No fue para nada una negociación fácil, pero sí lo correcto, dice el CEO de Braskem-Idesa, Stefan Lepecki, al contar del proceso para llegar a un acuerdo con Petróleos Mexicanos (Pemex) respecto al contrato de suministro de etano para su complejo petroquímico en Nanchital, Veracruz, del cual se quejó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Producto de la negociación, incluso la planta estará muy pronto en expansión.
A finales de 2020, la planta conocida como Etileno XXI tuvo que parar sus operaciones porque el Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas) dejó de suministrarle el insumo y a principios de 2021, el consorcio brasileño-mexicano notificó una disputa con el gobierno de México, pero dio marcha atrás al considerar que una pelea no llevaba a nada.
“Tuvimos varios diálogos internos con bancos, financiadores, inversionistas y pensamos que tener una pelea no llega nada, estamos aquí en México para largo plazo”, aseguró Lepecki en entrevista con Forbes México.
Es así como en febrero de 2021, el consorcio y Pemex arrancaron una negociación que concluyó exitosamente en septiembre pasado; el acuerdo contempla la construcción de una terminal para la importación de etano, lo cual va a permitir que se cubra las necesidades del complejo y hasta sobrará un 20%, por lo cual, en 2025 se estaría ampliando la capacidad de producción de polietileno.
“Fue difícil, sin duda, pero yo diría que a partir de enero del año pasado, sentí que los dos lados, Pemex y nosotros, empezamos a actuar de manera más coordinada creyendo ambos que había un posible acuerdo, porque en años anteriores, el diálogo estaba muy complicado. Nosotros en febrero firmamos un memorando de entendimiento, con unas condiciones que reforzó la confianza y basado en este memorando empezamos a detallar las negociaciones y cerramos más o menos en septiembre”, comentó Lepecki.
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El parteaguas de un proyecto de AMLO
El CEO de Braskem-Idesa considera que la terminal de importación de etano que se va a construir a 12 kilómetros de su complejo petroquímico, con una inversión de 400 millones de dólares, será el parteguas de uno de los proyectos insignia de la administración del presidente López Obrador: el Corredor Interoceánico.
Se espera que en abril de este año se coloque la primera piedra del proyecto “Terminal Química Puerto México”, que va a permitir la importación de etano desde Estados Unidos y se estima concluirla en diciembre de 2024.
La terminal va estar conectada por tuberías con el complejo, recibirá un navío que va a descargar el etano y contará con tanques criogénicos con una capacidad de inventario importante para garantizar flujo continuo a la planta de Braskem-Idesa.
“Un tema muy importante para nosotros era un adecuada estructura del capital de la compañía para soportar la inversión de la terminal, el futuro de la empresa con esas nuevas condiciones; entonces fuimos al mercado internacional y emitimos un bono con éxito, participaron fondos de Asia, Europa y Estados Unidos y recibimos ofertas con una demanda de 4 billones de dólares muy por arriba de lo que imaginaba, al final cerramos en 1.2 billones de dólares y fue una clara demostración de que el mercado internacional recibió muy bien nuestro acuerdo con Pemex”, declaró Lepecki.
Agregó que con este bono y otro que emitieron antes de 900 millones de dólares lograron prepagar y eliminar un project finance que tenían con bancos internacionales; ahora tienen una actividad corporativa que le permite flexibilización de manejo de la compañía.
Por fin a 100% de la capacidad
Mientras está lista la terminal de importación de etano, Braskem-Idesa construyó una pequeña infraestructura temporal en el puerto de Coatzacoalcos que ya les permite importar etano, solo que llega al puerto y descarga en camiones que llevan la materia prima de día y noche al complejo, algo que no es tan eficiente y es más costoso.
“Nosotros producimos un millón de toneladas de polietileno para eso necesitamos 63,000 barriles por día de etano, hoy con la expansión que estamos haciendo de la instalación temporal, más lo que recibimos con Pemex, a partir del segundo semestre de este año ya vamos a estar a 100% la capacidad”, indicó.
El CEO de Braskem-Idesa puntualiza que con la terminal se va a seguir con 100% de la capacidad y tienen planes para una futura expansión del complejo Etileno XXI.
“A través de la terminal podemos suministrar 20% más de nuestra necesidad, que nos permitirá la expansión. La idea es que sea en 2025”, adelantó.
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Algunas preocupaciones
Aunque los planes de Braskem-Idesa van viento en popa, sí existen algunas preocupaciones de corto plazo para el consorcio brasileño-mexicano, una de las cuales es la posible aprobación de la iniciativa de reforma eléctrica de López Obrador en los términos en los que la mandó al Congreso.
“El diálogo es muy importante para hacer los ajustes que sean necesarios en esta nueva política, sin duda nos preocupa la competitividad del país, pero estoy confiando en que podemos lograr un equilibrio”, dijo Stefan Lepecki.
En lo que respecta al incremento en el precio de su materia prima por el conflicto Rusia-Ucrania, no tiene tanta inquietud, pues no son afectados directamente por el incremento de los precios del petróleo, ya que el etano proviene del gas natural, distinto de otros productores del mundo que son dependientes directamente de la nafta, que es un producto del crudo.
Pero sí preocupa el impacto en la economía global que pueda tener esta guerra. “Es muy temprano para decir algo, es muy difícil hacer cualquier pronóstico de qué va a pasar, me parece sin duda que la relación entre Rusia con la parte del Oriente y Europa va a cambiar de manera importante, tanto política como comercial”.
La sustentabilidad es una prioridad
Otro tema muy importante es el cambio climático. En el bono que emitió Braskem-Idesa se comprometió a reducir en 15% sus emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2028 y esto le exige varios proyectos.
“Ya implementados algunos el año pasado ya empezamos ese camino para lograr este resultado y tenemos junto con nuestro accionista controlador que es Braskem, un compromiso de largo plazo de hasta 2050 para lograr una neutralidad en emisiones de efecto invernadero. Esto nos exige alianzas con empresas de tecnología para hacer una verdadera disruptura en la manera que producimos nuestros plásticos”, explicó.
También continuarán con su trabajo de reciclaje, del uso responsable del plástico, desde 2020 producen en sociedad con Alcamare resinas de material reciclado para empaques de productos alimenticios.
“Este trabajo pasa varias etapas, la próxima etapa donde ya estamos trabajando es producir una resina grado alimenticio que sea certificada por la FDA, que va a permitir a los dueños de marcas como Nestlé utilizar esto en sus embalajes”, destacó.
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