tengan accesibilidad a los mismos bienes y servicios, una vez más terminará en exclusividad.
- La división los vencerá Este grupo ha sido un outsider del establishment de tan bajo perfil que por mucho tiempo no llamó la atención, lo cual le permitió operar con unidad para librar batallas ante instituciones más grandes. Si sigue avanzando en influencia ocupará espacios por los que competían diferentes actores políticos. Esta nueva conjunción de acceso-poder incrementa la propensión a divisiones, cuando la unidad es un factor crucial para haber llegado hasta aquí.
Trabajos citados – Lapowsky, I. (23 de julio de 2015). What Tech Giants are Spending in Lobbying For. Obtenido de Wired. – Lemann, N. (12 de octubre de 2015). The Network Man. Obtenido de The New Yorker. – Chmielewski, D. (10 de febrero de 2016). Techies Are Backing Political Losers, Research Shows. Obtenido de ReCode. – Schulz, T. (04 de marzo de 2015). Tomorrowland: How Silicon Valley Shapes our Future. Obtenido de Spiegel Online. – SEC. (01 de diciembre de 2015). Facebook, Inc. Form 8-K. Obtenido de Securities and Exchange Commission. – Smith, C. (03 de febrero de 2016). By the Numbers: 200+ Amazing Facebook Statistics (January 2016). Obtenido de DMR – Expanded Ramblings. – West, D., & Ferenstein, G. (2016). Silicon Valley’s Influence on the Democratic Party. Washington D.C.: The Brookings Institution. – Thiel, P., & Masters, B. (2014). Zero to One: Notes on Startups, or How to Build the Future. New York: Crown Publishing Group. – Dezember, R., & Monga, V. (26 de julio de 2015). Goodbye Wall Street, Hello Silicon Valley. Obtenido de The Wall Street Journal. – Ferenstein, G. (05 de noviembre de 2015). Silicon Valley’s political endgame, summarized in 12 visuals. Obtenido de The Ferenstein Wire – Medium. – Kurzweil, R. (2005). The Singularity is Near. London: Penguin Group. – Meeker, M. (mayo de 2015). Internet Trends 2015- Code Conference. Obtenido de Kleiner, Perkins, Caufield & Byers. – Parrish, C. (20 de septiembre de 2014). Meet the PayPal Mafia, The Richest Group of Men in Silicon Valley. Obtenido de Business Insider – The Telegraph. – Petroff, W. (26 de marzo de 2014). Can we regard Hollywood cinema as soft power? Obtenido de Quora. – Rushe, D., & Deveraux, R. (18 de enero de 2012). Sopa support drops off as blackout protest rattles the Internet. Obtenido de The Guardian. – Roose, K. (19 de octubre de 2014). Marc Andreessen on Why Optimism Is Always the Safest Bet. Obtenido de New York Magazine.
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