Por Julio Valle*

 

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), este año requiere una acción urgente para encaminar al mundo hacia un futuro más sostenible y será decisivo para que los países definan la agenda ambiental de la próxima década. Por otro lado, una de las conclusiones relevantes del Foro Económico Mundial este año fue que hay una emergencia climática sobre la cual se debe actuar y esto tendrá un efecto sobre el futuro del financiamiento a proyectos de energía, priorizando a las energías limpias.

El Programa para el Medio Ambiente de la ONU ha subrayado que el mundo debe reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero en 7.6% cada año, entre 2020 y 2030, o el mundo perderá la oportunidad de limitar el calentamiento global en 1.5°C, como lo establece uno de los principales objetivos del Acuerdo de París. Se espera que los cambios en el clima tendrán consecuencias graves para las poblaciones más vulnerables en México y afectará negativamente a las principales actividades económicas del país.

Los retos para México son importantes. El país ocupa el lugar 12 de los mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo y la generación eléctrica es responsable del 19% de nuestras emisiones. La Secretaría de Energía estima que la demanda de electricidad crecerá al 3% por año, durante los próximos 14 años.

Nuestro compromiso global como país ha sido acertadamente ambicioso y presume reducir el equivalente a 211 millones de toneladas de CO2e para el 2030, 63 millones tan sólo en el sector eléctrico. Por ello, la incorporación de energías renovables debiera ser una de las prioridades de la política energética de México.

La energía eólica, junto con las demás renovables, contribuye a mitigar emisiones de CO2e, así como los importantes impactos ambientales y a la salud asociados a los combustibles fósiles, dado que utiliza únicamente la fuerza del viento como fuente para generar electricidad.

De acuerdo con las últimas cifras del Consejo Global de Energía Eólica (GWEC por sus siglas en inglés), en 2019 se instalaron más de 13GW de capacidad instalada en América, lo que suma una capacidad total de 148GW en todo el continente. México incorporó cerca de 1,300 MW de nueva capacidad eólica convirtiéndose en uno de los líderes junto con Estados Unidos, Argentina y Brasil.

Actualmente, los proyectos eólicos que se encuentran en operación en el país superan los 6,200 MW en México, evitando la emisión de aproximadamente 12 millones de toneladas de CO2e a la atmósfera cada año y generando impactos sociales y económicos muy positivos en donde se ubican. El aprovechamiento eólico en México cubre hoy 14 estados del país, siendo Oaxaca, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Yucatán las ubicaciones con mayor participación por la calidad de su recurso.

El potencial eólico en México es grande y su presencia en México se podría triplicar en los próximos 5-6 años si las señales de certidumbre a las inversiones y desarrollo de redes de transmisión se concretan. Esto permitiría al país contar con un 15% de energía eólica con precios bajos y estables en el largo plazo, que favorecería la reducción del subsidio eléctrico, del consumo de combustibles fósiles y de las tarifas, para beneficio de las finanzas públicas y de todos los consumidores en el país.

Ramón Fiestas, director de GWEC para América Latina, ha reafirmado que en nuestro país tenemos la capacidad tecnológica y la cadena de valor que se requiere para cumplir con los objetivos de consumo de energías renovables que México se ha impuesto. Al mismo tiempo podemos continuar asegurando nuestra soberanía y autosuficiencia energética.

En nuestro país, espacios como el Mexico WindPower® 2020, que se llevará a cabo el próximo 4 y 5 de marzo en la Ciudad de México, son necesarios para reunir a técnicos, profesionales y expertos del sector, directivos de empresas, así como funcionarios de Gobierno y tomadores de decisiones, para abordar los temas de mayor relevancia y planear el camino hacia el futuro de las energías renovables en México y resolver los retos en materia de operación y mantenimiento para las centrales eólicas en operación.

El momento es ahora, 2020 será determinante para reforzar nuestra transición hacia las energías limpias y, de esta forma, asegurar un medio ambiente sano, con bienestar y soberanía energética. Hoy, la descarbonización del sector eléctrico es la única ruta y todos nuestros esfuerzos deben estar dirigidos a hacerla una realidad.

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