¿Eres un mercadólogo de karaoke?
El mercadólogo de hoy no debe enfocarse ya en las mejores prácticas de negocio, sino en las siguientes prácticas de negocio. Si sigue haciendo lo de siempre va a obtener los mismos resultados.
Cada vez más las filas de las personas dedicadas a la mercadotecnia van engrosando las actividades laborales, lo cual sonaría bueno, ya que sería de suponerse que la disciplina como tal, y sobre todo en los países latinoamericanos, estaría avanzando a una profesionalización mayor; sin embargo, en un estudio realizado por el Capítulo México de la American Marketing Association hemos descubierto, con tristeza, que casi 6 de cada 10 altos directivos dedicados a la mercadotecnia en México no estudiaron marketing.
Y lo peor no acaba ahí: esos mismos altos directivos tienen un ego tan grande que no están dispuestos a certificarse, pertenecer a una asociación o ya de menos a profundizar más en el estudio del marketing, pues creen que con lo que han aprendido en su desempeño laboral es más que suficiente para seguir progresando, e incluso suficiente para atreverse a enseñar esa materia en universidades.
Así que no es de extrañarnos que el marketing en los países latinoamericanos no tenga la mejor reputación, y debido a ello existan tantos productos y publicidad que no son éticos y se promueven con virtudes que no cumplen simplemente por ser manejados sin responsabilidad social ni conocimiento de los alcances del marketing. Incluso, hay revistas de dudosa calidad que se atreven a nombran a 50 líderes del marketing con base en el dinero que han aportado como anunciantes, y no en los méritos que han desarrollado para la disciplina.
Debido a lo anterior, hoy quiero referirme a los mercadólogos de karaoke, es decir, aquellos practicantes del marketing que no aportan nada nuevo y sólo repiten, ya sea las directrices que les dictan sus casas matrices en el extranjero o las best practices que les delegaron sus antecesores, sin siquiera hacer el esfuerzo de darles un toque personal, adaptarlo al público objetivo o poner un minúsculo grano de arena de creatividad e innovación tan básicos en la disciplina.
La habilidad de construir experiencias de consumo a través de los canales y medios tanto digitales como físicos y/o convencionales, aunado a un liderazgo personal, es la mejor estrategia que puede construir el mercadólogo de hoy en día para enfocarse ya no en las llamadas best practices o mejores prácticas de negocio, sino en las next practices o siguientes prácticas de negocio, pues, como reza el dicho, si seguimos haciendo lo de siempre vamos a obtener los mismos resultados.
Es necesario que el mercadólogo de hoy deje de cantar la misma tonada y repetir las letras de canciones ya escritas (por eso lo llamamos mercadólogo de karaoke), y se centre ya en la resolución no sólo de la venta a corto plazo, sino que planee el futuro de su marca para resolver los retos a los que se van a enfrentar en el largo plazo.
Esto, a través del conocimiento profundo de insights y haciendo equipo con otros mercadólogos y académicos para compartir hallazgos y mejoras en torno de las actitudes de los consumidores actuales y futuros. Que la actual magia del alquimista en marketing se convierta en la excelencia del profesional del futuro.
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