En cuanto a las afectaciones económicas en el sector inmobiliario a causa de las medidas adoptadas para la contención de la pandemia del coronavirus, los sectores hotelero y comercial fueron los más golpeados, ya que, al cerrar todos los establecimientos de hospedaje y los centros comerciales, sin saber cuándo reiniciarían operaciones, fueron los que tuvieron mayor daño, así como el segmento de oficinas, que también se vio mermado.

Por otra parte, a pesar de que las empresas del sector industrial tuvieron que cerrar algunos meses, no se vieron tan afectadas. De acuerdo con información de la AMPIP, una de las manifestaciones más palpables fue que sus inquilinos estuvieron solicitando diferimiento de pago de rentas, más que no cubrirlas, la petición fue de ayuda temporal para poder liquidar más adelante. Se trató de un tema más de flujo que financiero, e inclusive el ajuste de empleados, comparado con otros sectores, fue mucho menor; un ejemplo es que en una planta de 15 000 empleados se registraron sólo 200 despidos.

El problema financiero -en este nivel de empresas que son muy sólidas-, presenta un riesgo bastante más bajo; al ser compañías globales con balances fuertes, pudieron pasar una situación de este tipo de una mejor forma, pensando en que se va a requerir un sector manufacturero más fuerte que nunca, sobre todo en México, porque estamos pasando por una coyuntura interesante que es la entrada del nuevo Tratado Comercial entre México, Estados Unios y Canadá (T-MEC).

El Presidente de la AMPIP, Lorenzo D. Berho opinó lo siguiente acerca del tratado que ya todos esperaban: “Creo que le da un aliento al sector industrial y al de la manufactura de Norteamérica, además de que la guerra comercial entre China y Estados Unidos presenta una gran oportunidad para esta región, dado que se puede venir una ola de empresas en un esquema de new shoring, es decir, que regresan a hacer operaciones a casa”.

Explicó que en este contexto, Estados Unidos está pasando por momentos complicados, porque abrir una empresa en su territorio es difícil debido a diversos factores: no hay visas de trabajo y el tema migratorio es complicado, los costos laborales son fuertes, y no necesariamente hay incentivos tan grandes para las empresas, lo que hace que no sea competitivo, como sí puede serlo México, incluyendo el tipo de cambio, la mano de obra calificada, y que es una nación muy amigable para la atracción de inversiones, lo que permitirá precisamente que el new shoring hacia Norteamérica, a quien más beneficie sea a nuestro país.

“El COVID-19 nos dio la oportunidad de que las empresas revisen nuevamente su cadena de proveeduría, no sólo por el tema de costos, sino para saber con qué empresas cuentan para garantizarla y que esté próxima; aunque países como Indonesia o Vietnam sean más baratos, en México están mucho más cerca de su cliente final, por eso es tan importante para la AMPIP seguir promoviendo la inversión hacia el país, porque se nos están presentando oportunidades que necesitamos rescatar, sobre todo ahora que el gobierno de México cambió la estrategia de promoción al extinguir ProMéxico y utilizar a la Secretaría de Relaciones Exteriores como el brazo promotor, “con la cual trabajamos de la mano al igual que con los gobiernos estatales”, señaló Lorenzo D. Berho.

*Por José García Frías

 

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