Desde que inició en 1996, el Horario de Verano ha sido un tema polémico que cada año se discute, pero se aplica. Ahora, después de 26 años esa medida podría ser eliminada por decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque la justifique en una de las tantas consultas que suele organizar, con más daños al erario que beneficios.
Para la aplicación del Horario de Verano se recomienda a la población adelantar los relojes la noche anterior, excepto en los estados de Quintana Roo y Sonora, que por motivos económicos y turísticos no se aplica. Este año inició el 3 de abril y concluiría el 30 de octubre.
La justificación para implementar el Horario de Verano fue aprovechar más las horas de luz natural, lo que genera el desarrollo de una conciencia sobre la eficiencia energética; reducción en el uso de combustibles; reducción en la emisión de contaminantes; menores situaciones de inseguridad por las noches; oportunidad para desarrollar actividades durante las tardes que normalmente no se hacen por falta de luz natural (caminar, ir de compras, visitar a los amigos), y tener el mismo horario que nuestros principales socios comerciales.
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En contraste, el principal argumento en contra es que causa daños a la salud humana, aunque estudios médicos indican que el organismo tiene la capacidad de adaptarse a los cambios del Horario de Verano en 72 horas, o en una semana en caso de que las personas sean muy sensibles.
Sin embargo, desde 2011, el Instituto de Investigaciones Eléctricas había manifestado que al inicio de la aplicación de la medida el ahorro de energía representaba el 7.5 por ciento del total del consumo y 15 años después sólo representaba el 0.6 por ciento, así que desde entonces el impacto era mínimo en comparación con otras medidas de eficiencia energética que se podían aplicar como usar equipos eléctricos más modernos y eficientes; apagar las luces en lugares no ocupados; utilizar focos ahorradores o LED, entre otros.
Cuando era jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador se manifestó en contra del Horario de Verano y calificó que la medida era inconstitucional e ilegal, argumentando especialmente daños a la salud humana.
Lo que pasa por alto el jefe del Ejecutivo Federal es que México necesita cambiar de horario porque sus principales socios comerciales en Estados Unidos, Canadá y Europa lo hacen, ya que el cambio de horario es una práctica tradicional en el mundo industrializado para aprovechar mejor la luz en países o regiones que no gozan del privilegio geográfico que tiene México, y en donde las diferencias en la luz natural es determinante para la calidad de vida y producción.
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En Sonora el horario no cambia porque Arizona es el único estado del país del norte que tampoco modifica su horario y por lo tanto mantienen su simbiosis económica y social, pero como el mandatario federal todo lo reduce a consultas simplistas, ahora quiere justificar su decisión unilateral con un montaje para hacer que el pueblo “bueno”, se exprese.
El pasado 5 de junio, López Obrador informó que la Secretaría de Gobernación aplicó una encuesta, donde 71% de los encuestados pidió eliminar el Horario de Verano, aunque no aclaró dónde, y a quiénes encuestaron. Dijo que las secretarías de Energía y Salud, así como la Comisión Federal de Electricidad, tiene estudios sobre los daños a la salud que causa el cambio de horario. No mencionó a la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía que todos los años daba a conocer los resultados del ahorro de energía y toneladas de emisiones contaminantes evitadas.
Si cumple lo ofrecido, el Presidente tendría que enviar esta semana la iniciativa de ley al Congreso de la Unión, ya que considera que un decreto presidencial sería insuficiente. Morena y sus partidos aliados aprobarán los cambios. Es casi un hecho que éste será el último Horario de Verano que se aplique en México, al menos para lo que resta del sexenio.
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